La lluita contra el càncer: la recerca com a garant d’un millor diagnòstic i tractament però, també, d’una millor prevenció | Dr. Josep Tabernero
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La lluita contra el càncer: la recerca com a garant d’un millor diagnòstic i tractament però, també, d’una millor prevenció | Dr. Josep Tabernero

Muchísimas gracias,

En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.

La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.

En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.

 

Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).

La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.

En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.

En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.

‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’

Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.

 

¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.

Dr. Josep Tabernero a l

Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.

¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.

En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.

Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.

‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’

Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.

Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.

El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.

Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.

A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.

Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.

Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.

‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”

En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.

Dr. Josep Tabernero a l

Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.

Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.

En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.

Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.

Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.

‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’

Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi

Muchísimas gracias,

En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.

La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.

En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.

 

Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).

La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.

En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.

En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.

‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’

Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.

 

¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.

Dr. Josep Tabernero a l

Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.

¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.

En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.

Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.

‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’

Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.

Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.

El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.

Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.

A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.

Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.

Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.

‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”

En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.

Dr. Josep Tabernero a l

Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.

Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.

En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.

Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.

Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.

‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’

Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi

Muchísimas gracias,

En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.

La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.

En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.

 

Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).

La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.

En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.

En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.

‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’

Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.

 

¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.

Dr. Josep Tabernero a l

Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.

¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.

En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.

Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.

‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’

Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.

Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.

El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.

Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.

A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.

Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.

Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.

‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”

En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.

Dr. Josep Tabernero a l

Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.

Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.

En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.

Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.

Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.

‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’

Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi

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Textos Amigos del País

Hora
Data

19-03-2025

Muchísimas gracias,

En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.

La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.

En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.

 

Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).

La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.

En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.

En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.

‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’

Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.

 

¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.

Dr. Josep Tabernero a l

Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.

¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.

En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.

Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.

‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’

Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.

Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.

El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.

Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.

A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.

Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.

Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.

‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”

En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.

Dr. Josep Tabernero a l

Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.

Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.

En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.

Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.

Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.

‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’

Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi

Innovació de futur. Excel·lència i rellevància | Israel Ruiz
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Innovació de futur. Excel·lència i rellevància | Israel Ruiz

Estimado amigo Miquel Roca, hace tiempo que nos conocemos. Es un placer haber volado doce horas para estar aquí y ofrecerles mi perspectiva desde Boston. Señor Alcalde, gracias por la recepción. Autoridades, miembros de la junta, premiados, galardonados, padres, madres, familiares, amigas y amigos, señoras y señores, muchas gracias por darme la oportunidad de compartir lo que he hecho durante toda mi vida: hablar de innovación. Ya habéis mencionado que el Saló de Cent ha sido testigo de nuestra historia durante cientos de siglos. Yo nunca he mirado el pasado, siempre miro hacia el futuro. Y lo que os propongo hoy es que me acompañéis durante este viaje al futuro. Pero el pasado nos guía para mirar al futuro. Dejadme, pues, antes de empezar, que explique un poco mi trayectoria, porque la complejidad de las ideas que quisiera transmitiros necesita, primeramente, entender de dónde vengo, dónde he estado y por qué pienso lo que pienso. Una beca me cambió la vida.

Nací en Barcelona, por tanto, supongo que soy barcelonés, pero me crecí en el barrio de Santa Eulàlia de l’Hospitalet del Llobregat. Fui a una escuela de elementaria que ya no existe, como tampoco existen más de la mitad de mis compañeros de clase. Crecí en el seno de una familia humilde, de la posguerra, sin educación superior y sin posibilidad alguna. Pero, a pesar de todo, debería hacerlo bien durante los estudios académicos porque terminé en la Unoversitat Politècnica de Catalunya (UPC) estudiando ingeniería industrial y, después, trabajé en Nissan y en Hewlett-Packard.

‘Una beca me cambió la vida’

Mi sueño era ser astronauta, aunque no sabía muy bien lo que significaba ser astronauta, pero quería ir a la NASA. Sin embargo, sin mis padres como referentes, sin mentores a mi lado que me pudieran acompañar y, en esa época, sin una ingeniería aeronáutica en Catalunya, el sueño no se hizo realidad. A veces, los sueños no se realizan, pero se cumplen sueños mejores.

Israel Ruiz a l

Así pues, una beca me cambió el mundo.

Cuando recibí la beca, también me dijeron muchas veces lo que os han comentado hoy: “por favor, volved, por favor, hacedlo”. Pero yo tengo una visión distinta al respecto. Mi opinión es que estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo. Si este sitio es Barcelona, perfecto. En mi caso fue Boston y Cambridge. Buscad el lugar donde realmente tengáis la mejor palanca para vuestro talento. Representad Barcelona, representad las becas de Amics del País y, siempre, sentiros orgullosos de dónde venís y de dónde habéis estado y, sobre todo, sentiros orgullosos de lo que hagáis. En mi caso, una beca me abrió las puertas de un país, Estados Unidos, del que ahora soy ciudadano; y de una institución, el MIT, que es única en el mundo. Todo esto fue en 1999. Podemos decir, ahora mismo, que llevo ya más de media vida en Estados Unidos.

“Estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo”

En el Massachusetts Institute of Technology, MIT para los que no lo conozcáis, me encontré una universidad de investigación donde se valoran las ideas, el debate intelectual, independientemente del nombre, de la edad, de la procedencia y de la imagen que identifica a cada persona. Una corriente de aire fresco me cautivó. Llegué de estudiante, trabajé de becario y acabé siendo el vicepresidente ejecutivo y tesorero de la entidad. Cuando ejercía el cargo, supervisaba a más de tres mil personas y gestionaba el presupuesto de cuatro mil millones de dólares, dos mil millones de dólares en investigación y treinta mil millones de dólares en activos de inversión. Llegué a un mundo, que los que os dedicáis a la innovación reconoceréis, Kendall Square, que tuve el privilegio de liderar.

En 1973 yo tenía dos añitos y Kendall Square no existía. En 2005, llevaba cinco años en el MIT y Kendall Square empezaba a crecer. Hoy en día, es uno de los sitios de referencia en innovación de todo el mundo. Con este ejemplo quiero que entendáis las décadas que deben pasar para transformar un lugar hasta convertirse en un referente internacional. En este caso concreto, han tenido que pasar cincuenta años. La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad.

“La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad”

El MIT está situado en un sitio precioso junto al Charles River, entre Boston y Cambridge. Seguramente, urbanísticamente, Barcelona es mucho más bonita que Kendall Square. Pero lo importante de Kendall Square es su gente. Porque puedo afirmar que todo el mundo que se dedica y quiere dedicarse a la innovación en ciencia y tecnología tiene cabida. En Kendall Square está todo el mundo. Aquí es donde empezó Moderna (quizás mucha gente conoce este sitio por este hecho) y, también, Engine Ventures. Os hablaré de estas dos firmas más adelante, para ejemplificar y apoyar los mensajes que quiero transmitiros hoy.

Israel Ruiz a l

Al formar parte de este referente internacional, he tenido la oportunidad de recibir al presidente Mas y al presidente Puigdemont y explicarles, in situ, el modelo de educación, formación e innovación de éxito del MIT. Y no sólo eso. Durante veinte años no me he cansado de decir lo mismo (incluso Miquel se acuerda): hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro. Pero no sólo he compartido esto aquí en Catalunya, sino que he tenido el privilegio de compartirlo, por ejemplo, con Dilma Rousseff, presidenta del Brasil; con Justin Trudeau, primer ministro del Canadá; con el príncipe de Arabia Saudí (interesante cuando uno se llama Israel); e incluso con el presidente de Estados Unidos. Además, hace nueve años, estaba con el primer ministro Binyamín Netanyahu en Israel negociando, no sólo con él, sino también con el líder del Estado Palestino, el señor Mahmud Abbas.

“Hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro”

Esto es lo que, en Estados Unidos, y en un sitio como el MIT, se determina como diplomacia universitaria. Y lo que os quiero transmitir es un mensaje muy sencillo y que se reduce en el moto del MIT: Mens et Manus, es decir, “la mente y la mano”, que es realmente la metáfora de la estrategia y la ejecución, la búsqueda de la idea y el talento transformador, hablar menos y ejecutar más. Por otra parte, a raíz de todo lo que he vivido durante estos años, os digo que no me da miedo que la inteligencia artificial usurpe el cerebro del liderazgo político del mundo como alternativa para la humanidad.

En este contexto, y con este preámbulo, dejadme introduciros realmente la cuestión sobre la que quiero hablaros: la innovación de futuro. ¿Qué es la innovación de futuro? ¿Por qué me refiero a la innovación de futuro?

La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad. El señor alcalde ha mencionado algunos. Y me podríais decir: “lo que ocurre en los cafés del mundo, en las universidades del mundo, en las escuelas, ¿no es realmente innovación?” Y os responderé: “¡Por supuesto que sí!”. La innovación, tal y como dice mi buen amigo Ferran Adrià, compañero del barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet, para muchos usuarios es tener un presupuesto en una hoja de cálculo. La innovación la definimos como la definimos. La definimos en pequeño y la definimos a lo grande. Pero la innovación de futuro yo la defino como aquella que realmente cambiará el mundo a lo grande.

‘La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad’

Por eso quiero ejemplificar con imágenes tres pilares de la innovación de futuro para que seáis vosotros mismos los que contestéis la pregunta “qué es la innovación de futuro a vuestro juicio”. Estos tres pilares son: la excelencia, la relevancia y el impacto.

Esta imagen [una bifurcación] no tiene nada que ver con la innovación, sino que representa el error que a menudo cometemos los humanos a la hora de confundir lo desconocido con el riesgo. Cuando no sabemos algo, creemos que es arriesgado. Pero vosotros mismos os podéis preguntar: ‘¿Lo desconocido es arriesgado?’ Si no lo conocemos, ¿cómo podemos saberlo? A mí me produce cierta gracia la literalidad de la traducción de Venture Capital. La traducción literal de Venture Capital es “capital aventura”, como si fuera el título de una película de Marvel. La traducción correcta sería ‘capital riesgo’. Pero ‘capital aventura’ y ‘capital riesgo’ no tienen la misma connotación ni el mismo significado. Venture Capital invierte en personas que emprenden una aventura, las acompaña para que el riesgo desaparezca. Es decir, haciendo referencia a la imagen [una bifurcación al final del camino], si me preguntáis qué camino debemos escoger, yo os responderé que exploremos los dos, para descubrir qué hay detrás de la niebla.

En Engine Ventures, el proyecto en el que trabajo actualmente, nos dedicamos a intentar resolver los problemas que hoy desconocemos. A esto le llamamos Tough Tech. Buscamos la tecnología más avanzada. Buscamos a la gente y buscamos las oportunidades para que el mundo de mañana, y mañana puede ser dentro de cincuenta años, sea realmente mejor. ¿Y cómo lo hacemos? Pues preguntándonos ‘¿Qué pasaría si…?’. Por ejemplo, ¿qué pasaría si pudiéramos tener energía limpia infinita en el mundo? Y para resolver la cuestión, financiamos a empresas como Commonwealth Fusion Systems, que estudia la energía nuclear de fusión. Commonwealth Fusion Systems empezó como un proyecto de investigación básica financiado por el gobierno americano en el MIT y, posteriormente, después de décadas de integración, se ha constituido como empresa y trabaja para que en 2030 esté el primer reactor nuclear de fusión operante. Pero éste no es su único objetivo, sino que tienen la ambición de generar un cuarto de la energía que consume la humanidad con energía de fusión nuclear en 2050.

“Esta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer”

 Si esto falla, porque esto puede fallar, no pasa nada, porque durante el proceso de investigación han descubierto el material magnético y superconductor más potente del mundo. Porque ésta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer. Y esto es lo que hace que la búsqueda de innovación de futuro nos transporte a otro sitio donde pueden pasar muchas más cosas. Este experimento, que se publicó hace tres días, ha consolidado la idea de que el camino hacia la energía de fusión nuclear no es un sueño, sino que puede ser una realidad dentro de cinco o diez años.

Israel Ruiz a l

Commonwealth Fusion Systems, para relacionarla con vosotros, los becados de hoy, se ha financiado con dos mil millones de dólares, tiene más de quinientas personas trabajando en ella y la persona que lidera la producción de este elemento y de este material dejó a SpaceX de Elon Musk porque la misión que debía resolver en su antiguo trabajo ya la había cumplido, ya se habían enviado cohetes a todo el espacio. Dado que el problema ya se había resuelto, decidió trabajar para otra cuestión aún no resuelta, la fusión nuclear. El talento, el mejor talento busca siempre los problemas que aún no tienen solución. Y éste es para mí un punto fundamental. Buscad los problemas que os atraigan.

Otra pregunta que no tiene respuesta todavía es qué pasaría si pudiéramos tener la energía del sol durante todo el día. Imaginadlo. Y preguntaros por qué hoy no es factible. Algunos de vosotros diréis porqué no tenemos baterías. Y os responderé que sí, que las tenemos, pero las baterías que existen actualmente no duran todo un ciclo diario. En Engine Ventures hemos invertido en una de las compañías que trabaja con los ánodos y cátodos de las baterías para que duren un ciclo de 24 horas. Esperamos poder poner en marcha la primera producción en serie de estas baterías para poder disponer de energías renovables en todo el planeta y utilizarlas como base de carga para nuestras redes eléctricas.

“Si realmente creéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más”

Si me preguntáis si esto puede fallar, os responderé que sí, que puede fallar. En nuestro negocio, el 90% de los experimentos fallan. Por eso doblamos las oportunidades y la redundancia. La otra forma de capturar la energía del sol es aún más ambiciosa. Consiste en desplegar una constelación de satélites en todo el mundo, que rodee la Tierra, para capturar la energía solar y enviarla allí donde sea necesaria en el momento necesario. Si comparáis los perfiles de riesgos de las dos ideas y de los dos equipos que os he comentado, no tienen nada que ver. Quizás los dos fallan, quizás los dos tengan éxito. Pero situémonos en un mundo positivista, donde las dos propuestas son exitosas. Situaros en un mundo donde podáis imaginar la pregunta que deseéis y hacerla posible.

El último ejemplo que quiero poneros es una idea aún más ambiciosa. Una idea que nos interpela a todos. ¿Qué pasaría si pudiéramos programar la biología del cuerpo humano para luchar contra las infecciones? Los tres primeros ejemplos no tienen final, debéis ayudarme a hacerlo posible. Pero la respuesta a esta última pregunta os la puedo explicar.

He tenido el privilegio de ser miembro del consejo de dirección de Moderna desde 2015 hasta la mitad de la pandemia. En 2015, la gente me preguntaba incrédula por qué trabajaba con “esos alocados que creen que pueden manufacturar productos farmacéuticos en el cuerpo humano”. Eran menos de cincuenta trabajadores. En 2018, Moderna salió a bolsa y todo el mundo dudaba de ello. ‘Esto no funcionará nunca’, decían, ‘y, en caso de que funcione, será dentro de veinte años’. La innovación tiene esto. Si realmente creeéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más.

‘Tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos’

La investigación básica es un ejemplo perfecto para entender todos los agentes que actúan en la innovación a largo plazo. La investigación básica en la que se basa la ciencia de Moderna es de los años noventa. Hago un paréntesis: tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos, tan sólo un riesgo marginal. Van de la A a la B, pero nunca van de la A a la Z. No hay nadie que quiera financiarla porque tiene demasiado riesgo. Pero el caso de Moderna es distinto. Esta empresa cree que esto se puede cambiar. En los años noventa y dos mil no existía este último escalón y, ahora, Moderna cree que tiene este último escalón. Ha distribuido un billón de dosis de vacunas en todo el mundo. Los dos profesores que no existían en la década de los noventa y dos mil fueron premio Nobel el pasado año. Esto es la definición de “impacto”, la definición de un ciclo. Si el gobierno no hubiera invertido en la investigación básica cuando nadie creía que funcionaría, nunca hubiera sido posible resolver el problema que he planteado hace un momento [¿qué pasaría si pudiéramos secuestrar el sistema inmunológico del cuerpo humano?]. A su vez, si Moderna y la empresa de Venture Capital, que también conozco muy bien, Flagship Pioneering, no hubieran creído en el proyecto, tampoco hubiera sido una realidad.

Cuando salimos a bolsa, no teníamos ni idea de que habría una pandemia. Habíamos realizado inversiones en producción, en investigación, inversiones en todo, para estar preparados en diez años, quince, veinte… para estar preparados por si la revolución se producía en algún momento. Por eso, cuando la pandemia llegó y el gobierno americano puso más de diez mil millones de dólares para reducir lo desconocido y reducir el riesgo para todos, se transformó en un proceso simplemente de ejecución productiva. La ciencia funcionaba. La ciencia se entendía. Teníamos la capacidad productiva a unas decenas de miles de dosis. Y lo único que hicimos fue escalar a nivel mundial. ¿Cuál es el mensaje? Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar. Atrapar las oportunidades no sólo significa formarse y estar en el lugar y en el momento adecuado, sino que hay otros elementos que quiero comentar hoy.

‘Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar’

Entonces, dejadme que le plantee el modelo de la innovación de futuro. Hasta ahora os he dado ejemplos, ahora quiero generalizarlo.

Israel Ruiz a l

El primer elemento nace con una idea transformadora porque hablamos de innovación de futuro (hay mucha innovación que no necesita una idea transformadora). Con una idea tienes suficiente. Esta idea transformadora la rodeamos de talento, de capital y de actitud. Y también, para volver a referenciar a Ferran [Adrià], la actitud es realmente la esencia de la innovación. Si uno tiene actitud innovadora, innova. Pero lo que ocurre generalmente es que, de estos cuatro pilares centrales de la innovación de futuro, acostumbramos a tener sólo tres. Y, adaptando el dicho “no hay dos sin tres”, en el caso de la innovación de futuro, “no hay tres sin cuatro”. A veces tenemos el talento, la idea y la actitud. Otros tenemos el talento, la idea y el capital, pero carece de actitud; o tenemos el capital, la idea y la actitud, pero nos falta el talento. Además, en un contexto global, el talento a menudo no está ni en nuestro país. Y todavía dejadme añadir otra complicación. Todos estos pilares centrales se mueven, como mencionaba otro referente mío, Johan Cruyff, en un entorno. ¿Qué significa entorno? La regulación, las leyes, los usuarios y consumidores y las infraestructuras son el entorno. Y, sin embargo, en el mundo actual, las inversiones en innovación están controladas, mayoritariamente, por compañías y gobiernos. Por tanto, las infraestructuras son un elemento que, normalmente, prevalece por encima de los demás.

‘Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual’

Entonces, para poder responder a la cuestión que os he planteado al principio [¿qué es la innovación de futuro?], la resumo en cuatro puntos:

El primero: las ideas y el talento. Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual. Es necesario que exista feedback de cualquier idea para entender cuáles son las que tienen potencialidad; aceptar que alguien me diga que mi idea no vale nada y reconocer que otra vale mucho y ponerme a disposición de una buena idea para salir adelante. El talento es el resultado de una buena formación. Y la formación nunca termina. Ya lo sabéis bien. La formación la seguimos, la seguimos porque todo cambia. En este sentido, tenemos la responsabilidad, como gobiernos, como individuos,

Estimado amigo Miquel Roca, hace tiempo que nos conocemos. Es un placer haber volado doce horas para estar aquí y ofrecerles mi perspectiva desde Boston. Señor Alcalde, gracias por la recepción. Autoridades, miembros de la junta, premiados, galardonados, padres, madres, familiares, amigas y amigos, señoras y señores, muchas gracias por darme la oportunidad de compartir lo que he hecho durante toda mi vida: hablar de innovación. Ya habéis mencionado que el Saló de Cent ha sido testigo de nuestra historia durante cientos de siglos. Yo nunca he mirado el pasado, siempre miro hacia el futuro. Y lo que os propongo hoy es que me acompañéis durante este viaje al futuro. Pero el pasado nos guía para mirar al futuro. Dejadme, pues, antes de empezar, que explique un poco mi trayectoria, porque la complejidad de las ideas que quisiera transmitiros necesita, primeramente, entender de dónde vengo, dónde he estado y por qué pienso lo que pienso. Una beca me cambió la vida.

Nací en Barcelona, por tanto, supongo que soy barcelonés, pero me crecí en el barrio de Santa Eulàlia de l’Hospitalet del Llobregat. Fui a una escuela de elementaria que ya no existe, como tampoco existen más de la mitad de mis compañeros de clase. Crecí en el seno de una familia humilde, de la posguerra, sin educación superior y sin posibilidad alguna. Pero, a pesar de todo, debería hacerlo bien durante los estudios académicos porque terminé en la Unoversitat Politècnica de Catalunya (UPC) estudiando ingeniería industrial y, después, trabajé en Nissan y en Hewlett-Packard.

‘Una beca me cambió la vida’

Mi sueño era ser astronauta, aunque no sabía muy bien lo que significaba ser astronauta, pero quería ir a la NASA. Sin embargo, sin mis padres como referentes, sin mentores a mi lado que me pudieran acompañar y, en esa época, sin una ingeniería aeronáutica en Catalunya, el sueño no se hizo realidad. A veces, los sueños no se realizan, pero se cumplen sueños mejores.

Israel Ruiz a l

Así pues, una beca me cambió el mundo.

Cuando recibí la beca, también me dijeron muchas veces lo que os han comentado hoy: “por favor, volved, por favor, hacedlo”. Pero yo tengo una visión distinta al respecto. Mi opinión es que estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo. Si este sitio es Barcelona, perfecto. En mi caso fue Boston y Cambridge. Buscad el lugar donde realmente tengáis la mejor palanca para vuestro talento. Representad Barcelona, representad las becas de Amics del País y, siempre, sentiros orgullosos de dónde venís y de dónde habéis estado y, sobre todo, sentiros orgullosos de lo que hagáis. En mi caso, una beca me abrió las puertas de un país, Estados Unidos, del que ahora soy ciudadano; y de una institución, el MIT, que es única en el mundo. Todo esto fue en 1999. Podemos decir, ahora mismo, que llevo ya más de media vida en Estados Unidos.

“Estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo”

En el Massachusetts Institute of Technology, MIT para los que no lo conozcáis, me encontré una universidad de investigación donde se valoran las ideas, el debate intelectual, independientemente del nombre, de la edad, de la procedencia y de la imagen que identifica a cada persona. Una corriente de aire fresco me cautivó. Llegué de estudiante, trabajé de becario y acabé siendo el vicepresidente ejecutivo y tesorero de la entidad. Cuando ejercía el cargo, supervisaba a más de tres mil personas y gestionaba el presupuesto de cuatro mil millones de dólares, dos mil millones de dólares en investigación y treinta mil millones de dólares en activos de inversión. Llegué a un mundo, que los que os dedicáis a la innovación reconoceréis, Kendall Square, que tuve el privilegio de liderar.

En 1973 yo tenía dos añitos y Kendall Square no existía. En 2005, llevaba cinco años en el MIT y Kendall Square empezaba a crecer. Hoy en día, es uno de los sitios de referencia en innovación de todo el mundo. Con este ejemplo quiero que entendáis las décadas que deben pasar para transformar un lugar hasta convertirse en un referente internacional. En este caso concreto, han tenido que pasar cincuenta años. La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad.

“La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad”

El MIT está situado en un sitio precioso junto al Charles River, entre Boston y Cambridge. Seguramente, urbanísticamente, Barcelona es mucho más bonita que Kendall Square. Pero lo importante de Kendall Square es su gente. Porque puedo afirmar que todo el mundo que se dedica y quiere dedicarse a la innovación en ciencia y tecnología tiene cabida. En Kendall Square está todo el mundo. Aquí es donde empezó Moderna (quizás mucha gente conoce este sitio por este hecho) y, también, Engine Ventures. Os hablaré de estas dos firmas más adelante, para ejemplificar y apoyar los mensajes que quiero transmitiros hoy.

Israel Ruiz a l

Al formar parte de este referente internacional, he tenido la oportunidad de recibir al presidente Mas y al presidente Puigdemont y explicarles, in situ, el modelo de educación, formación e innovación de éxito del MIT. Y no sólo eso. Durante veinte años no me he cansado de decir lo mismo (incluso Miquel se acuerda): hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro. Pero no sólo he compartido esto aquí en Catalunya, sino que he tenido el privilegio de compartirlo, por ejemplo, con Dilma Rousseff, presidenta del Brasil; con Justin Trudeau, primer ministro del Canadá; con el príncipe de Arabia Saudí (interesante cuando uno se llama Israel); e incluso con el presidente de Estados Unidos. Además, hace nueve años, estaba con el primer ministro Binyamín Netanyahu en Israel negociando, no sólo con él, sino también con el líder del Estado Palestino, el señor Mahmud Abbas.

“Hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro”

Esto es lo que, en Estados Unidos, y en un sitio como el MIT, se determina como diplomacia universitaria. Y lo que os quiero transmitir es un mensaje muy sencillo y que se reduce en el moto del MIT: Mens et Manus, es decir, “la mente y la mano”, que es realmente la metáfora de la estrategia y la ejecución, la búsqueda de la idea y el talento transformador, hablar menos y ejecutar más. Por otra parte, a raíz de todo lo que he vivido durante estos años, os digo que no me da miedo que la inteligencia artificial usurpe el cerebro del liderazgo político del mundo como alternativa para la humanidad.

En este contexto, y con este preámbulo, dejadme introduciros realmente la cuestión sobre la que quiero hablaros: la innovación de futuro. ¿Qué es la innovación de futuro? ¿Por qué me refiero a la innovación de futuro?

La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad. El señor alcalde ha mencionado algunos. Y me podríais decir: “lo que ocurre en los cafés del mundo, en las universidades del mundo, en las escuelas, ¿no es realmente innovación?” Y os responderé: “¡Por supuesto que sí!”. La innovación, tal y como dice mi buen amigo Ferran Adrià, compañero del barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet, para muchos usuarios es tener un presupuesto en una hoja de cálculo. La innovación la definimos como la definimos. La definimos en pequeño y la definimos a lo grande. Pero la innovación de futuro yo la defino como aquella que realmente cambiará el mundo a lo grande.

‘La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad’

Por eso quiero ejemplificar con imágenes tres pilares de la innovación de futuro para que seáis vosotros mismos los que contestéis la pregunta “qué es la innovación de futuro a vuestro juicio”. Estos tres pilares son: la excelencia, la relevancia y el impacto.

Esta imagen [una bifurcación] no tiene nada que ver con la innovación, sino que representa el error que a menudo cometemos los humanos a la hora de confundir lo desconocido con el riesgo. Cuando no sabemos algo, creemos que es arriesgado. Pero vosotros mismos os podéis preguntar: ‘¿Lo desconocido es arriesgado?’ Si no lo conocemos, ¿cómo podemos saberlo? A mí me produce cierta gracia la literalidad de la traducción de Venture Capital. La traducción literal de Venture Capital es “capital aventura”, como si fuera el título de una película de Marvel. La traducción correcta sería ‘capital riesgo’. Pero ‘capital aventura’ y ‘capital riesgo’ no tienen la misma connotación ni el mismo significado. Venture Capital invierte en personas que emprenden una aventura, las acompaña para que el riesgo desaparezca. Es decir, haciendo referencia a la imagen [una bifurcación al final del camino], si me preguntáis qué camino debemos escoger, yo os responderé que exploremos los dos, para descubrir qué hay detrás de la niebla.

En Engine Ventures, el proyecto en el que trabajo actualmente, nos dedicamos a intentar resolver los problemas que hoy desconocemos. A esto le llamamos Tough Tech. Buscamos la tecnología más avanzada. Buscamos a la gente y buscamos las oportunidades para que el mundo de mañana, y mañana puede ser dentro de cincuenta años, sea realmente mejor. ¿Y cómo lo hacemos? Pues preguntándonos ‘¿Qué pasaría si…?’. Por ejemplo, ¿qué pasaría si pudiéramos tener energía limpia infinita en el mundo? Y para resolver la cuestión, financiamos a empresas como Commonwealth Fusion Systems, que estudia la energía nuclear de fusión. Commonwealth Fusion Systems empezó como un proyecto de investigación básica financiado por el gobierno americano en el MIT y, posteriormente, después de décadas de integración, se ha constituido como empresa y trabaja para que en 2030 esté el primer reactor nuclear de fusión operante. Pero éste no es su único objetivo, sino que tienen la ambición de generar un cuarto de la energía que consume la humanidad con energía de fusión nuclear en 2050.

“Esta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer”

 Si esto falla, porque esto puede fallar, no pasa nada, porque durante el proceso de investigación han descubierto el material magnético y superconductor más potente del mundo. Porque ésta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer. Y esto es lo que hace que la búsqueda de innovación de futuro nos transporte a otro sitio donde pueden pasar muchas más cosas. Este experimento, que se publicó hace tres días, ha consolidado la idea de que el camino hacia la energía de fusión nuclear no es un sueño, sino que puede ser una realidad dentro de cinco o diez años.

Israel Ruiz a l

Commonwealth Fusion Systems, para relacionarla con vosotros, los becados de hoy, se ha financiado con dos mil millones de dólares, tiene más de quinientas personas trabajando en ella y la persona que lidera la producción de este elemento y de este material dejó a SpaceX de Elon Musk porque la misión que debía resolver en su antiguo trabajo ya la había cumplido, ya se habían enviado cohetes a todo el espacio. Dado que el problema ya se había resuelto, decidió trabajar para otra cuestión aún no resuelta, la fusión nuclear. El talento, el mejor talento busca siempre los problemas que aún no tienen solución. Y éste es para mí un punto fundamental. Buscad los problemas que os atraigan.

Otra pregunta que no tiene respuesta todavía es qué pasaría si pudiéramos tener la energía del sol durante todo el día. Imaginadlo. Y preguntaros por qué hoy no es factible. Algunos de vosotros diréis porqué no tenemos baterías. Y os responderé que sí, que las tenemos, pero las baterías que existen actualmente no duran todo un ciclo diario. En Engine Ventures hemos invertido en una de las compañías que trabaja con los ánodos y cátodos de las baterías para que duren un ciclo de 24 horas. Esperamos poder poner en marcha la primera producción en serie de estas baterías para poder disponer de energías renovables en todo el planeta y utilizarlas como base de carga para nuestras redes eléctricas.

“Si realmente creéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más”

Si me preguntáis si esto puede fallar, os responderé que sí, que puede fallar. En nuestro negocio, el 90% de los experimentos fallan. Por eso doblamos las oportunidades y la redundancia. La otra forma de capturar la energía del sol es aún más ambiciosa. Consiste en desplegar una constelación de satélites en todo el mundo, que rodee la Tierra, para capturar la energía solar y enviarla allí donde sea necesaria en el momento necesario. Si comparáis los perfiles de riesgos de las dos ideas y de los dos equipos que os he comentado, no tienen nada que ver. Quizás los dos fallan, quizás los dos tengan éxito. Pero situémonos en un mundo positivista, donde las dos propuestas son exitosas. Situaros en un mundo donde podáis imaginar la pregunta que deseéis y hacerla posible.

El último ejemplo que quiero poneros es una idea aún más ambiciosa. Una idea que nos interpela a todos. ¿Qué pasaría si pudiéramos programar la biología del cuerpo humano para luchar contra las infecciones? Los tres primeros ejemplos no tienen final, debéis ayudarme a hacerlo posible. Pero la respuesta a esta última pregunta os la puedo explicar.

He tenido el privilegio de ser miembro del consejo de dirección de Moderna desde 2015 hasta la mitad de la pandemia. En 2015, la gente me preguntaba incrédula por qué trabajaba con “esos alocados que creen que pueden manufacturar productos farmacéuticos en el cuerpo humano”. Eran menos de cincuenta trabajadores. En 2018, Moderna salió a bolsa y todo el mundo dudaba de ello. ‘Esto no funcionará nunca’, decían, ‘y, en caso de que funcione, será dentro de veinte años’. La innovación tiene esto. Si realmente creeéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más.

‘Tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos’

La investigación básica es un ejemplo perfecto para entender todos los agentes que actúan en la innovación a largo plazo. La investigación básica en la que se basa la ciencia de Moderna es de los años noventa. Hago un paréntesis: tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos, tan sólo un riesgo marginal. Van de la A a la B, pero nunca van de la A a la Z. No hay nadie que quiera financiarla porque tiene demasiado riesgo. Pero el caso de Moderna es distinto. Esta empresa cree que esto se puede cambiar. En los años noventa y dos mil no existía este último escalón y, ahora, Moderna cree que tiene este último escalón. Ha distribuido un billón de dosis de vacunas en todo el mundo. Los dos profesores que no existían en la década de los noventa y dos mil fueron premio Nobel el pasado año. Esto es la definición de “impacto”, la definición de un ciclo. Si el gobierno no hubiera invertido en la investigación básica cuando nadie creía que funcionaría, nunca hubiera sido posible resolver el problema que he planteado hace un momento [¿qué pasaría si pudiéramos secuestrar el sistema inmunológico del cuerpo humano?]. A su vez, si Moderna y la empresa de Venture Capital, que también conozco muy bien, Flagship Pioneering, no hubieran creído en el proyecto, tampoco hubiera sido una realidad.

Cuando salimos a bolsa, no teníamos ni idea de que habría una pandemia. Habíamos realizado inversiones en producción, en investigación, inversiones en todo, para estar preparados en diez años, quince, veinte… para estar preparados por si la revolución se producía en algún momento. Por eso, cuando la pandemia llegó y el gobierno americano puso más de diez mil millones de dólares para reducir lo desconocido y reducir el riesgo para todos, se transformó en un proceso simplemente de ejecución productiva. La ciencia funcionaba. La ciencia se entendía. Teníamos la capacidad productiva a unas decenas de miles de dosis. Y lo único que hicimos fue escalar a nivel mundial. ¿Cuál es el mensaje? Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar. Atrapar las oportunidades no sólo significa formarse y estar en el lugar y en el momento adecuado, sino que hay otros elementos que quiero comentar hoy.

‘Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar’

Entonces, dejadme que le plantee el modelo de la innovación de futuro. Hasta ahora os he dado ejemplos, ahora quiero generalizarlo.

Israel Ruiz a l

El primer elemento nace con una idea transformadora porque hablamos de innovación de futuro (hay mucha innovación que no necesita una idea transformadora). Con una idea tienes suficiente. Esta idea transformadora la rodeamos de talento, de capital y de actitud. Y también, para volver a referenciar a Ferran [Adrià], la actitud es realmente la esencia de la innovación. Si uno tiene actitud innovadora, innova. Pero lo que ocurre generalmente es que, de estos cuatro pilares centrales de la innovación de futuro, acostumbramos a tener sólo tres. Y, adaptando el dicho “no hay dos sin tres”, en el caso de la innovación de futuro, “no hay tres sin cuatro”. A veces tenemos el talento, la idea y la actitud. Otros tenemos el talento, la idea y el capital, pero carece de actitud; o tenemos el capital, la idea y la actitud, pero nos falta el talento. Además, en un contexto global, el talento a menudo no está ni en nuestro país. Y todavía dejadme añadir otra complicación. Todos estos pilares centrales se mueven, como mencionaba otro referente mío, Johan Cruyff, en un entorno. ¿Qué significa entorno? La regulación, las leyes, los usuarios y consumidores y las infraestructuras son el entorno. Y, sin embargo, en el mundo actual, las inversiones en innovación están controladas, mayoritariamente, por compañías y gobiernos. Por tanto, las infraestructuras son un elemento que, normalmente, prevalece por encima de los demás.

‘Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual’

Entonces, para poder responder a la cuestión que os he planteado al principio [¿qué es la innovación de futuro?], la resumo en cuatro puntos:

El primero: las ideas y el talento. Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual. Es necesario que exista feedback de cualquier idea para entender cuáles son las que tienen potencialidad; aceptar que alguien me diga que mi idea no vale nada y reconocer que otra vale mucho y ponerme a disposición de una buena idea para salir adelante. El talento es el resultado de una buena formación. Y la formación nunca termina. Ya lo sabéis bien. La formación la seguimos, la seguimos porque todo cambia. En este sentido, tenemos la responsabilidad, como gobiernos, como individuos,

Estimado amigo Miquel Roca, hace tiempo que nos conocemos. Es un placer haber volado doce horas para estar aquí y ofrecerles mi perspectiva desde Boston. Señor Alcalde, gracias por la recepción. Autoridades, miembros de la junta, premiados, galardonados, padres, madres, familiares, amigas y amigos, señoras y señores, muchas gracias por darme la oportunidad de compartir lo que he hecho durante toda mi vida: hablar de innovación. Ya habéis mencionado que el Saló de Cent ha sido testigo de nuestra historia durante cientos de siglos. Yo nunca he mirado el pasado, siempre miro hacia el futuro. Y lo que os propongo hoy es que me acompañéis durante este viaje al futuro. Pero el pasado nos guía para mirar al futuro. Dejadme, pues, antes de empezar, que explique un poco mi trayectoria, porque la complejidad de las ideas que quisiera transmitiros necesita, primeramente, entender de dónde vengo, dónde he estado y por qué pienso lo que pienso. Una beca me cambió la vida.

Nací en Barcelona, por tanto, supongo que soy barcelonés, pero me crecí en el barrio de Santa Eulàlia de l’Hospitalet del Llobregat. Fui a una escuela de elementaria que ya no existe, como tampoco existen más de la mitad de mis compañeros de clase. Crecí en el seno de una familia humilde, de la posguerra, sin educación superior y sin posibilidad alguna. Pero, a pesar de todo, debería hacerlo bien durante los estudios académicos porque terminé en la Unoversitat Politècnica de Catalunya (UPC) estudiando ingeniería industrial y, después, trabajé en Nissan y en Hewlett-Packard.

‘Una beca me cambió la vida’

Mi sueño era ser astronauta, aunque no sabía muy bien lo que significaba ser astronauta, pero quería ir a la NASA. Sin embargo, sin mis padres como referentes, sin mentores a mi lado que me pudieran acompañar y, en esa época, sin una ingeniería aeronáutica en Catalunya, el sueño no se hizo realidad. A veces, los sueños no se realizan, pero se cumplen sueños mejores.

Israel Ruiz a l

Así pues, una beca me cambió el mundo.

Cuando recibí la beca, también me dijeron muchas veces lo que os han comentado hoy: “por favor, volved, por favor, hacedlo”. Pero yo tengo una visión distinta al respecto. Mi opinión es que estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo. Si este sitio es Barcelona, perfecto. En mi caso fue Boston y Cambridge. Buscad el lugar donde realmente tengáis la mejor palanca para vuestro talento. Representad Barcelona, representad las becas de Amics del País y, siempre, sentiros orgullosos de dónde venís y de dónde habéis estado y, sobre todo, sentiros orgullosos de lo que hagáis. En mi caso, una beca me abrió las puertas de un país, Estados Unidos, del que ahora soy ciudadano; y de una institución, el MIT, que es única en el mundo. Todo esto fue en 1999. Podemos decir, ahora mismo, que llevo ya más de media vida en Estados Unidos.

“Estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo”

En el Massachusetts Institute of Technology, MIT para los que no lo conozcáis, me encontré una universidad de investigación donde se valoran las ideas, el debate intelectual, independientemente del nombre, de la edad, de la procedencia y de la imagen que identifica a cada persona. Una corriente de aire fresco me cautivó. Llegué de estudiante, trabajé de becario y acabé siendo el vicepresidente ejecutivo y tesorero de la entidad. Cuando ejercía el cargo, supervisaba a más de tres mil personas y gestionaba el presupuesto de cuatro mil millones de dólares, dos mil millones de dólares en investigación y treinta mil millones de dólares en activos de inversión. Llegué a un mundo, que los que os dedicáis a la innovación reconoceréis, Kendall Square, que tuve el privilegio de liderar.

En 1973 yo tenía dos añitos y Kendall Square no existía. En 2005, llevaba cinco años en el MIT y Kendall Square empezaba a crecer. Hoy en día, es uno de los sitios de referencia en innovación de todo el mundo. Con este ejemplo quiero que entendáis las décadas que deben pasar para transformar un lugar hasta convertirse en un referente internacional. En este caso concreto, han tenido que pasar cincuenta años. La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad.

“La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad”

El MIT está situado en un sitio precioso junto al Charles River, entre Boston y Cambridge. Seguramente, urbanísticamente, Barcelona es mucho más bonita que Kendall Square. Pero lo importante de Kendall Square es su gente. Porque puedo afirmar que todo el mundo que se dedica y quiere dedicarse a la innovación en ciencia y tecnología tiene cabida. En Kendall Square está todo el mundo. Aquí es donde empezó Moderna (quizás mucha gente conoce este sitio por este hecho) y, también, Engine Ventures. Os hablaré de estas dos firmas más adelante, para ejemplificar y apoyar los mensajes que quiero transmitiros hoy.

Israel Ruiz a l

Al formar parte de este referente internacional, he tenido la oportunidad de recibir al presidente Mas y al presidente Puigdemont y explicarles, in situ, el modelo de educación, formación e innovación de éxito del MIT. Y no sólo eso. Durante veinte años no me he cansado de decir lo mismo (incluso Miquel se acuerda): hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro. Pero no sólo he compartido esto aquí en Catalunya, sino que he tenido el privilegio de compartirlo, por ejemplo, con Dilma Rousseff, presidenta del Brasil; con Justin Trudeau, primer ministro del Canadá; con el príncipe de Arabia Saudí (interesante cuando uno se llama Israel); e incluso con el presidente de Estados Unidos. Además, hace nueve años, estaba con el primer ministro Binyamín Netanyahu en Israel negociando, no sólo con él, sino también con el líder del Estado Palestino, el señor Mahmud Abbas.

“Hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro”

Esto es lo que, en Estados Unidos, y en un sitio como el MIT, se determina como diplomacia universitaria. Y lo que os quiero transmitir es un mensaje muy sencillo y que se reduce en el moto del MIT: Mens et Manus, es decir, “la mente y la mano”, que es realmente la metáfora de la estrategia y la ejecución, la búsqueda de la idea y el talento transformador, hablar menos y ejecutar más. Por otra parte, a raíz de todo lo que he vivido durante estos años, os digo que no me da miedo que la inteligencia artificial usurpe el cerebro del liderazgo político del mundo como alternativa para la humanidad.

En este contexto, y con este preámbulo, dejadme introduciros realmente la cuestión sobre la que quiero hablaros: la innovación de futuro. ¿Qué es la innovación de futuro? ¿Por qué me refiero a la innovación de futuro?

La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad. El señor alcalde ha mencionado algunos. Y me podríais decir: “lo que ocurre en los cafés del mundo, en las universidades del mundo, en las escuelas, ¿no es realmente innovación?” Y os responderé: “¡Por supuesto que sí!”. La innovación, tal y como dice mi buen amigo Ferran Adrià, compañero del barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet, para muchos usuarios es tener un presupuesto en una hoja de cálculo. La innovación la definimos como la definimos. La definimos en pequeño y la definimos a lo grande. Pero la innovación de futuro yo la defino como aquella que realmente cambiará el mundo a lo grande.

‘La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad’

Por eso quiero ejemplificar con imágenes tres pilares de la innovación de futuro para que seáis vosotros mismos los que contestéis la pregunta “qué es la innovación de futuro a vuestro juicio”. Estos tres pilares son: la excelencia, la relevancia y el impacto.

Esta imagen [una bifurcación] no tiene nada que ver con la innovación, sino que representa el error que a menudo cometemos los humanos a la hora de confundir lo desconocido con el riesgo. Cuando no sabemos algo, creemos que es arriesgado. Pero vosotros mismos os podéis preguntar: ‘¿Lo desconocido es arriesgado?’ Si no lo conocemos, ¿cómo podemos saberlo? A mí me produce cierta gracia la literalidad de la traducción de Venture Capital. La traducción literal de Venture Capital es “capital aventura”, como si fuera el título de una película de Marvel. La traducción correcta sería ‘capital riesgo’. Pero ‘capital aventura’ y ‘capital riesgo’ no tienen la misma connotación ni el mismo significado. Venture Capital invierte en personas que emprenden una aventura, las acompaña para que el riesgo desaparezca. Es decir, haciendo referencia a la imagen [una bifurcación al final del camino], si me preguntáis qué camino debemos escoger, yo os responderé que exploremos los dos, para descubrir qué hay detrás de la niebla.

En Engine Ventures, el proyecto en el que trabajo actualmente, nos dedicamos a intentar resolver los problemas que hoy desconocemos. A esto le llamamos Tough Tech. Buscamos la tecnología más avanzada. Buscamos a la gente y buscamos las oportunidades para que el mundo de mañana, y mañana puede ser dentro de cincuenta años, sea realmente mejor. ¿Y cómo lo hacemos? Pues preguntándonos ‘¿Qué pasaría si…?’. Por ejemplo, ¿qué pasaría si pudiéramos tener energía limpia infinita en el mundo? Y para resolver la cuestión, financiamos a empresas como Commonwealth Fusion Systems, que estudia la energía nuclear de fusión. Commonwealth Fusion Systems empezó como un proyecto de investigación básica financiado por el gobierno americano en el MIT y, posteriormente, después de décadas de integración, se ha constituido como empresa y trabaja para que en 2030 esté el primer reactor nuclear de fusión operante. Pero éste no es su único objetivo, sino que tienen la ambición de generar un cuarto de la energía que consume la humanidad con energía de fusión nuclear en 2050.

“Esta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer”

 Si esto falla, porque esto puede fallar, no pasa nada, porque durante el proceso de investigación han descubierto el material magnético y superconductor más potente del mundo. Porque ésta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer. Y esto es lo que hace que la búsqueda de innovación de futuro nos transporte a otro sitio donde pueden pasar muchas más cosas. Este experimento, que se publicó hace tres días, ha consolidado la idea de que el camino hacia la energía de fusión nuclear no es un sueño, sino que puede ser una realidad dentro de cinco o diez años.

Israel Ruiz a l

Commonwealth Fusion Systems, para relacionarla con vosotros, los becados de hoy, se ha financiado con dos mil millones de dólares, tiene más de quinientas personas trabajando en ella y la persona que lidera la producción de este elemento y de este material dejó a SpaceX de Elon Musk porque la misión que debía resolver en su antiguo trabajo ya la había cumplido, ya se habían enviado cohetes a todo el espacio. Dado que el problema ya se había resuelto, decidió trabajar para otra cuestión aún no resuelta, la fusión nuclear. El talento, el mejor talento busca siempre los problemas que aún no tienen solución. Y éste es para mí un punto fundamental. Buscad los problemas que os atraigan.

Otra pregunta que no tiene respuesta todavía es qué pasaría si pudiéramos tener la energía del sol durante todo el día. Imaginadlo. Y preguntaros por qué hoy no es factible. Algunos de vosotros diréis porqué no tenemos baterías. Y os responderé que sí, que las tenemos, pero las baterías que existen actualmente no duran todo un ciclo diario. En Engine Ventures hemos invertido en una de las compañías que trabaja con los ánodos y cátodos de las baterías para que duren un ciclo de 24 horas. Esperamos poder poner en marcha la primera producción en serie de estas baterías para poder disponer de energías renovables en todo el planeta y utilizarlas como base de carga para nuestras redes eléctricas.

“Si realmente creéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más”

Si me preguntáis si esto puede fallar, os responderé que sí, que puede fallar. En nuestro negocio, el 90% de los experimentos fallan. Por eso doblamos las oportunidades y la redundancia. La otra forma de capturar la energía del sol es aún más ambiciosa. Consiste en desplegar una constelación de satélites en todo el mundo, que rodee la Tierra, para capturar la energía solar y enviarla allí donde sea necesaria en el momento necesario. Si comparáis los perfiles de riesgos de las dos ideas y de los dos equipos que os he comentado, no tienen nada que ver. Quizás los dos fallan, quizás los dos tengan éxito. Pero situémonos en un mundo positivista, donde las dos propuestas son exitosas. Situaros en un mundo donde podáis imaginar la pregunta que deseéis y hacerla posible.

El último ejemplo que quiero poneros es una idea aún más ambiciosa. Una idea que nos interpela a todos. ¿Qué pasaría si pudiéramos programar la biología del cuerpo humano para luchar contra las infecciones? Los tres primeros ejemplos no tienen final, debéis ayudarme a hacerlo posible. Pero la respuesta a esta última pregunta os la puedo explicar.

He tenido el privilegio de ser miembro del consejo de dirección de Moderna desde 2015 hasta la mitad de la pandemia. En 2015, la gente me preguntaba incrédula por qué trabajaba con “esos alocados que creen que pueden manufacturar productos farmacéuticos en el cuerpo humano”. Eran menos de cincuenta trabajadores. En 2018, Moderna salió a bolsa y todo el mundo dudaba de ello. ‘Esto no funcionará nunca’, decían, ‘y, en caso de que funcione, será dentro de veinte años’. La innovación tiene esto. Si realmente creeéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más.

‘Tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos’

La investigación básica es un ejemplo perfecto para entender todos los agentes que actúan en la innovación a largo plazo. La investigación básica en la que se basa la ciencia de Moderna es de los años noventa. Hago un paréntesis: tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos, tan sólo un riesgo marginal. Van de la A a la B, pero nunca van de la A a la Z. No hay nadie que quiera financiarla porque tiene demasiado riesgo. Pero el caso de Moderna es distinto. Esta empresa cree que esto se puede cambiar. En los años noventa y dos mil no existía este último escalón y, ahora, Moderna cree que tiene este último escalón. Ha distribuido un billón de dosis de vacunas en todo el mundo. Los dos profesores que no existían en la década de los noventa y dos mil fueron premio Nobel el pasado año. Esto es la definición de “impacto”, la definición de un ciclo. Si el gobierno no hubiera invertido en la investigación básica cuando nadie creía que funcionaría, nunca hubiera sido posible resolver el problema que he planteado hace un momento [¿qué pasaría si pudiéramos secuestrar el sistema inmunológico del cuerpo humano?]. A su vez, si Moderna y la empresa de Venture Capital, que también conozco muy bien, Flagship Pioneering, no hubieran creído en el proyecto, tampoco hubiera sido una realidad.

Cuando salimos a bolsa, no teníamos ni idea de que habría una pandemia. Habíamos realizado inversiones en producción, en investigación, inversiones en todo, para estar preparados en diez años, quince, veinte… para estar preparados por si la revolución se producía en algún momento. Por eso, cuando la pandemia llegó y el gobierno americano puso más de diez mil millones de dólares para reducir lo desconocido y reducir el riesgo para todos, se transformó en un proceso simplemente de ejecución productiva. La ciencia funcionaba. La ciencia se entendía. Teníamos la capacidad productiva a unas decenas de miles de dosis. Y lo único que hicimos fue escalar a nivel mundial. ¿Cuál es el mensaje? Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar. Atrapar las oportunidades no sólo significa formarse y estar en el lugar y en el momento adecuado, sino que hay otros elementos que quiero comentar hoy.

‘Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar’

Entonces, dejadme que le plantee el modelo de la innovación de futuro. Hasta ahora os he dado ejemplos, ahora quiero generalizarlo.

Israel Ruiz a l

El primer elemento nace con una idea transformadora porque hablamos de innovación de futuro (hay mucha innovación que no necesita una idea transformadora). Con una idea tienes suficiente. Esta idea transformadora la rodeamos de talento, de capital y de actitud. Y también, para volver a referenciar a Ferran [Adrià], la actitud es realmente la esencia de la innovación. Si uno tiene actitud innovadora, innova. Pero lo que ocurre generalmente es que, de estos cuatro pilares centrales de la innovación de futuro, acostumbramos a tener sólo tres. Y, adaptando el dicho “no hay dos sin tres”, en el caso de la innovación de futuro, “no hay tres sin cuatro”. A veces tenemos el talento, la idea y la actitud. Otros tenemos el talento, la idea y el capital, pero carece de actitud; o tenemos el capital, la idea y la actitud, pero nos falta el talento. Además, en un contexto global, el talento a menudo no está ni en nuestro país. Y todavía dejadme añadir otra complicación. Todos estos pilares centrales se mueven, como mencionaba otro referente mío, Johan Cruyff, en un entorno. ¿Qué significa entorno? La regulación, las leyes, los usuarios y consumidores y las infraestructuras son el entorno. Y, sin embargo, en el mundo actual, las inversiones en innovación están controladas, mayoritariamente, por compañías y gobiernos. Por tanto, las infraestructuras son un elemento que, normalmente, prevalece por encima de los demás.

‘Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual’

Entonces, para poder responder a la cuestión que os he planteado al principio [¿qué es la innovación de futuro?], la resumo en cuatro puntos:

El primero: las ideas y el talento. Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual. Es necesario que exista feedback de cualquier idea para entender cuáles son las que tienen potencialidad; aceptar que alguien me diga que mi idea no vale nada y reconocer que otra vale mucho y ponerme a disposición de una buena idea para salir adelante. El talento es el resultado de una buena formación. Y la formación nunca termina. Ya lo sabéis bien. La formación la seguimos, la seguimos porque todo cambia. En este sentido, tenemos la responsabilidad, como gobiernos, como individuos,

Hora
Tipo de publicación

Textos Amigos del País

Hora
Data

12-03-2024

Estimado amigo Miquel Roca, hace tiempo que nos conocemos. Es un placer haber volado doce horas para estar aquí y ofrecerles mi perspectiva desde Boston. Señor Alcalde, gracias por la recepción. Autoridades, miembros de la junta, premiados, galardonados, padres, madres, familiares, amigas y amigos, señoras y señores, muchas gracias por darme la oportunidad de compartir lo que he hecho durante toda mi vida: hablar de innovación. Ya habéis mencionado que el Saló de Cent ha sido testigo de nuestra historia durante cientos de siglos. Yo nunca he mirado el pasado, siempre miro hacia el futuro. Y lo que os propongo hoy es que me acompañéis durante este viaje al futuro. Pero el pasado nos guía para mirar al futuro. Dejadme, pues, antes de empezar, que explique un poco mi trayectoria, porque la complejidad de las ideas que quisiera transmitiros necesita, primeramente, entender de dónde vengo, dónde he estado y por qué pienso lo que pienso. Una beca me cambió la vida.

Nací en Barcelona, por tanto, supongo que soy barcelonés, pero me crecí en el barrio de Santa Eulàlia de l’Hospitalet del Llobregat. Fui a una escuela de elementaria que ya no existe, como tampoco existen más de la mitad de mis compañeros de clase. Crecí en el seno de una familia humilde, de la posguerra, sin educación superior y sin posibilidad alguna. Pero, a pesar de todo, debería hacerlo bien durante los estudios académicos porque terminé en la Unoversitat Politècnica de Catalunya (UPC) estudiando ingeniería industrial y, después, trabajé en Nissan y en Hewlett-Packard.

‘Una beca me cambió la vida’

Mi sueño era ser astronauta, aunque no sabía muy bien lo que significaba ser astronauta, pero quería ir a la NASA. Sin embargo, sin mis padres como referentes, sin mentores a mi lado que me pudieran acompañar y, en esa época, sin una ingeniería aeronáutica en Catalunya, el sueño no se hizo realidad. A veces, los sueños no se realizan, pero se cumplen sueños mejores.

Israel Ruiz a l

Así pues, una beca me cambió el mundo.

Cuando recibí la beca, también me dijeron muchas veces lo que os han comentado hoy: “por favor, volved, por favor, hacedlo”. Pero yo tengo una visión distinta al respecto. Mi opinión es que estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo. Si este sitio es Barcelona, perfecto. En mi caso fue Boston y Cambridge. Buscad el lugar donde realmente tengáis la mejor palanca para vuestro talento. Representad Barcelona, representad las becas de Amics del País y, siempre, sentiros orgullosos de dónde venís y de dónde habéis estado y, sobre todo, sentiros orgullosos de lo que hagáis. En mi caso, una beca me abrió las puertas de un país, Estados Unidos, del que ahora soy ciudadano; y de una institución, el MIT, que es única en el mundo. Todo esto fue en 1999. Podemos decir, ahora mismo, que llevo ya más de media vida en Estados Unidos.

“Estéis donde estéis, representad el lugar de dónde venís y representad la excelencia de dónde venís; y donde quiera que estéis, buscad el mejor lugar para tener la mayor influencia en el mundo”

En el Massachusetts Institute of Technology, MIT para los que no lo conozcáis, me encontré una universidad de investigación donde se valoran las ideas, el debate intelectual, independientemente del nombre, de la edad, de la procedencia y de la imagen que identifica a cada persona. Una corriente de aire fresco me cautivó. Llegué de estudiante, trabajé de becario y acabé siendo el vicepresidente ejecutivo y tesorero de la entidad. Cuando ejercía el cargo, supervisaba a más de tres mil personas y gestionaba el presupuesto de cuatro mil millones de dólares, dos mil millones de dólares en investigación y treinta mil millones de dólares en activos de inversión. Llegué a un mundo, que los que os dedicáis a la innovación reconoceréis, Kendall Square, que tuve el privilegio de liderar.

En 1973 yo tenía dos añitos y Kendall Square no existía. En 2005, llevaba cinco años en el MIT y Kendall Square empezaba a crecer. Hoy en día, es uno de los sitios de referencia en innovación de todo el mundo. Con este ejemplo quiero que entendáis las décadas que deben pasar para transformar un lugar hasta convertirse en un referente internacional. En este caso concreto, han tenido que pasar cincuenta años. La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad.

“La innovación de futuro no se crea de hoy para mañana. Se crea con décadas de consistencia y estabilidad”

El MIT está situado en un sitio precioso junto al Charles River, entre Boston y Cambridge. Seguramente, urbanísticamente, Barcelona es mucho más bonita que Kendall Square. Pero lo importante de Kendall Square es su gente. Porque puedo afirmar que todo el mundo que se dedica y quiere dedicarse a la innovación en ciencia y tecnología tiene cabida. En Kendall Square está todo el mundo. Aquí es donde empezó Moderna (quizás mucha gente conoce este sitio por este hecho) y, también, Engine Ventures. Os hablaré de estas dos firmas más adelante, para ejemplificar y apoyar los mensajes que quiero transmitiros hoy.

Israel Ruiz a l

Al formar parte de este referente internacional, he tenido la oportunidad de recibir al presidente Mas y al presidente Puigdemont y explicarles, in situ, el modelo de educación, formación e innovación de éxito del MIT. Y no sólo eso. Durante veinte años no me he cansado de decir lo mismo (incluso Miquel se acuerda): hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro. Pero no sólo he compartido esto aquí en Catalunya, sino que he tenido el privilegio de compartirlo, por ejemplo, con Dilma Rousseff, presidenta del Brasil; con Justin Trudeau, primer ministro del Canadá; con el príncipe de Arabia Saudí (interesante cuando uno se llama Israel); e incluso con el presidente de Estados Unidos. Además, hace nueve años, estaba con el primer ministro Binyamín Netanyahu en Israel negociando, no sólo con él, sino también con el líder del Estado Palestino, el señor Mahmud Abbas.

“Hacen falta cambios de liderazgo y de actitud en las universidades. Porque las apuestas arriesgadas son las que realmente definen el futuro”

Esto es lo que, en Estados Unidos, y en un sitio como el MIT, se determina como diplomacia universitaria. Y lo que os quiero transmitir es un mensaje muy sencillo y que se reduce en el moto del MIT: Mens et Manus, es decir, “la mente y la mano”, que es realmente la metáfora de la estrategia y la ejecución, la búsqueda de la idea y el talento transformador, hablar menos y ejecutar más. Por otra parte, a raíz de todo lo que he vivido durante estos años, os digo que no me da miedo que la inteligencia artificial usurpe el cerebro del liderazgo político del mundo como alternativa para la humanidad.

En este contexto, y con este preámbulo, dejadme introduciros realmente la cuestión sobre la que quiero hablaros: la innovación de futuro. ¿Qué es la innovación de futuro? ¿Por qué me refiero a la innovación de futuro?

La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad. El señor alcalde ha mencionado algunos. Y me podríais decir: “lo que ocurre en los cafés del mundo, en las universidades del mundo, en las escuelas, ¿no es realmente innovación?” Y os responderé: “¡Por supuesto que sí!”. La innovación, tal y como dice mi buen amigo Ferran Adrià, compañero del barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet, para muchos usuarios es tener un presupuesto en una hoja de cálculo. La innovación la definimos como la definimos. La definimos en pequeño y la definimos a lo grande. Pero la innovación de futuro yo la defino como aquella que realmente cambiará el mundo a lo grande.

‘La innovación de futuro la defino como aquella que nace de la urgencia por resolver los problemas de la humanidad’

Por eso quiero ejemplificar con imágenes tres pilares de la innovación de futuro para que seáis vosotros mismos los que contestéis la pregunta “qué es la innovación de futuro a vuestro juicio”. Estos tres pilares son: la excelencia, la relevancia y el impacto.

Esta imagen [una bifurcación] no tiene nada que ver con la innovación, sino que representa el error que a menudo cometemos los humanos a la hora de confundir lo desconocido con el riesgo. Cuando no sabemos algo, creemos que es arriesgado. Pero vosotros mismos os podéis preguntar: ‘¿Lo desconocido es arriesgado?’ Si no lo conocemos, ¿cómo podemos saberlo? A mí me produce cierta gracia la literalidad de la traducción de Venture Capital. La traducción literal de Venture Capital es “capital aventura”, como si fuera el título de una película de Marvel. La traducción correcta sería ‘capital riesgo’. Pero ‘capital aventura’ y ‘capital riesgo’ no tienen la misma connotación ni el mismo significado. Venture Capital invierte en personas que emprenden una aventura, las acompaña para que el riesgo desaparezca. Es decir, haciendo referencia a la imagen [una bifurcación al final del camino], si me preguntáis qué camino debemos escoger, yo os responderé que exploremos los dos, para descubrir qué hay detrás de la niebla.

En Engine Ventures, el proyecto en el que trabajo actualmente, nos dedicamos a intentar resolver los problemas que hoy desconocemos. A esto le llamamos Tough Tech. Buscamos la tecnología más avanzada. Buscamos a la gente y buscamos las oportunidades para que el mundo de mañana, y mañana puede ser dentro de cincuenta años, sea realmente mejor. ¿Y cómo lo hacemos? Pues preguntándonos ‘¿Qué pasaría si…?’. Por ejemplo, ¿qué pasaría si pudiéramos tener energía limpia infinita en el mundo? Y para resolver la cuestión, financiamos a empresas como Commonwealth Fusion Systems, que estudia la energía nuclear de fusión. Commonwealth Fusion Systems empezó como un proyecto de investigación básica financiado por el gobierno americano en el MIT y, posteriormente, después de décadas de integración, se ha constituido como empresa y trabaja para que en 2030 esté el primer reactor nuclear de fusión operante. Pero éste no es su único objetivo, sino que tienen la ambición de generar un cuarto de la energía que consume la humanidad con energía de fusión nuclear en 2050.

“Esta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer”

 Si esto falla, porque esto puede fallar, no pasa nada, porque durante el proceso de investigación han descubierto el material magnético y superconductor más potente del mundo. Porque ésta es la magia de lo desconocido: cuando intentas conocerlo, descubres cosas que ni tú mismo sabías que las querías conocer. Y esto es lo que hace que la búsqueda de innovación de futuro nos transporte a otro sitio donde pueden pasar muchas más cosas. Este experimento, que se publicó hace tres días, ha consolidado la idea de que el camino hacia la energía de fusión nuclear no es un sueño, sino que puede ser una realidad dentro de cinco o diez años.

Israel Ruiz a l

Commonwealth Fusion Systems, para relacionarla con vosotros, los becados de hoy, se ha financiado con dos mil millones de dólares, tiene más de quinientas personas trabajando en ella y la persona que lidera la producción de este elemento y de este material dejó a SpaceX de Elon Musk porque la misión que debía resolver en su antiguo trabajo ya la había cumplido, ya se habían enviado cohetes a todo el espacio. Dado que el problema ya se había resuelto, decidió trabajar para otra cuestión aún no resuelta, la fusión nuclear. El talento, el mejor talento busca siempre los problemas que aún no tienen solución. Y éste es para mí un punto fundamental. Buscad los problemas que os atraigan.

Otra pregunta que no tiene respuesta todavía es qué pasaría si pudiéramos tener la energía del sol durante todo el día. Imaginadlo. Y preguntaros por qué hoy no es factible. Algunos de vosotros diréis porqué no tenemos baterías. Y os responderé que sí, que las tenemos, pero las baterías que existen actualmente no duran todo un ciclo diario. En Engine Ventures hemos invertido en una de las compañías que trabaja con los ánodos y cátodos de las baterías para que duren un ciclo de 24 horas. Esperamos poder poner en marcha la primera producción en serie de estas baterías para poder disponer de energías renovables en todo el planeta y utilizarlas como base de carga para nuestras redes eléctricas.

“Si realmente creéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más”

Si me preguntáis si esto puede fallar, os responderé que sí, que puede fallar. En nuestro negocio, el 90% de los experimentos fallan. Por eso doblamos las oportunidades y la redundancia. La otra forma de capturar la energía del sol es aún más ambiciosa. Consiste en desplegar una constelación de satélites en todo el mundo, que rodee la Tierra, para capturar la energía solar y enviarla allí donde sea necesaria en el momento necesario. Si comparáis los perfiles de riesgos de las dos ideas y de los dos equipos que os he comentado, no tienen nada que ver. Quizás los dos fallan, quizás los dos tengan éxito. Pero situémonos en un mundo positivista, donde las dos propuestas son exitosas. Situaros en un mundo donde podáis imaginar la pregunta que deseéis y hacerla posible.

El último ejemplo que quiero poneros es una idea aún más ambiciosa. Una idea que nos interpela a todos. ¿Qué pasaría si pudiéramos programar la biología del cuerpo humano para luchar contra las infecciones? Los tres primeros ejemplos no tienen final, debéis ayudarme a hacerlo posible. Pero la respuesta a esta última pregunta os la puedo explicar.

He tenido el privilegio de ser miembro del consejo de dirección de Moderna desde 2015 hasta la mitad de la pandemia. En 2015, la gente me preguntaba incrédula por qué trabajaba con “esos alocados que creen que pueden manufacturar productos farmacéuticos en el cuerpo humano”. Eran menos de cincuenta trabajadores. En 2018, Moderna salió a bolsa y todo el mundo dudaba de ello. ‘Esto no funcionará nunca’, decían, ‘y, en caso de que funcione, será dentro de veinte años’. La innovación tiene esto. Si realmente creeéis en algo que cambia el paradigma actual, os dirán que no funcionará nunca y, en nuestro país, con todos los respetos, eso lo oiréis todavía más.

‘Tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos’

La investigación básica es un ejemplo perfecto para entender todos los agentes que actúan en la innovación a largo plazo. La investigación básica en la que se basa la ciencia de Moderna es de los años noventa. Hago un paréntesis: tal y como funcionan las universidades hoy en día, la investigación básica está casi abandonada, porque las agencias que la financian no quieren asumir riesgos, tan sólo un riesgo marginal. Van de la A a la B, pero nunca van de la A a la Z. No hay nadie que quiera financiarla porque tiene demasiado riesgo. Pero el caso de Moderna es distinto. Esta empresa cree que esto se puede cambiar. En los años noventa y dos mil no existía este último escalón y, ahora, Moderna cree que tiene este último escalón. Ha distribuido un billón de dosis de vacunas en todo el mundo. Los dos profesores que no existían en la década de los noventa y dos mil fueron premio Nobel el pasado año. Esto es la definición de “impacto”, la definición de un ciclo. Si el gobierno no hubiera invertido en la investigación básica cuando nadie creía que funcionaría, nunca hubiera sido posible resolver el problema que he planteado hace un momento [¿qué pasaría si pudiéramos secuestrar el sistema inmunológico del cuerpo humano?]. A su vez, si Moderna y la empresa de Venture Capital, que también conozco muy bien, Flagship Pioneering, no hubieran creído en el proyecto, tampoco hubiera sido una realidad.

Cuando salimos a bolsa, no teníamos ni idea de que habría una pandemia. Habíamos realizado inversiones en producción, en investigación, inversiones en todo, para estar preparados en diez años, quince, veinte… para estar preparados por si la revolución se producía en algún momento. Por eso, cuando la pandemia llegó y el gobierno americano puso más de diez mil millones de dólares para reducir lo desconocido y reducir el riesgo para todos, se transformó en un proceso simplemente de ejecución productiva. La ciencia funcionaba. La ciencia se entendía. Teníamos la capacidad productiva a unas decenas de miles de dosis. Y lo único que hicimos fue escalar a nivel mundial. ¿Cuál es el mensaje? Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar. Atrapar las oportunidades no sólo significa formarse y estar en el lugar y en el momento adecuado, sino que hay otros elementos que quiero comentar hoy.

‘Si no se está preparado, cuando las oportunidades vienen, no se pueden atrapar’

Entonces, dejadme que le plantee el modelo de la innovación de futuro. Hasta ahora os he dado ejemplos, ahora quiero generalizarlo.

Israel Ruiz a l

El primer elemento nace con una idea transformadora porque hablamos de innovación de futuro (hay mucha innovación que no necesita una idea transformadora). Con una idea tienes suficiente. Esta idea transformadora la rodeamos de talento, de capital y de actitud. Y también, para volver a referenciar a Ferran [Adrià], la actitud es realmente la esencia de la innovación. Si uno tiene actitud innovadora, innova. Pero lo que ocurre generalmente es que, de estos cuatro pilares centrales de la innovación de futuro, acostumbramos a tener sólo tres. Y, adaptando el dicho “no hay dos sin tres”, en el caso de la innovación de futuro, “no hay tres sin cuatro”. A veces tenemos el talento, la idea y la actitud. Otros tenemos el talento, la idea y el capital, pero carece de actitud; o tenemos el capital, la idea y la actitud, pero nos falta el talento. Además, en un contexto global, el talento a menudo no está ni en nuestro país. Y todavía dejadme añadir otra complicación. Todos estos pilares centrales se mueven, como mencionaba otro referente mío, Johan Cruyff, en un entorno. ¿Qué significa entorno? La regulación, las leyes, los usuarios y consumidores y las infraestructuras son el entorno. Y, sin embargo, en el mundo actual, las inversiones en innovación están controladas, mayoritariamente, por compañías y gobiernos. Por tanto, las infraestructuras son un elemento que, normalmente, prevalece por encima de los demás.

‘Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual’

Entonces, para poder responder a la cuestión que os he planteado al principio [¿qué es la innovación de futuro?], la resumo en cuatro puntos:

El primero: las ideas y el talento. Para que haya ideas, es necesario cultivar una cultura de ideas, es necesario cultivar el debate intelectual, la diversidad intelectual. Es necesario que exista feedback de cualquier idea para entender cuáles son las que tienen potencialidad; aceptar que alguien me diga que mi idea no vale nada y reconocer que otra vale mucho y ponerme a disposición de una buena idea para salir adelante. El talento es el resultado de una buena formación. Y la formación nunca termina. Ya lo sabéis bien. La formación la seguimos, la seguimos porque todo cambia. En este sentido, tenemos la responsabilidad, como gobiernos, como individuos,

L’impacte de la supercomputació a la ciència i a la societat | Josep Maria Martorell
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L’impacte de la supercomputació a la ciència i a la societat | Josep Maria Martorell

Conferencia pronunciada en el acto solemne de la entrega de los Premios Anuales de Amics del País celebrado en el Saló de Cent del Ajuntament de Barcelona

Muchas gracias señor Miquel Roca, presidente de Amics del País, primer teniente de alcalde, miembros de la junta de la SEBAP. Es un gran honor tener la oportunidad de estar aquí hoy, y no sólo por el maravilloso escenario, esta sala del Consell de Cent, sino también para poder compartir con vosotros algunas reflexiones que el señor Miquel Roca ya ha esbozado.

Cuando uno debe hablar públicamente, como me ocurre a mí de vez en cuando a causa de mi trabajo, puede ser difícil hacerlo ante un público tan diverso, compuesto por personas con trayectorias profesionales impresionantes, familias orgullosas de sus hijos e hijas y jóvenes con un talento excepcional. Por tanto, no es sencillo ajustar el tono del discurso. Sin embargo, me dirigiré sobre todo a los más jóvenes, que me dará la libertad de ser, quizás no del todo preciso técnicamente, pero sí, divulgativo. Espero que los expertos presentes me disculpen.

‘No es que Barcelona pueda ser capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo, de la supercomputación’

Quisiera empezar profundizando un poco más en la idea fundamental que el señor Miquel Roca ya ha presentado sobre el rol de nuestra ciudad en el mundo. No es que Barcelona pueda ser (en condicional) una capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que quiero hablaros de un ámbito donde Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo. Me gustaría presentarles la realidad de esta ciudad en el ámbito de las tecnologías computacionales y digitales profundas.

En primer lugar, me gustaría empezar explicándoos qué está pasando ahora mismo en el ámbito IA y las tecnologías digitales, en general, y por qué. Estos días, cuando entramos en Twitter o cualquier diario digital, vemos noticias sobre el chatGPT contínuamente. Quisiera explicaros, tecnológicamente, por qué ocurre esto, exactamente ahora, y por qué es fruto de una convergencia de tecnologías. En segundo lugar, me gustaría transmitirles un poco el impacto que esto tiene, no sólo, en la sociedad, la economía o los debates éticos, que hay muchos, sino en la actividad científica y cómo los científicos trabajan de forma diferente debido a esta convergencia digital. En tercer lugar, me gustaría explicarles que esto no sólo afecta a la ciencia, sino también a la industria y muchas empresas. Y, por supuesto, un tema que es importante para la ciencia y la industria tiene un impacto geopolítico muy claro. Por tanto, me gustaría hablaros del papel que creemos que puede jugar Europa, y en particular Barcelona, en esta carrera entre los grandes países del mundo para el control de la tecnología digital. Y, finalmente, quisiera discutir sobre el futuro, hacia dónde nos dirigimos y qué tecnologías llegarán posteriormente (o complementariamente) al dominio del silicio.

La convergencia de las tecnologías digitales

Permítanme empezar insistiendo en que seré técnicamente poco preciso, así que me disculpo con aquellos que saben más que yo, algunos presentes en esta sala. Dicho esto, empiezo con dos ejemplos con los que quiero mostrar hasta qué punto la tecnología de computación ha avanzado en las últimas décadas. Una es el ENIAC, uno de los primeros ordenadores instalados en Estados Unidos a finales de los años cuarenta y hasta mediados de los cincuenta del siglo pasado, en Pensilvania. La otra es el Frontier, actualmente el supercomputador reconocido como el más potente del mundo de acuerdo con el ranking del Top500, instalado por nuestros colegas de Oak Ridge en Estados Unidos, en un centro dependiente del Departamento de Energía del Gobierno estadounidense.

Josep Maria Martorell a l

El Frontier es el primer ordenador conocido que ha roto la barrera del exascale, es decir, la capacidad de realizar un millón de millones de millones (un trillón europeo) de operaciones matemáticas por segundo. Lo importante es que, en las siete décadas que separan estos dos ejemplos, existe una diferencia de aproximadamente dieciséis órdenes de magnitud. Y dieciséis órdenes de magnitud equivalen a un “1” seguido de dieciséis ceros. Y un “1” seguido de dieciséis ceros es algo que, no sé ustedes, pero yo no comprendo con profundidad. Un ‘1’ seguido de dieciséis ceros son diez mil millones de millones. ¿Alguien puede imaginar qué significa que una cosa sea diez mil millones de millones mayor que otra? Entramos en una zona en la que un cero más o un cero menos ya te hace perder un poco la capacidad de entender las cosas. El Frontier, pues, tal y como he mencionado antes, adecuadamente programada, es capaz de llegar al llamado exaflop, que significa que hace diez a la dieciocho, es decir, un millón de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo.

Yo no soy capaz de comprender qué significa que una máquina realice un millón de millones de millones de operaciones matemáticas cada segundo, pero sí puedo tratar de entender qué provoca esta inmensa capacidad de cálculo. La tecnología digital es probablemente la única tecnología humana que ha avanzado exponencialmente sin detenerse durante décadas. Esto significa, por ejemplo, que el ordenador portátil que lleva en la mochila o quizá el móvil que lleva en el bolsillo habría sido seguramente el ordenador más potente del mundo hace menos de treinta años. Es decir, que ustedes son capaces de hacer en casa lo que el ordenador más potente del mundo podía hacer hace tres décadas. Por tanto, si seguimos con esta tendencia, ¿qué podremos hacer con el dispositivo que llevamos en el bolsillo dentro de dos o tres décadas? Todo esto suponiendo, por supuesto, que seamos capaces de continuar con el mismo ritmo de crecimiento en los próximos años.

Y esta es la primera pregunta que quisiera responder: ¿seremos capaces? Una mala noticia, no para los investigadores porque significa reto, es que cada vez nos cuesta más dar el siguiente salto. Habitualmente hablamos de saltos de mil en mil: tera, peta, exa, etc., con estos prefijos. Antes saltábamos mil veces cada ocho o diez años, después cada doce, después cada catorce. Ahora, si queremos llegar al siguiente nivel, que es lo que llamamos zettaescala, diez elevado a veintiuna operaciones matemáticas por segundo, no sabemos cuánto tardaremos porque el desafío tecnológico es de una magnitud como nunca antes se había visto. Pronto ya no podremos hacer transistores más pequeños. Ahora hay fábricas capaces de hacer transistores de tres milímetros, quizás veremos de dos milímetros, quizás algún día de un milímetro…, pero basta, son demasiado pocos átomos de silicio dispuestos allí dentro. Por tanto, no es nada evidente que a medio plazo seamos capaces de seguir evolucionando como hasta ahora con nuestras capacidades computacionales

“Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses. Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplica por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente.”

Ahora bien, alguien podría preguntar: ‘Vale, pero espere un momento, miles de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo… Sí, pero, ¿realmente son necesarias? ¿Por qué queremos ordenadores aún más potentes que los que se están instalando? ¿Hay algún problema matemático, físico o de ingeniería que requiera tanta capacidad tecnológica?’. Lo ilustro con el ejemplo del procesamiento del lenguaje natural, esos modelos de lenguaje masivos que ocupan las noticias durante todo el día. Las redes neuronales que existen bajo estos modelos de lenguaje tienen miles de millones de parámetros para entrenar sobre enormes volúmenes de datos, lo que requiere unas capacidades computacionales enormes.

Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses, que esencialmente es lo que somos capaces de hacer poniendo más transistores dentro de un chip (siguiendo la ley de Moore). Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplicará por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente. No podemos seguir a ese ritmo. No hay tecnología humana hoy que sea capaz de seguir ese ritmo, aunque hay mucha demanda de problemas científicos, y no sólo científicos, que necesitan incrementos de capacidad computacional como éstos. Dejo para el final la respuesta a la pregunta de cómo lo haremos, pero de entrada sí, existen problemas reales que seguirán requiriendo mayor capacidad de cálculo.

El impacto de esta convergencia en la ciencia y en la industria

Así pues, la primera idea es poner de relieve esta explosión de capacidad computacional. A partir de ahí, la cuestión es: ¿cómo afecta a la ciencia todo esto?

Quisiera empezar compartiendo una idea muy conceptual, pero que para mí es tremendamente importante. Desde hace siglos, la ciencia avanza siguiendo el método científico. Esto significa, entre otras cosas, la existencia de un diálogo continuo y fructífero entre la teoría y la experimentación. Existe un marco teórico, unas fórmulas o unas ecuaciones que nos describen un cierto fenómeno natural. Luego, experimento a la realidad y verifico si lo que observo es coherente con lo que predice la teoría. Si la teoría es válida, la experimentación coincide con lo que predice ésta. Entonces, cada vez que aparece un telescopio, un microscopio, un secuenciador, un acelerador de partículas, que me permite mirar más lejos, más adentro, más cerca, llegar a lugares a los que nunca había llegado, todo esto me permite hacer una experimentación diferente. Y allí, seguramente, descubriré algo que no concuerda con la teoría en vigor y, por tanto, podré dar un paso adelante como científico, descubriendo nuevos fenómenos que no encajan con la teoría hasta entonces considerada válida. A continuación, vuelvo al marco teórico, lo rectifico, lo amplío, lo modifico y la ciencia avanza. La ciencia avanza en ese continuo diálogo entre el marco teórico y el marco experimental.

Mi mensaje, por tanto, es que la ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. ¿Y qué relación tiene esto con la capacidad computacional? Pues que ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico. Herramientas que permiten, en vez de experimentar con la realidad, simularla. Habrá casos en los que experimentar con la realidad será la mejor opción, sin duda. Habrá casos, en cambio, en los que simular la realidad será la única posibilidad. Porque si investigas el cambio climático y quieres predecir la evolución del clima, la simulación computacional probablemente sea la única forma de hacerlo. Y si trabajas con plegamientos de proteínas, la inteligencia artificial será una gran aliada para darte marcos teóricos que expliquen o predigan el comportamiento de una determinada proteína.

El consenso de la comunidad científica dice hoy que combinar la experimentación con la simulación es una buena forma de hacer avanzar la ciencia. Por tanto, la segunda idea que expongo aquí es que, en casi todas las áreas de conocimiento científico (podemos hablar de la ingeniería, la química, la física, el clima, la aerodinámica, los materiales, etc.), cada vez más, la computación masiva y la experiencia se combinan para hacer avanzar a la ciencia más eficazmente. Y esto es porque hemos llegado a lo que llamamos la convergencia entre la supercomputación, esa capacidad masiva de calcular, y lo que llamamos la inteligencia artificial, la capacidad de desarrollar algoritmos profundos que, gracias a la supercomputación, se entrenan en cantidades masivas de datos.

“La ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. Ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico.”

Esta reflexión, que es muy conceptual, se puede ejemplificar con varios casos de interacciones donde el uso de estos “instrumentos” que llamamos supercomputadores es imprescindible. Y, teniendo en cuenta estas ideas, podría proporcionaros algún ejemplo de cosas que la ciencia es capaz de hacer gracias a estos instrumentos llamados supercomputadores. Ofreceré algunos ejemplos, empezando por uno del campo de la astronomía. En el BSC desarrollamos un proyecto, junto con la Agencia Espacial Europea, que tiene por objetivo observar todo lo que existe en la Vía Láctea y obtener información de cada objeto: la posición, la velocidad relativa, la luminosidad, la espectrografía, etc., a partir de los datos de una sonda llamada Gaia que orbita y cartografía la Vía Láctea. Debe tenerse en cuenta, de entrada, que la Vía Láctea contiene entre cien mil y doscientos mil millones de astros, lo que implica un reto científico y tecnológico de primer orden. Por tanto, podríamos empezar centrándonos en nuestro sistema solar, donde hay unos ciento cincuenta mil asteroides orbitando alrededor del Sol.

Éste es un caso del que conocemos a la perfección las leyes que gobiernan el problema, las leyes que rigen el movimiento de los objetos en el sistema solar. Obviamente, es mecánica clásica, son leyes conocidas desde hace mucho tiempo. Pero conocer las leyes y ser capaz de resolverlas en un caso como éste, con tantos objetos involucrados, es otro diferente. El poder de las técnicas computacionales complementa (no sustituye) la labor científica experimental. Tratar ciento cincuenta mil objetos simultáneamente sólo es posible mediante la simulación computacional y la gestión de grandes bases de datos.

Si bajamos a nuestro planeta, nos encontramos con nuevos casos de uso científico de la supercomputación. ¿Qué sabemos hoy de nuestro planeta? ¿Cómo cambia el clima, cómo evolucionará el clima en los próximos años y en las próximas décadas? Lo sabemos a nivel planetario gracias al uso de los supercomputadores y, cada vez más, podemos acercarnos y conocerlo a nivel continental, regional, urbano. Podemos trabajar con un ayuntamiento para simular la realidad de una ciudad para predecir qué va a pasar en función de cómo actuamos, de la misma manera que sabemos qué le va a pasar al Mediterráneo dentro de unas décadas. Todo esto, basado en la ciencia experimental y en las ecuaciones matemáticas que gobiernan el clima, no sería posible sin el apoyo de las técnicas computacionales.

Déjeme proporcionar aún otro ejemplo relacionado con la salud humana, la medicina, la biología, el diseño de fármacos, la simulación de nuevas enzimas. En todos estos ámbitos experimentalmente se pueden hacer muchas cosas y, en nuestros laboratorios, hemos avanzado enormemente. Sin embargo, cada vez más, allá donde no llega un aparato experimental, llega la simulación computacional. Por ejemplo, con ambas técnicas, se puede simular la evolución de las células en un tumor en función de la intensidad del fármaco que se administra y comprobar si esto, experimentalmente, ocurre exactamente igual. Cada vez más, la investigación en salud avanza gracias a la combinación de modelos teóricos, la investigación experimental y clínica y las herramientas computacionales. La combinación de todo esto está abriendo puertas hasta ahora inimaginables.

Déjeme ofrecer otro ejemplo extremadamente impresionante. Todos estamos entusiasmados últimamente con el ChatGPT y los modelos masivos de lenguaje. Sin embargo, en la misma línea de los grandes modelos de inteligencia artificial, para nosotros, seguramente, lo más espectacular es lo que ha realizado la empresa DeepMind con el programa AlphaFold. Se trata de un algoritmo que, de una sola vez -y disculpad si simplifico-, resuelve un problema biológico que estaba siendo investigado por toda la comunidad científica desde hacía cuarenta años: el problema del plegamiento de las proteínas. En una primera aproximación, el objetivo es ser capaces de saber cómo una proteína se pliega sobre sí misma (lo que en inglés se llama protein folding). Es extremadamente revolucionario lo que ha logrado DeepMind con esta IA, sobre todo porque ha alcanzado un porcentaje de éxito en la predicción del plegamiento de las proteínas que nunca nadie había logrado. Esto también deja entrever un gran reto: la explicabilidad del algoritmo no es obvia. Sabemos que lo hace bien, pero no comprendemos en profundidad por qué lo hace bien. Y éste es uno de los motivos por los que DeepMind, inmediatamente, ha abierto su algoritmo para que toda la comunidad científica internacional pueda interactuar con él, trabajar con él y pueda ayudar, con innovación abierta, a entender cómo funciona esto.

Por tanto, desde la cosmología hasta el clima, pasando por la medicina o la biología, diversas áreas científicas están avanzando enormemente también gracias a la computación. La siguiente pregunta que podríamos hacernos es si este impacto se limita sólo a la ciencia o bien tiene repercusión en las empresas y en el mundo industrial. Para responder a esta pregunta fijémonos, en primer lugar, en el ordenador que está instalando Meta, la matriz de Facebook. No sabemos exactamente lo que están instalando, pero afirman que será el más potente del mundo. Lo sea o no, es probable que sea una máquina extremadamente potente y muy útil para sus planes de futuro con el metaverso y otros proyectos.

Pero esto no sólo concierne a las grandes empresas tecnológicas, que uno ya imagina que están haciendo grandes inversiones en este campo. Hoy en día, esto afecta a casi todo lo relacionado con el mundo industrial de la ingeniería: la combustión, la aerodinámica, el sector aeroespacial, los gemelos digitales de la industria, simular cómo cambia la aerodinámica de un coche en diversas circunstancias, simular cómo quema un nuevo combustible que hemos diseñado en el laboratorio. Cada vez más, estas técnicas son cruciales para que las empresas mejoren su competitividad frente a los retos de esta naturaleza. O, dicho de otro modo, el uso de estas tecnologías da, a quien las utiliza, una ventaja competitiva muy importante.

Está claro que esta tecnología es de una importancia crucial tanto para la ciencia como para la industria. Y es fácil concluir que algo importante para la ciencia y la industria lo es también desde el punto de vista de la geoestrategia.

También podemos hablar de nuevo de la medicina y analizar el ejemplo de una compañía de dispositivos médicos como Medtronic, que prueba una nueva geometría o un nuevo material en un stent cardíaco. Esto sólo se podría hacer mediante experimentación animal, pero hacerlo en el laboratorio es extremadamente complicado por varias razones: por un lado, no escala, es decir, no es posible realizar cientos de pruebas diferentes en una escala de tiempo razonable; por otra parte, la necesaria experimentación animal presenta problemas éticos no menores. Sin embargo, este proceso de buscar nuevas configuraciones de un dispositivo médico sí se puede realizar computacionalmente. Si los métodos que se desarrollan y los supercomputadores disponibles lo permiten, se pueden simular las distintas opciones superando los límites del método experimental. De hecho, podemos decir que cada vez más el ensayo de nuevos dispositivos médicos incorporará estas tecnologías digitales, complementando el enfoque experimental. No tardaremos en ver ensayos clínicos que incorporen de forma masiva estas tecnologías y permitan realizar algunas fases in silico en vez de in vitro o in vivo.

Me gustaría exponer también otros ámbitos donde la simulación numérica que permiten estos supercomputadores es útil a nivel industrial. He hablado de grandes compañías tecnológicas, empresas biomédicas, casos de uso industriales, etc. Me permito terminar los ejemplos con una imagen que quizá saben identificar fácilmente: se trata del Camp Nou, más concretamente, de una simulación numérica sobre cómo las personas se pueden mover por una instalación como ésta, dependiendo de las intervenciones que se hagan. Por tanto, somos capaces de simular desde asteroides moviéndose alrededor de una estrella hasta movimientos de un gran número de personas en torno a una instalación deportiva.

Muchas gracias señor Miquel Roca, presidente de Amics del País, primer teniente de alcalde, miembros de la junta de la SEBAP. Es un gran honor tener la oportunidad de estar aquí hoy, y no sólo por el maravilloso escenario, esta sala del Consell de Cent, sino también para poder compartir con vosotros algunas reflexiones que el señor Miquel Roca ya ha esbozado.

Cuando uno debe hablar públicamente, como me ocurre a mí de vez en cuando a causa de mi trabajo, puede ser difícil hacerlo ante un público tan diverso, compuesto por personas con trayectorias profesionales impresionantes, familias orgullosas de sus hijos e hijas y jóvenes con un talento excepcional. Por tanto, no es sencillo ajustar el tono del discurso. Sin embargo, me dirigiré sobre todo a los más jóvenes, que me dará la libertad de ser, quizás no del todo preciso técnicamente, pero sí, divulgativo. Espero que los expertos presentes me disculpen.

‘No es que Barcelona pueda ser capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo, de la supercomputación’

Quisiera empezar profundizando un poco más en la idea fundamental que el señor Miquel Roca ya ha presentado sobre el rol de nuestra ciudad en el mundo. No es que Barcelona pueda ser (en condicional) una capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que quiero hablaros de un ámbito donde Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo. Me gustaría presentarles la realidad de esta ciudad en el ámbito de las tecnologías computacionales y digitales profundas.

En primer lugar, me gustaría empezar explicándoos qué está pasando ahora mismo en el ámbito IA y las tecnologías digitales, en general, y por qué. Estos días, cuando entramos en Twitter o cualquier diario digital, vemos noticias sobre el chatGPT contínuamente. Quisiera explicaros, tecnológicamente, por qué ocurre esto, exactamente ahora, y por qué es fruto de una convergencia de tecnologías. En segundo lugar, me gustaría transmitirles un poco el impacto que esto tiene, no sólo, en la sociedad, la economía o los debates éticos, que hay muchos, sino en la actividad científica y cómo los científicos trabajan de forma diferente debido a esta convergencia digital. En tercer lugar, me gustaría explicarles que esto no sólo afecta a la ciencia, sino también a la industria y muchas empresas. Y, por supuesto, un tema que es importante para la ciencia y la industria tiene un impacto geopolítico muy claro. Por tanto, me gustaría hablaros del papel que creemos que puede jugar Europa, y en particular Barcelona, en esta carrera entre los grandes países del mundo para el control de la tecnología digital. Y, finalmente, quisiera discutir sobre el futuro, hacia dónde nos dirigimos y qué tecnologías llegarán posteriormente (o complementariamente) al dominio del silicio.

La convergencia de las tecnologías digitales

Permítanme empezar insistiendo en que seré técnicamente poco preciso, así que me disculpo con aquellos que saben más que yo, algunos presentes en esta sala. Dicho esto, empiezo con dos ejemplos con los que quiero mostrar hasta qué punto la tecnología de computación ha avanzado en las últimas décadas. Una es el ENIAC, uno de los primeros ordenadores instalados en Estados Unidos a finales de los años cuarenta y hasta mediados de los cincuenta del siglo pasado, en Pensilvania. La otra es el Frontier, actualmente el supercomputador reconocido como el más potente del mundo de acuerdo con el ranking del Top500, instalado por nuestros colegas de Oak Ridge en Estados Unidos, en un centro dependiente del Departamento de Energía del Gobierno estadounidense.

Josep Maria Martorell a l

El Frontier es el primer ordenador conocido que ha roto la barrera del exascale, es decir, la capacidad de realizar un millón de millones de millones (un trillón europeo) de operaciones matemáticas por segundo. Lo importante es que, en las siete décadas que separan estos dos ejemplos, existe una diferencia de aproximadamente dieciséis órdenes de magnitud. Y dieciséis órdenes de magnitud equivalen a un “1” seguido de dieciséis ceros. Y un “1” seguido de dieciséis ceros es algo que, no sé ustedes, pero yo no comprendo con profundidad. Un ‘1’ seguido de dieciséis ceros son diez mil millones de millones. ¿Alguien puede imaginar qué significa que una cosa sea diez mil millones de millones mayor que otra? Entramos en una zona en la que un cero más o un cero menos ya te hace perder un poco la capacidad de entender las cosas. El Frontier, pues, tal y como he mencionado antes, adecuadamente programada, es capaz de llegar al llamado exaflop, que significa que hace diez a la dieciocho, es decir, un millón de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo.

Yo no soy capaz de comprender qué significa que una máquina realice un millón de millones de millones de operaciones matemáticas cada segundo, pero sí puedo tratar de entender qué provoca esta inmensa capacidad de cálculo. La tecnología digital es probablemente la única tecnología humana que ha avanzado exponencialmente sin detenerse durante décadas. Esto significa, por ejemplo, que el ordenador portátil que lleva en la mochila o quizá el móvil que lleva en el bolsillo habría sido seguramente el ordenador más potente del mundo hace menos de treinta años. Es decir, que ustedes son capaces de hacer en casa lo que el ordenador más potente del mundo podía hacer hace tres décadas. Por tanto, si seguimos con esta tendencia, ¿qué podremos hacer con el dispositivo que llevamos en el bolsillo dentro de dos o tres décadas? Todo esto suponiendo, por supuesto, que seamos capaces de continuar con el mismo ritmo de crecimiento en los próximos años.

Y esta es la primera pregunta que quisiera responder: ¿seremos capaces? Una mala noticia, no para los investigadores porque significa reto, es que cada vez nos cuesta más dar el siguiente salto. Habitualmente hablamos de saltos de mil en mil: tera, peta, exa, etc., con estos prefijos. Antes saltábamos mil veces cada ocho o diez años, después cada doce, después cada catorce. Ahora, si queremos llegar al siguiente nivel, que es lo que llamamos zettaescala, diez elevado a veintiuna operaciones matemáticas por segundo, no sabemos cuánto tardaremos porque el desafío tecnológico es de una magnitud como nunca antes se había visto. Pronto ya no podremos hacer transistores más pequeños. Ahora hay fábricas capaces de hacer transistores de tres milímetros, quizás veremos de dos milímetros, quizás algún día de un milímetro…, pero basta, son demasiado pocos átomos de silicio dispuestos allí dentro. Por tanto, no es nada evidente que a medio plazo seamos capaces de seguir evolucionando como hasta ahora con nuestras capacidades computacionales

“Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses. Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplica por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente.”

Ahora bien, alguien podría preguntar: ‘Vale, pero espere un momento, miles de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo… Sí, pero, ¿realmente son necesarias? ¿Por qué queremos ordenadores aún más potentes que los que se están instalando? ¿Hay algún problema matemático, físico o de ingeniería que requiera tanta capacidad tecnológica?’. Lo ilustro con el ejemplo del procesamiento del lenguaje natural, esos modelos de lenguaje masivos que ocupan las noticias durante todo el día. Las redes neuronales que existen bajo estos modelos de lenguaje tienen miles de millones de parámetros para entrenar sobre enormes volúmenes de datos, lo que requiere unas capacidades computacionales enormes.

Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses, que esencialmente es lo que somos capaces de hacer poniendo más transistores dentro de un chip (siguiendo la ley de Moore). Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplicará por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente. No podemos seguir a ese ritmo. No hay tecnología humana hoy que sea capaz de seguir ese ritmo, aunque hay mucha demanda de problemas científicos, y no sólo científicos, que necesitan incrementos de capacidad computacional como éstos. Dejo para el final la respuesta a la pregunta de cómo lo haremos, pero de entrada sí, existen problemas reales que seguirán requiriendo mayor capacidad de cálculo.

El impacto de esta convergencia en la ciencia y en la industria

Así pues, la primera idea es poner de relieve esta explosión de capacidad computacional. A partir de ahí, la cuestión es: ¿cómo afecta a la ciencia todo esto?

Quisiera empezar compartiendo una idea muy conceptual, pero que para mí es tremendamente importante. Desde hace siglos, la ciencia avanza siguiendo el método científico. Esto significa, entre otras cosas, la existencia de un diálogo continuo y fructífero entre la teoría y la experimentación. Existe un marco teórico, unas fórmulas o unas ecuaciones que nos describen un cierto fenómeno natural. Luego, experimento a la realidad y verifico si lo que observo es coherente con lo que predice la teoría. Si la teoría es válida, la experimentación coincide con lo que predice ésta. Entonces, cada vez que aparece un telescopio, un microscopio, un secuenciador, un acelerador de partículas, que me permite mirar más lejos, más adentro, más cerca, llegar a lugares a los que nunca había llegado, todo esto me permite hacer una experimentación diferente. Y allí, seguramente, descubriré algo que no concuerda con la teoría en vigor y, por tanto, podré dar un paso adelante como científico, descubriendo nuevos fenómenos que no encajan con la teoría hasta entonces considerada válida. A continuación, vuelvo al marco teórico, lo rectifico, lo amplío, lo modifico y la ciencia avanza. La ciencia avanza en ese continuo diálogo entre el marco teórico y el marco experimental.

Mi mensaje, por tanto, es que la ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. ¿Y qué relación tiene esto con la capacidad computacional? Pues que ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico. Herramientas que permiten, en vez de experimentar con la realidad, simularla. Habrá casos en los que experimentar con la realidad será la mejor opción, sin duda. Habrá casos, en cambio, en los que simular la realidad será la única posibilidad. Porque si investigas el cambio climático y quieres predecir la evolución del clima, la simulación computacional probablemente sea la única forma de hacerlo. Y si trabajas con plegamientos de proteínas, la inteligencia artificial será una gran aliada para darte marcos teóricos que expliquen o predigan el comportamiento de una determinada proteína.

El consenso de la comunidad científica dice hoy que combinar la experimentación con la simulación es una buena forma de hacer avanzar la ciencia. Por tanto, la segunda idea que expongo aquí es que, en casi todas las áreas de conocimiento científico (podemos hablar de la ingeniería, la química, la física, el clima, la aerodinámica, los materiales, etc.), cada vez más, la computación masiva y la experiencia se combinan para hacer avanzar a la ciencia más eficazmente. Y esto es porque hemos llegado a lo que llamamos la convergencia entre la supercomputación, esa capacidad masiva de calcular, y lo que llamamos la inteligencia artificial, la capacidad de desarrollar algoritmos profundos que, gracias a la supercomputación, se entrenan en cantidades masivas de datos.

“La ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. Ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico.”

Esta reflexión, que es muy conceptual, se puede ejemplificar con varios casos de interacciones donde el uso de estos “instrumentos” que llamamos supercomputadores es imprescindible. Y, teniendo en cuenta estas ideas, podría proporcionaros algún ejemplo de cosas que la ciencia es capaz de hacer gracias a estos instrumentos llamados supercomputadores. Ofreceré algunos ejemplos, empezando por uno del campo de la astronomía. En el BSC desarrollamos un proyecto, junto con la Agencia Espacial Europea, que tiene por objetivo observar todo lo que existe en la Vía Láctea y obtener información de cada objeto: la posición, la velocidad relativa, la luminosidad, la espectrografía, etc., a partir de los datos de una sonda llamada Gaia que orbita y cartografía la Vía Láctea. Debe tenerse en cuenta, de entrada, que la Vía Láctea contiene entre cien mil y doscientos mil millones de astros, lo que implica un reto científico y tecnológico de primer orden. Por tanto, podríamos empezar centrándonos en nuestro sistema solar, donde hay unos ciento cincuenta mil asteroides orbitando alrededor del Sol.

Éste es un caso del que conocemos a la perfección las leyes que gobiernan el problema, las leyes que rigen el movimiento de los objetos en el sistema solar. Obviamente, es mecánica clásica, son leyes conocidas desde hace mucho tiempo. Pero conocer las leyes y ser capaz de resolverlas en un caso como éste, con tantos objetos involucrados, es otro diferente. El poder de las técnicas computacionales complementa (no sustituye) la labor científica experimental. Tratar ciento cincuenta mil objetos simultáneamente sólo es posible mediante la simulación computacional y la gestión de grandes bases de datos.

Si bajamos a nuestro planeta, nos encontramos con nuevos casos de uso científico de la supercomputación. ¿Qué sabemos hoy de nuestro planeta? ¿Cómo cambia el clima, cómo evolucionará el clima en los próximos años y en las próximas décadas? Lo sabemos a nivel planetario gracias al uso de los supercomputadores y, cada vez más, podemos acercarnos y conocerlo a nivel continental, regional, urbano. Podemos trabajar con un ayuntamiento para simular la realidad de una ciudad para predecir qué va a pasar en función de cómo actuamos, de la misma manera que sabemos qué le va a pasar al Mediterráneo dentro de unas décadas. Todo esto, basado en la ciencia experimental y en las ecuaciones matemáticas que gobiernan el clima, no sería posible sin el apoyo de las técnicas computacionales.

Déjeme proporcionar aún otro ejemplo relacionado con la salud humana, la medicina, la biología, el diseño de fármacos, la simulación de nuevas enzimas. En todos estos ámbitos experimentalmente se pueden hacer muchas cosas y, en nuestros laboratorios, hemos avanzado enormemente. Sin embargo, cada vez más, allá donde no llega un aparato experimental, llega la simulación computacional. Por ejemplo, con ambas técnicas, se puede simular la evolución de las células en un tumor en función de la intensidad del fármaco que se administra y comprobar si esto, experimentalmente, ocurre exactamente igual. Cada vez más, la investigación en salud avanza gracias a la combinación de modelos teóricos, la investigación experimental y clínica y las herramientas computacionales. La combinación de todo esto está abriendo puertas hasta ahora inimaginables.

Déjeme ofrecer otro ejemplo extremadamente impresionante. Todos estamos entusiasmados últimamente con el ChatGPT y los modelos masivos de lenguaje. Sin embargo, en la misma línea de los grandes modelos de inteligencia artificial, para nosotros, seguramente, lo más espectacular es lo que ha realizado la empresa DeepMind con el programa AlphaFold. Se trata de un algoritmo que, de una sola vez -y disculpad si simplifico-, resuelve un problema biológico que estaba siendo investigado por toda la comunidad científica desde hacía cuarenta años: el problema del plegamiento de las proteínas. En una primera aproximación, el objetivo es ser capaces de saber cómo una proteína se pliega sobre sí misma (lo que en inglés se llama protein folding). Es extremadamente revolucionario lo que ha logrado DeepMind con esta IA, sobre todo porque ha alcanzado un porcentaje de éxito en la predicción del plegamiento de las proteínas que nunca nadie había logrado. Esto también deja entrever un gran reto: la explicabilidad del algoritmo no es obvia. Sabemos que lo hace bien, pero no comprendemos en profundidad por qué lo hace bien. Y éste es uno de los motivos por los que DeepMind, inmediatamente, ha abierto su algoritmo para que toda la comunidad científica internacional pueda interactuar con él, trabajar con él y pueda ayudar, con innovación abierta, a entender cómo funciona esto.

Por tanto, desde la cosmología hasta el clima, pasando por la medicina o la biología, diversas áreas científicas están avanzando enormemente también gracias a la computación. La siguiente pregunta que podríamos hacernos es si este impacto se limita sólo a la ciencia o bien tiene repercusión en las empresas y en el mundo industrial. Para responder a esta pregunta fijémonos, en primer lugar, en el ordenador que está instalando Meta, la matriz de Facebook. No sabemos exactamente lo que están instalando, pero afirman que será el más potente del mundo. Lo sea o no, es probable que sea una máquina extremadamente potente y muy útil para sus planes de futuro con el metaverso y otros proyectos.

Pero esto no sólo concierne a las grandes empresas tecnológicas, que uno ya imagina que están haciendo grandes inversiones en este campo. Hoy en día, esto afecta a casi todo lo relacionado con el mundo industrial de la ingeniería: la combustión, la aerodinámica, el sector aeroespacial, los gemelos digitales de la industria, simular cómo cambia la aerodinámica de un coche en diversas circunstancias, simular cómo quema un nuevo combustible que hemos diseñado en el laboratorio. Cada vez más, estas técnicas son cruciales para que las empresas mejoren su competitividad frente a los retos de esta naturaleza. O, dicho de otro modo, el uso de estas tecnologías da, a quien las utiliza, una ventaja competitiva muy importante.

Está claro que esta tecnología es de una importancia crucial tanto para la ciencia como para la industria. Y es fácil concluir que algo importante para la ciencia y la industria lo es también desde el punto de vista de la geoestrategia.

También podemos hablar de nuevo de la medicina y analizar el ejemplo de una compañía de dispositivos médicos como Medtronic, que prueba una nueva geometría o un nuevo material en un stent cardíaco. Esto sólo se podría hacer mediante experimentación animal, pero hacerlo en el laboratorio es extremadamente complicado por varias razones: por un lado, no escala, es decir, no es posible realizar cientos de pruebas diferentes en una escala de tiempo razonable; por otra parte, la necesaria experimentación animal presenta problemas éticos no menores. Sin embargo, este proceso de buscar nuevas configuraciones de un dispositivo médico sí se puede realizar computacionalmente. Si los métodos que se desarrollan y los supercomputadores disponibles lo permiten, se pueden simular las distintas opciones superando los límites del método experimental. De hecho, podemos decir que cada vez más el ensayo de nuevos dispositivos médicos incorporará estas tecnologías digitales, complementando el enfoque experimental. No tardaremos en ver ensayos clínicos que incorporen de forma masiva estas tecnologías y permitan realizar algunas fases in silico en vez de in vitro o in vivo.

Me gustaría exponer también otros ámbitos donde la simulación numérica que permiten estos supercomputadores es útil a nivel industrial. He hablado de grandes compañías tecnológicas, empresas biomédicas, casos de uso industriales, etc. Me permito terminar los ejemplos con una imagen que quizá saben identificar fácilmente: se trata del Camp Nou, más concretamente, de una simulación numérica sobre cómo las personas se pueden mover por una instalación como ésta, dependiendo de las intervenciones que se hagan. Por tanto, somos capaces de simular desde asteroides moviéndose alrededor de una estrella hasta movimientos de un gran número de personas en torno a una instalación deportiva.

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Tipo de publicación

Textos Amigos del País

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Data

16-03-2023

Muchas gracias señor Miquel Roca, presidente de Amics del País, primer teniente de alcalde, miembros de la junta de la SEBAP. Es un gran honor tener la oportunidad de estar aquí hoy, y no sólo por el maravilloso escenario, esta sala del Consell de Cent, sino también para poder compartir con vosotros algunas reflexiones que el señor Miquel Roca ya ha esbozado.

Cuando uno debe hablar públicamente, como me ocurre a mí de vez en cuando a causa de mi trabajo, puede ser difícil hacerlo ante un público tan diverso, compuesto por personas con trayectorias profesionales impresionantes, familias orgullosas de sus hijos e hijas y jóvenes con un talento excepcional. Por tanto, no es sencillo ajustar el tono del discurso. Sin embargo, me dirigiré sobre todo a los más jóvenes, que me dará la libertad de ser, quizás no del todo preciso técnicamente, pero sí, divulgativo. Espero que los expertos presentes me disculpen.

‘No es que Barcelona pueda ser capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo, de la supercomputación’

Quisiera empezar profundizando un poco más en la idea fundamental que el señor Miquel Roca ya ha presentado sobre el rol de nuestra ciudad en el mundo. No es que Barcelona pueda ser (en condicional) una capital mundial a nivel científico-tecnológico, sino que quiero hablaros de un ámbito donde Barcelona ya es capital, al menos a nivel europeo. Me gustaría presentarles la realidad de esta ciudad en el ámbito de las tecnologías computacionales y digitales profundas.

En primer lugar, me gustaría empezar explicándoos qué está pasando ahora mismo en el ámbito IA y las tecnologías digitales, en general, y por qué. Estos días, cuando entramos en Twitter o cualquier diario digital, vemos noticias sobre el chatGPT contínuamente. Quisiera explicaros, tecnológicamente, por qué ocurre esto, exactamente ahora, y por qué es fruto de una convergencia de tecnologías. En segundo lugar, me gustaría transmitirles un poco el impacto que esto tiene, no sólo, en la sociedad, la economía o los debates éticos, que hay muchos, sino en la actividad científica y cómo los científicos trabajan de forma diferente debido a esta convergencia digital. En tercer lugar, me gustaría explicarles que esto no sólo afecta a la ciencia, sino también a la industria y muchas empresas. Y, por supuesto, un tema que es importante para la ciencia y la industria tiene un impacto geopolítico muy claro. Por tanto, me gustaría hablaros del papel que creemos que puede jugar Europa, y en particular Barcelona, en esta carrera entre los grandes países del mundo para el control de la tecnología digital. Y, finalmente, quisiera discutir sobre el futuro, hacia dónde nos dirigimos y qué tecnologías llegarán posteriormente (o complementariamente) al dominio del silicio.

La convergencia de las tecnologías digitales

Permítanme empezar insistiendo en que seré técnicamente poco preciso, así que me disculpo con aquellos que saben más que yo, algunos presentes en esta sala. Dicho esto, empiezo con dos ejemplos con los que quiero mostrar hasta qué punto la tecnología de computación ha avanzado en las últimas décadas. Una es el ENIAC, uno de los primeros ordenadores instalados en Estados Unidos a finales de los años cuarenta y hasta mediados de los cincuenta del siglo pasado, en Pensilvania. La otra es el Frontier, actualmente el supercomputador reconocido como el más potente del mundo de acuerdo con el ranking del Top500, instalado por nuestros colegas de Oak Ridge en Estados Unidos, en un centro dependiente del Departamento de Energía del Gobierno estadounidense.

Josep Maria Martorell a l

El Frontier es el primer ordenador conocido que ha roto la barrera del exascale, es decir, la capacidad de realizar un millón de millones de millones (un trillón europeo) de operaciones matemáticas por segundo. Lo importante es que, en las siete décadas que separan estos dos ejemplos, existe una diferencia de aproximadamente dieciséis órdenes de magnitud. Y dieciséis órdenes de magnitud equivalen a un “1” seguido de dieciséis ceros. Y un “1” seguido de dieciséis ceros es algo que, no sé ustedes, pero yo no comprendo con profundidad. Un ‘1’ seguido de dieciséis ceros son diez mil millones de millones. ¿Alguien puede imaginar qué significa que una cosa sea diez mil millones de millones mayor que otra? Entramos en una zona en la que un cero más o un cero menos ya te hace perder un poco la capacidad de entender las cosas. El Frontier, pues, tal y como he mencionado antes, adecuadamente programada, es capaz de llegar al llamado exaflop, que significa que hace diez a la dieciocho, es decir, un millón de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo.

Yo no soy capaz de comprender qué significa que una máquina realice un millón de millones de millones de operaciones matemáticas cada segundo, pero sí puedo tratar de entender qué provoca esta inmensa capacidad de cálculo. La tecnología digital es probablemente la única tecnología humana que ha avanzado exponencialmente sin detenerse durante décadas. Esto significa, por ejemplo, que el ordenador portátil que lleva en la mochila o quizá el móvil que lleva en el bolsillo habría sido seguramente el ordenador más potente del mundo hace menos de treinta años. Es decir, que ustedes son capaces de hacer en casa lo que el ordenador más potente del mundo podía hacer hace tres décadas. Por tanto, si seguimos con esta tendencia, ¿qué podremos hacer con el dispositivo que llevamos en el bolsillo dentro de dos o tres décadas? Todo esto suponiendo, por supuesto, que seamos capaces de continuar con el mismo ritmo de crecimiento en los próximos años.

Y esta es la primera pregunta que quisiera responder: ¿seremos capaces? Una mala noticia, no para los investigadores porque significa reto, es que cada vez nos cuesta más dar el siguiente salto. Habitualmente hablamos de saltos de mil en mil: tera, peta, exa, etc., con estos prefijos. Antes saltábamos mil veces cada ocho o diez años, después cada doce, después cada catorce. Ahora, si queremos llegar al siguiente nivel, que es lo que llamamos zettaescala, diez elevado a veintiuna operaciones matemáticas por segundo, no sabemos cuánto tardaremos porque el desafío tecnológico es de una magnitud como nunca antes se había visto. Pronto ya no podremos hacer transistores más pequeños. Ahora hay fábricas capaces de hacer transistores de tres milímetros, quizás veremos de dos milímetros, quizás algún día de un milímetro…, pero basta, son demasiado pocos átomos de silicio dispuestos allí dentro. Por tanto, no es nada evidente que a medio plazo seamos capaces de seguir evolucionando como hasta ahora con nuestras capacidades computacionales

“Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses. Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplica por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente.”

Ahora bien, alguien podría preguntar: ‘Vale, pero espere un momento, miles de millones de millones de operaciones matemáticas por segundo… Sí, pero, ¿realmente son necesarias? ¿Por qué queremos ordenadores aún más potentes que los que se están instalando? ¿Hay algún problema matemático, físico o de ingeniería que requiera tanta capacidad tecnológica?’. Lo ilustro con el ejemplo del procesamiento del lenguaje natural, esos modelos de lenguaje masivos que ocupan las noticias durante todo el día. Las redes neuronales que existen bajo estos modelos de lenguaje tienen miles de millones de parámetros para entrenar sobre enormes volúmenes de datos, lo que requiere unas capacidades computacionales enormes.

Hasta hace diez años, la necesidad computacional se duplicaba cada dieciocho o veinticuatro meses, que esencialmente es lo que somos capaces de hacer poniendo más transistores dentro de un chip (siguiendo la ley de Moore). Actualmente, la cantidad de capacidad computacional necesaria comienza a duplicarse cada tres o cuatro meses. Y cualquier cosa que se duplica cada tres o cuatro meses se multiplicará por diez en un año, por cien en dos años, y así sucesivamente. No podemos seguir a ese ritmo. No hay tecnología humana hoy que sea capaz de seguir ese ritmo, aunque hay mucha demanda de problemas científicos, y no sólo científicos, que necesitan incrementos de capacidad computacional como éstos. Dejo para el final la respuesta a la pregunta de cómo lo haremos, pero de entrada sí, existen problemas reales que seguirán requiriendo mayor capacidad de cálculo.

El impacto de esta convergencia en la ciencia y en la industria

Así pues, la primera idea es poner de relieve esta explosión de capacidad computacional. A partir de ahí, la cuestión es: ¿cómo afecta a la ciencia todo esto?

Quisiera empezar compartiendo una idea muy conceptual, pero que para mí es tremendamente importante. Desde hace siglos, la ciencia avanza siguiendo el método científico. Esto significa, entre otras cosas, la existencia de un diálogo continuo y fructífero entre la teoría y la experimentación. Existe un marco teórico, unas fórmulas o unas ecuaciones que nos describen un cierto fenómeno natural. Luego, experimento a la realidad y verifico si lo que observo es coherente con lo que predice la teoría. Si la teoría es válida, la experimentación coincide con lo que predice ésta. Entonces, cada vez que aparece un telescopio, un microscopio, un secuenciador, un acelerador de partículas, que me permite mirar más lejos, más adentro, más cerca, llegar a lugares a los que nunca había llegado, todo esto me permite hacer una experimentación diferente. Y allí, seguramente, descubriré algo que no concuerda con la teoría en vigor y, por tanto, podré dar un paso adelante como científico, descubriendo nuevos fenómenos que no encajan con la teoría hasta entonces considerada válida. A continuación, vuelvo al marco teórico, lo rectifico, lo amplío, lo modifico y la ciencia avanza. La ciencia avanza en ese continuo diálogo entre el marco teórico y el marco experimental.

Mi mensaje, por tanto, es que la ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. ¿Y qué relación tiene esto con la capacidad computacional? Pues que ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico. Herramientas que permiten, en vez de experimentar con la realidad, simularla. Habrá casos en los que experimentar con la realidad será la mejor opción, sin duda. Habrá casos, en cambio, en los que simular la realidad será la única posibilidad. Porque si investigas el cambio climático y quieres predecir la evolución del clima, la simulación computacional probablemente sea la única forma de hacerlo. Y si trabajas con plegamientos de proteínas, la inteligencia artificial será una gran aliada para darte marcos teóricos que expliquen o predigan el comportamiento de una determinada proteína.

El consenso de la comunidad científica dice hoy que combinar la experimentación con la simulación es una buena forma de hacer avanzar la ciencia. Por tanto, la segunda idea que expongo aquí es que, en casi todas las áreas de conocimiento científico (podemos hablar de la ingeniería, la química, la física, el clima, la aerodinámica, los materiales, etc.), cada vez más, la computación masiva y la experiencia se combinan para hacer avanzar a la ciencia más eficazmente. Y esto es porque hemos llegado a lo que llamamos la convergencia entre la supercomputación, esa capacidad masiva de calcular, y lo que llamamos la inteligencia artificial, la capacidad de desarrollar algoritmos profundos que, gracias a la supercomputación, se entrenan en cantidades masivas de datos.

“La ciencia lleva siglos progresando gracias al método científico, que se basa en parte en la experimentación natural y en disponer de instrumentos o aparatos que me permiten observar lo que no podía observar antes de la creación de estos dispositivos. Ahora disponemos de nuevos dispositivos llamados supercomputadores, que son herramientas para hacer avanzar el conocimiento científico.”

Esta reflexión, que es muy conceptual, se puede ejemplificar con varios casos de interacciones donde el uso de estos “instrumentos” que llamamos supercomputadores es imprescindible. Y, teniendo en cuenta estas ideas, podría proporcionaros algún ejemplo de cosas que la ciencia es capaz de hacer gracias a estos instrumentos llamados supercomputadores. Ofreceré algunos ejemplos, empezando por uno del campo de la astronomía. En el BSC desarrollamos un proyecto, junto con la Agencia Espacial Europea, que tiene por objetivo observar todo lo que existe en la Vía Láctea y obtener información de cada objeto: la posición, la velocidad relativa, la luminosidad, la espectrografía, etc., a partir de los datos de una sonda llamada Gaia que orbita y cartografía la Vía Láctea. Debe tenerse en cuenta, de entrada, que la Vía Láctea contiene entre cien mil y doscientos mil millones de astros, lo que implica un reto científico y tecnológico de primer orden. Por tanto, podríamos empezar centrándonos en nuestro sistema solar, donde hay unos ciento cincuenta mil asteroides orbitando alrededor del Sol.

Éste es un caso del que conocemos a la perfección las leyes que gobiernan el problema, las leyes que rigen el movimiento de los objetos en el sistema solar. Obviamente, es mecánica clásica, son leyes conocidas desde hace mucho tiempo. Pero conocer las leyes y ser capaz de resolverlas en un caso como éste, con tantos objetos involucrados, es otro diferente. El poder de las técnicas computacionales complementa (no sustituye) la labor científica experimental. Tratar ciento cincuenta mil objetos simultáneamente sólo es posible mediante la simulación computacional y la gestión de grandes bases de datos.

Si bajamos a nuestro planeta, nos encontramos con nuevos casos de uso científico de la supercomputación. ¿Qué sabemos hoy de nuestro planeta? ¿Cómo cambia el clima, cómo evolucionará el clima en los próximos años y en las próximas décadas? Lo sabemos a nivel planetario gracias al uso de los supercomputadores y, cada vez más, podemos acercarnos y conocerlo a nivel continental, regional, urbano. Podemos trabajar con un ayuntamiento para simular la realidad de una ciudad para predecir qué va a pasar en función de cómo actuamos, de la misma manera que sabemos qué le va a pasar al Mediterráneo dentro de unas décadas. Todo esto, basado en la ciencia experimental y en las ecuaciones matemáticas que gobiernan el clima, no sería posible sin el apoyo de las técnicas computacionales.

Déjeme proporcionar aún otro ejemplo relacionado con la salud humana, la medicina, la biología, el diseño de fármacos, la simulación de nuevas enzimas. En todos estos ámbitos experimentalmente se pueden hacer muchas cosas y, en nuestros laboratorios, hemos avanzado enormemente. Sin embargo, cada vez más, allá donde no llega un aparato experimental, llega la simulación computacional. Por ejemplo, con ambas técnicas, se puede simular la evolución de las células en un tumor en función de la intensidad del fármaco que se administra y comprobar si esto, experimentalmente, ocurre exactamente igual. Cada vez más, la investigación en salud avanza gracias a la combinación de modelos teóricos, la investigación experimental y clínica y las herramientas computacionales. La combinación de todo esto está abriendo puertas hasta ahora inimaginables.

Déjeme ofrecer otro ejemplo extremadamente impresionante. Todos estamos entusiasmados últimamente con el ChatGPT y los modelos masivos de lenguaje. Sin embargo, en la misma línea de los grandes modelos de inteligencia artificial, para nosotros, seguramente, lo más espectacular es lo que ha realizado la empresa DeepMind con el programa AlphaFold. Se trata de un algoritmo que, de una sola vez -y disculpad si simplifico-, resuelve un problema biológico que estaba siendo investigado por toda la comunidad científica desde hacía cuarenta años: el problema del plegamiento de las proteínas. En una primera aproximación, el objetivo es ser capaces de saber cómo una proteína se pliega sobre sí misma (lo que en inglés se llama protein folding). Es extremadamente revolucionario lo que ha logrado DeepMind con esta IA, sobre todo porque ha alcanzado un porcentaje de éxito en la predicción del plegamiento de las proteínas que nunca nadie había logrado. Esto también deja entrever un gran reto: la explicabilidad del algoritmo no es obvia. Sabemos que lo hace bien, pero no comprendemos en profundidad por qué lo hace bien. Y éste es uno de los motivos por los que DeepMind, inmediatamente, ha abierto su algoritmo para que toda la comunidad científica internacional pueda interactuar con él, trabajar con él y pueda ayudar, con innovación abierta, a entender cómo funciona esto.

Por tanto, desde la cosmología hasta el clima, pasando por la medicina o la biología, diversas áreas científicas están avanzando enormemente también gracias a la computación. La siguiente pregunta que podríamos hacernos es si este impacto se limita sólo a la ciencia o bien tiene repercusión en las empresas y en el mundo industrial. Para responder a esta pregunta fijémonos, en primer lugar, en el ordenador que está instalando Meta, la matriz de Facebook. No sabemos exactamente lo que están instalando, pero afirman que será el más potente del mundo. Lo sea o no, es probable que sea una máquina extremadamente potente y muy útil para sus planes de futuro con el metaverso y otros proyectos.

Pero esto no sólo concierne a las grandes empresas tecnológicas, que uno ya imagina que están haciendo grandes inversiones en este campo. Hoy en día, esto afecta a casi todo lo relacionado con el mundo industrial de la ingeniería: la combustión, la aerodinámica, el sector aeroespacial, los gemelos digitales de la industria, simular cómo cambia la aerodinámica de un coche en diversas circunstancias, simular cómo quema un nuevo combustible que hemos diseñado en el laboratorio. Cada vez más, estas técnicas son cruciales para que las empresas mejoren su competitividad frente a los retos de esta naturaleza. O, dicho de otro modo, el uso de estas tecnologías da, a quien las utiliza, una ventaja competitiva muy importante.

Está claro que esta tecnología es de una importancia crucial tanto para la ciencia como para la industria. Y es fácil concluir que algo importante para la ciencia y la industria lo es también desde el punto de vista de la geoestrategia.

También podemos hablar de nuevo de la medicina y analizar el ejemplo de una compañía de dispositivos médicos como Medtronic, que prueba una nueva geometría o un nuevo material en un stent cardíaco. Esto sólo se podría hacer mediante experimentación animal, pero hacerlo en el laboratorio es extremadamente complicado por varias razones: por un lado, no escala, es decir, no es posible realizar cientos de pruebas diferentes en una escala de tiempo razonable; por otra parte, la necesaria experimentación animal presenta problemas éticos no menores. Sin embargo, este proceso de buscar nuevas configuraciones de un dispositivo médico sí se puede realizar computacionalmente. Si los métodos que se desarrollan y los supercomputadores disponibles lo permiten, se pueden simular las distintas opciones superando los límites del método experimental. De hecho, podemos decir que cada vez más el ensayo de nuevos dispositivos médicos incorporará estas tecnologías digitales, complementando el enfoque experimental. No tardaremos en ver ensayos clínicos que incorporen de forma masiva estas tecnologías y permitan realizar algunas fases in silico en vez de in vitro o in vivo.

Me gustaría exponer también otros ámbitos donde la simulación numérica que permiten estos supercomputadores es útil a nivel industrial. He hablado de grandes compañías tecnológicas, empresas biomédicas, casos de uso industriales, etc. Me permito terminar los ejemplos con una imagen que quizá saben identificar fácilmente: se trata del Camp Nou, más concretamente, de una simulación numérica sobre cómo las personas se pueden mover por una instalación como ésta, dependiendo de las intervenciones que se hagan. Por tanto, somos capaces de simular desde asteroides moviéndose alrededor de una estrella hasta movimientos de un gran número de personas en torno a una instalación deportiva.

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Recerca acadèmica bàsica i aplicada, construïm un futur de progrés

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Textos Amigos del País

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Data

29-03-2022

Conferencia pronunciada por el Dr. Joan Massagé en el acto solemne de entrega de los Premios Anuales de Amics del País celebrado en el Saló de Cent del Ajuntament de Barcelona.

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La recuperació: Europa no és suficient
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La recuperació: Europa no és suficient

La recuperació: Europa no és suficient

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Textos Amigos del País

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Data

23-03-2021

Conferencia de Xavier Vives, profesor y director del Centre de Recerca Público-Privat IESE

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Complicar la democracia
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Complicar la democracia

Complicar la democracia

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Textos Amigos del País

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Data

25-03-2019

Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política de la Universidad del País Vasco, contextualiza las democracias actuales en un entorno de interdependencia, heterogeneidad, revolución tecnológica y digital, cambios demográficos, que hace imprescindible una nueva teoría de la democracia compleja ‘que nos permita explorar nuevas maneras de organizarnos y gobernarnos y, de este modo, ‘completar el concepto…

[Si queréis leer la conferencia entera, podéis descargaros el archivo PDF]

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Europa: memoria y política
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Europa: memoria y política

Europa: memoria y política

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Textos Amigos del País

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20-03-2018

Shlomo Ben Ami, Vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz, repasa las raíces históricas y la memoria colectiva de Europa para explicar los desafíos actuales de la Unión Europea: la immigración, el auge de la extrema derecha, la deriva del este de Europa hacia nacionalismos autoritarios y la política de austeridad, entre otros. …

Europa, como dijo Denis de Rougemont en 1946, es “la patrie de la mémoire”. La Unión Europea es el producto de esa memoria. Debe su existencia a las tristes lecciones de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Podría haberlo intentado ya después de la primera, pero sus políticos no tuvieron la visión y la generosidad para hacerlo. En 1919, el insigne economista británico John Maynard Keynes entregó a los líderes reunidos en la conferencia de paz de Versalles un escrito, The Economic Consequences of the Peace, en el que prácticamente les suplicaba que no castigasen a Alemania por haber iniciado la guerra y eventualmente perderla. Les aconsejaba, al revés, integrarla.

El patriotismo vengativo, explicaba Keynes, es un mal consejero para eras de paz. Los dilemas de Europa no están, decía, en fronteras y pleitos anacrónicos; están más bien en los temas del empleo, el transporte, el carbón y la energía, y Europa necesitaba domesticar el dinamismo alemán para salir adelante y abrir una era de paz y desarrollo sostenible para el continente.

[Si queréis leer la conferencia entera, podéis descargaros el archivo PDF]

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Contra el pesimismo
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Contra el pesimismo

Contra el pesimismo

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Textos Amigos del País

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15-03-2017

Sorprendentemente, este inicio del siglo XXI ha traído consigo una época de un intenso pesimismo. De alguna manera, aunque no es causa única, la crisis económica y política ha venido acompañada, a mi juicio, de una especie de infección, de pesimismo; un pesimismo que, de alguna manera, trae también asociado o está fundado en una…

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Brexit?
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Brexit?

Brexit?

Barcelona Tribuna

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Textos Amigos del País

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06-10-2016

Conferencia pronunciada por el Dr. Andreu Mas-Colell, Profesor de Economía de la UPF y Presidente del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), en el marco del foro Barcelona Tribuna.

El profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra y Presidente del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), Andreu Mas-Colell, participó en el foro Barcelona Tribuna pronunciando la conferencia ‘Brexit?’ en la que analizó los motivos y las posibles consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

En cuanto a las ‘tipologías’ de Brexit, Andreu Mas-Colell diferenció dos: una de ‘dura’, donde la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea se limitaría a ser una zona de libre comercio; y una más suave, donde ‘las cosas quedarían como están pero sin el poder de participación del Reino Unido en el gobierno de la Unión Europea‘. Este último modelo de Brexit podría ser similar a la relación existente entre Noruega y la Unión Europea, en el que los nórdicos tienen casi todas las obligaciones de un estado miembro de la UE pero en cambio no tienen el derecho de participar en la toma de decisiones.

El profesor de Economía de la UPF también hizo referencia a cómo podría ser la etapa posterior a la salida de la Unión Europea. Mas-Colell previó una etapa de incertidumbre para el Reino Unido pero con consecuencias económicas limitadas. A largo plazo, el ex-consejero previó que el Reino Unido dejará de ser el punto de entrada de la Unión Europea, que las instituciones europeas abandonarán Londres para instalarse a otros países, y que las financieras seguramente transferirán algunas actividades en el continente. Respecto a las consecuencias para Europa, Mas-Colell anticipó cierta desestabilización comunitaria y advirtió contra los populismos que pueden dar como resultado la aparición de imitadores y oportunistas.

Finalmente, el presidente del BIST deseó la colaboración entre ambas partes ‘por el bien común’ aunque advirtió que las negociaciones serán complejas.

[Para leer íntegramente la conferencia, descargue el archivo PDF / en catalán]

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¿Cómo volver a enamorarse de Europa?
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¿Cómo volver a enamorarse de Europa?

¿Cómo volver a enamorarse de Europa?

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Textos Amigos del País

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Data

07-03-2016

Volverse a enamorar de Europa? Hacer que el trayecto de la integración comunitaria vuelva a ser atractivo? Continuar asociando la palabra sueño en el futuro europeo?

Mientras pensaba en las reflexiones que me habéis pedido que presente en este evento tan prestigioso y al que me honra asistir, enseguida me ha venido a la cabeza otra pregunta que ha respondido las anteriores. Me he preguntado si tendría sentido presentar como prioridad en el debate público en Europa, hoy en día sacudido por una profunda crisis, palabras como sueño, enamorarse o atractivo. O si esta actitud dictaminada, tal como un hábito, casi como una diversión, no sería probablemente una pérdida de tiempo. Posiblemente lo sería, con el riesgo de empeorar la situación y de agrandar la distancia que separa la ciudadanía, dominada por sus crecientes preocupaciones, de Bruselas, un monstruo burocrático cada vez más lejano e indescifrable.

La Europa de hoy en día, en realidad, se enfrenta desde hace tiempo a una sucesión de crisis que le están minando la existencia. Y estas crisis atacan, con sus efectos concretos, la vida de nuestras comunidades. Estas crisis sacuden los cimientos de nuestra unidad y también desmontan las certezas de nuestra vida cotidiana.

[Para leer íntegramente la conferencia, descargue el archivo PDF / en catalán]

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