Ayer, miércoles 19 de marzo en la sede social de la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, la Asamblea General Ordinaria de Socios aprobó el nombramiento de cuatro nuevos miembros de su Junta Directiva. Las personas que se incorporan en la Junta de Gobierno de la entidad, presidida por el Sr. Miquel Roca Junyent son:…
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Amics del País destina más de 85.000 euros para fomentar la excelencia investigadora y la igualdad de oportunidades durante el acto de entrega de sus premios anuales
Hoy, miércoles 19 de marzo de 2025, Amics del País ha celebrado el tradicional acto de entrega de los premios Amics del País, donde ha otorgado las becas de movilidad para jóvenes investigadores y el premio Llegat Valldejuli a la Fundación sanitaria Sant Pere Claver, destinando más de 85.000 euros a la excelencia y la…
Durante su discurso de bienvenida, la segunda teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Educación y Ciclos de Vida, ha definido el acto de entrega de los premios Amics del País como “una cita que reafirma, anualmente, el compromiso de esta corporación histórica con el conocimiento y la cohesión social”, haciendo evidente la vigencia intacta de sus principios fundacionales.
En los últimos 15 años, Amics del País ha otorgado 180 becas de formación e investigación y ha destinado más de un millón de euros en el fomento de la investigación y la justicia social
A su vez, Miquel Roca Junyent ha puesto en valor las 180 becas de formación e investigación que ha otorgado Amics del País en los últimos 15 años y los más de un millón de euros que ha destinado en el fomento de la investigación y la justicia social a través de diferentes convocatorias de premios.
Sin embargo, Roca ha reconocido que estamos ante un ‘futuro complicado’, pero no ha renunciado a la esperanza. ‘La esperanza sois vosotros‘, ha dicho el presidente de la entidad dirigiéndose a los ganadores de las becas de movilidad. Y ha añadido: ‘trabajad, formaros y poned vuestro talento al servicio del progreso y la igualdad‘.
La entidad merecedora del premio Llegat Valldejuli 2025 ha sido la Fundación sanitaria Sant Pere Claver, un referente en el abordaje integral y comunitario en el campo de la salud mental
Los premiados de esta edición de las becas de movilidad para jóvenes investigadores, dotadas en 4.500 euros cada una, son Julio Martínez-Cava (Dept. Sociología, UAB), Daniel Ruiz (Dept. Economía Aplicada, UAB), Josep Barriendos (CREAF), David Garcia (IBEI, UB), Theo (ISGlobal), Karen Quintana (Instituto de Investigación en Energía, UB), Alberto Cruz (Dept. Química, UB), Federico Centrone (ICFO), Ma. Florencia Olivares (Dept. Ciencia Política, UB), Sofía Balladares (IEB, UB), Marta Vallvé (Dept. Ciencia Política, UAB), Martí Jané (Dept. Matemática, UB) y Tainá Souza Pacheco (Dept. Economía Aplicada, UAB).
La entidad merecedora del premio Llegat Valldejuli 2025, dotado en 20.000 euros, ha sido la Fundación sanitaria Sant Pere Claver que, ‘con un gran humanismo y una gran humildad’ se ha convertido en un referente en el abordaje integral y comunitario en el campo de la salud mental, ha reconocido el presidente de Amics del País.
Dr. Josep Tabernero: ‘Estamos a las puertas de una revolución contra el cáncer (…), pero hay que invertir más y mejor’
Un humanismo y una humildad que también ha aplaudido del Dr. Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología del Vall d’Hebron, encargado de pronunciar el tradicional discurso de apertura “La lluita contra el càncer: la recerca com a garant d’un millor diagnòstic i tractament però, també, d’una millor prevenció”.
Durante la conferencia, Tabernero ha querido enviar un mensaje de optimismo contra el cáncer: ‘Estamos a las puertas de una revolución contra el cáncer. El milagro no será la curación, sino la prevención’. Sin embargo, para que esto ocurra, ‘hay que invertir más y mejor‘, al tiempo que ha resaltado la importancia de la investigación básica: ‘sin investigación básica no puede haber investigación clínica, ni tampoco una mejora de la vida de las personas‘.
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En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.
La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.
En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.
Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).
La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.
En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.
En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.
‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’
Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.
¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.
Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.
¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.
En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.
Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.
‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’
Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.
Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.
El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.
Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.
A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.
Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.
Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.
‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”
En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.
Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.
Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.
En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.
Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.
Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.
‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’
Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi
Muchísimas gracias,
En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.
La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.
En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.
Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).
La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.
En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.
En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.
‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’
Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.
¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.
Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.
¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.
En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.
Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.
‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’
Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.
Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.
El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.
Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.
A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.
Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.
Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.
‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”
En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.
Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.
Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.
En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.
Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.
Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.
‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’
Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi
Muchísimas gracias,
En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.
La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.
En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.
Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).
La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.
En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.
En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.
‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’
Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.
¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.
Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.
¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.
En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.
Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.
‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’
Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.
Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.
El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.
Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.
A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.
Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.
Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.
‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”
En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.
Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.
Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.
En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.
Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.
Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.
‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’
Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi
En primer lugar, quiero dar el reconocimiento a la Ilma. Sra. Eugenia Gay, segunda teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona; a las concejalas, concejales, autoridades y, por supuesto, al presidente de Amics del País, el Sr. Miquel Roca, y a todos los miembros de la Junta Directiva.
La Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País es uno de los mejores ejemplos de cómo la sociedad civil organizada ha sido el motor de crecimiento de nuestra sociedad. Y esto ha sido especialmente importante en Catalunya y creo que debe ponerse en valor. Además, es extremadamente importante la larga trayectoria de esta entidad que, desde 1822, ha participado en diferentes acontecimientos que han tenido un gran impacto civil y cívico en nuestra sociedad, como fue la constitución de La Caixa de Pensions i de la Vellesa d’Estalvis. Por tanto, ya vemos el impulso que tuvo una sociedad como Amics del País en el momento de poner en marcha una iniciativa que ha sido reconocida, no sólo desde el punto de vista bancario y por su obra social vinculada a la Fundación “La Caixa” (la mayor fundación bancaria del mundo), sino también por haber contribuido a crear un modelo de pensiones en nuestro país.
En este sentido, para mí es un honor haber sido invitado a realizar una ponencia en el acto de entrega de los premios de la entidad. Y lo que quisiero hacer, a través de mi intervención, es un paralelismo entre la investigación que se ha hecho en el campo del cáncer, un tema de gran trascendencia en la sociedad, con las actividades que ustedes [estudiantes becados] pueden hacer en sus campos de investigación y trabajo con el objetivo de contribuir a hacer una sociedad mejor, que es la obligación que todos tenemos. Puesto que hemos tenido la oportunidad de llegar a donde hemos llegado, tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que nos ha ofrecido.
Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando. Durante mi intervención, les hablaré de cuatro cosas: en primer lugar, de la epidemia del cáncer y por qué debemos seguir trabajando para combatirla; en segundo lugar, de la importancia de la investigación para cambiar el paradigma en relación al cáncer (es cierto que en los últimos treinta y cinco años ha habido muchos cambios en este sentido y, en los próximos años, todavía habrá más gracias a la implementación de la medicina de precisión); en tercer lugar, hablaré de la prevención (creo que debemos dedicar más esfuerzos a la prevención del cáncer siempre que sea posible); y, finalmente, les daré cuatro datos sobre nuestra institución, el Instituto de Oncología del Vall d’Hebron (VHIO).
La epidemia del cáncer: uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres de nuestro entorno tendrá cáncer a lo largo de su vida y, afortunadamente, la mayoría se curará. Si comparamos estos datos con los datos del resto del mundo, nos damos cuenta de que son ‘peores’. Sin embargo, este hecho se debe a que el cáncer, mayoritariamente –pero no exclusivamente–, está relacionado con el envejecimiento y, por tanto, al tener una esperanza de vida más elevada aquí que en otros lugares del mundo, la prevalencia del cáncer es más alta.
En 2024 se diagnosticaron alrededor de veinte millones de casos de cáncer en todo el mundo. La previsión para 2040 es que la cifra aumente hasta treinta millones. Además, la tendencia de futuro es que esta cifra no deje de incrementarse debido, básicamente, a un aumento de la esperanza de vida, pero también debido a los hábitos de vida no saludables, que van al alza. Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de que la incidencia aumenta, la mortalidad por cáncer, sin lugar a dudas, disminuye desde hace muchos años. Cada vez lo diagnosticamos mejor y lo tratamos mejor. E, incluso, las cifras de mortalidad relacionada con esta enfermedad en nuestro entorno son más favorables que las del resto de países que se consideran desarrollados.
En cuanto a Catalunya, según los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, los tipos de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres son los de mama, colorrectal, pulmón, útero y páncreas; y entre los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, colorrectal, pulmón, vejiga urinaria e hígado.
‘Nunca hemos estado tan bien desde el punto de vista de la supervivencia, tanto a nivel local como a nivel mundial. Podríamos estar mejor, ciertamente. Pero es un esfuerzo colectivo poder seguir avanzando’
Antes les comentaba que los porcentajes de curación de la enfermedad han aumentado mucho. Actualmente, en Catalunya, el porcentaje de supervivencia en mujeres es del 64% y en varones es del 55%. Cuando yo empecé a dedicarme a la oncología, estas cifras eran prácticamente del 35%. Es decir, avanzamos mucho. Además, las expectativas de la Unión Europea para 2030 es que lleguemos a una tasa de supervivencia del 70%, aunque intuyo que será difícil que las cumplamos. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar a ciencia cierta es que habrá un crecimiento muy rápido de las cifras de curación del cáncer. Por tanto, debemos dedicarnos y dedicar esfuerzos. Debemos estudiar los mecanismos del cáncer, sobre todo para diagnosticarlo y tratarlo mejor, pero, como decía antes, también para prevenirlo.
¿Por qué ocurre el cáncer? El cáncer se produce por una alteración de los genes que tenemos en las células debido a factores a los que nos exponemos a lo largo de la vida, que se pueden agrupar, resumidamente, en químicos, infecciosos y radiaciones, por un lado, y en hereditarios, por otro. Sólo aproximadamente el 10% de los casos de cáncer se producen por una predisposición hereditaria a padecer esta enfermedad. La gente a menudo confunde los conceptos genético y hereditario. Los cánceres hereditarios son como máximo un 10% del total y, en cambio, todos los cánceres son genéticos, porque se producen por alteraciones de los genes. Si vamos más al por menor, los factores externos que contribuyen de forma más significativa a esta enfermedad son el tabaco, la dieta, las infecciones, la obesidad, el alcohol, la contaminación externa y las radiaciones. Ahora veremos lo que podemos hacer.
Hasta ahora, hemos diagnosticado el cáncer a partir de la aparición de síntomas relacionados con la enfermedad: aparecen síntomas, realizamos pruebas, detectamos el cáncer y lo tratamos con cirugía o tratamientos médicos. Es decir, lo diagnosticamos y tratamos cuando la enfermedad ya es evidente. Pero el período desde que una célula normal se transforma en maligna hasta que se convierte en tumoral puede ser de muchos años. Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, este proceso puede tardar entre ocho y diez años.
¿Y el futuro qué nos depara? Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad incluso antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya existen programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario, porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla. Y esto será posible, por ejemplo, en el caso del cáncer de páncreas. Luego hablaré un poco más sobre ello. Además, a largo plazo, podremos identificar personas de riesgo, tanto por los hábitos de vida como por la carga genética hereditaria, diagnosticar esta predisposición y realizar un tratamiento de prevención. Esto ocurrirá. Actualmente, estamos desarrollando mucha investigación para avanzar cada vez más la intervención contra el cáncer. ¿Y cómo podremos hacerlo? Pues con conocimiento. En la vida, sólo se avanza con conocimiento. Y ahora os contaré cinco factores que son importantes para hacer avanzar el conocimiento de la enfermedad y, por tanto, poder tomar decisiones ante ésta.
En primer lugar, lo importante es entender la enfermedad. Me gusta mucho esta portada de la revista Newsweek de 2004 [‘SOLVING CANCER. You can’t cure what you don’t understand‘]. No puedes solucionar lo que no conoces, es obvio. Para intentar encontrar soluciones al cáncer, es necesario conocer los factores que lo producen.
Pues bien, durante estos últimos años, ha aumentado mucho el conocimiento sobre la enfermedad, el conocimiento sobre los mecanismos a través de los cuales las células normales, en un momento determinado, comienzan a transformarse y convertirse en células malignas. Pero, además, solíamos pensar que el cáncer eran células malignas. Hoy en día, sabemos que el cáncer son células malignas que crecen con el tiempo y, además, sabemos que la respuesta que genera nuestro cuerpo contra estas células malignas también hace que los tumores crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Sabemos que los factores como la inflamación, la falta de respuesta de nuestro sistema inmune contra las células malignas y el microbioma (las bacterias que tenemos dentro del cuerpo), etc. pueden promover la aparición de cáncer (y de otras muchas enfermedades). Y esto nos permite desarrollar tratamientos que tratan a las células malignas y, también, que modifican todos los condicionantes que el huésped (el organismo de la persona que tiene cáncer) genera y que hace crecer la enfermedad. Todo este conocimiento acumulado es el legado de muchos años de investigación.
‘Estamos trabajando para avanzar el diagnóstico de la enfermedad, incluso, antes de que ésta aparezca. Actualmente, ya hay programas de screening que nos ayudan a diagnosticar el cáncer antes de que aparezca la sintomatología. Pero el futuro a medio plazo será aún más revolucionario porque nos permitirá empezar a tratar la enfermedad antes de verla’
Todo empezó con el descubrimiento del primer genoma humano, el Cromosoma Filadelfia, en los años sesenta del siglo pasado, después de que una sola persona dedicara doce años a estudiarlo. Esto impulsó la creación de diferentes programas destinados a estudiar el genoma de algunas enfermedades, sobre todo, el genoma de distintos tipos de cáncer, ya que, entonces, la tasa de mortalidad del cáncer era muy elevada (la mayoría de programas fueron financiados por el gobierno estadounidense, esperamos que el gobierno de Donald Trump no disminuya la inversión en investigación). Conocer las alteraciones genéticas de los tumores nos ha permitido, por un lado, avanzar en la mejora del diagnóstico y, por otro, disponer de más fármacos para combatirlo.
Desde que se diagnosticó la primera enfermedad con una alteración cromosómica, la leucemia mieloide crónica (el Cromosoma Filadelfia), hasta que se conoció qué alteración genética tenía ese cromosoma, qué medicamentos se podían utilizar para combatirla y, finalmente, la aprobación de los fármacos, pasaron más de cuarenta años. Actualmente, desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado, en un tumor raro, por ejemplo, hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Es más, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de manera eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada. Éste ha sido el primer punto importante en la evolución de la investigación contra el cáncer: conocer bien las bases genéticas de la enfermedad.
El segundo punto importante, que también ha sido revolucionario, ha sido descubrir que, además de saber que el diagnóstico de un cáncer difiere según cada persona que lo padece, cada cáncer tiene, en el cuerpo de una misma persona, clones de células, familias de células, que se comportan de forma diferente. Es decir, existe lo que llamamos heterogeneidad entre personas, pero también heterogeneidad del tumor dentro de una misma persona. Esta heterogeneidad existe en un momento estático y también de forma dinámica, ya que los tumores evolucionan a lo largo del tiempo. Entender esto ha sido primordial porque ha aumentado las oportunidades de tratamiento de la enfermedad.
Os muestro un ejemplo muy visual: cuando diagnosticamos un tumor, dentro de este tumor ya hay clones de células que se comportan diferente a la mayoría de células tumorales. Entonces, cuando empezamos el tratamiento, éste va enfocado a tratar las células mayoritarias, que es lo que detectamos, porque es muy difícil detectar las pequeñas poblaciones heterogéneas. Esto hace que el clon mayoritario desaparezca. Pero, simultáneamente, el resto de clones aumenta y, por tanto, la enfermedad, al cabo de unos meses, es completamente diferente a la inicial y el tratamiento ya no es efectivo.
A raíz de este descubrimiento, hemos implantado la biopsia líquida, que nos permite saber la situación de la enfermedad en cada momento. Consiste en tomar una muestra de sangre y analizar los fragmentos de DNA de la carga genética alterada que encontramos – y que varían con el paso del tiempo. Pero el impacto de la biopsia líquida irá mucho más allá porque nos permitirá diagnosticar enfermedades que, actualmente, tienen una elevada mortalidad, como el cáncer de páncreas y el de pulmón, antes de que éstas produzcan sintomatología alguna y antes de que sean visibles en ninguna prueba radiológica. Sin embargo, es un problema técnico el que debemos superar: todavía no tenemos la tecnología suficiente, la sensibilidad necesaria en las pruebas para poder realizar este diagnóstico precoz; pero esto será una realidad en cinco años, aproximadamente, no cien. Es decir, en cinco años, tendremos pruebas diagnósticas para poder identificar la enfermedad y poder actuar rápidamente. Por ejemplo, a un paciente le diremos: “Usted debe operarse del páncreas”. Él responderá: ‘¿por qué, si no tengo nada?’. Y le replicaremos: ‘Le estamos haciendo pruebas. Es cierto que no vemos el tumor, pero sabemos con seguridad que está haciendo un tumor y debemos quitarle el páncreas’. De esta forma, mejoraremos mucho el pronóstico.
Ya ven, pues, que, en el campo de la investigación, desde la investigación básica, que es muy importante, la investigación traslacional y la investigación clínica, se está avanzando. Pero, además, ha aumentado muchísimo la conciencia social en relación al cáncer. Se habla del cáncer abiertamente, y esto es una gran ventaja. Paralelamente, también existe un gran desarrollo de la industria farmacéutica y tecnológica para generar tratamientos.
Clásicamente teníamos la quimioterápica y los tratamientos hormonales. A raíz de este conocimiento sobre las alteraciones genéticas y la heterogeneidad, obtuvimos tratamientos biológicos dirigidos a estas alteraciones genéticas de las células malignas, pero además tratamientos dirigidos a las propiedades del huésped. Y, por último, hemos empezado a utilizar la inmunoterapia. Ya ven, hemos avanzado mucho.
‘Desde que se descubre una alteración genética en un tumor determinado (…) hasta que se aprueba un medicamento para su tratamiento pasan menos de cuatro años. Y más aún, el gran paso que hemos dado en la lucha contra el cáncer es que hemos pasado de tratar a los enfermos de manera empírica y con poco conocimiento a dedicar muchos recursos para diagnosticar de forma eficaz la enfermedad de cada paciente y ofrecer el tratamiento más apropiado y de forma personalizada”
En 1996 sólo trabajábamos con dos tipos de cáncer de pulmón: el de células grandes y el de células pequeñas. Actualmente, tenemos 20 subtipos de cáncer de pulmón. Y lo mismo ocurre con el cáncer de mama y el cáncer colorrectal. Porque hemos identificado diferentes subgrupos de enfermedades basándonos en las vulnerabilidades de cada enfermedad. Tener en cuenta la heterogeneidad de la que hablaba antes nos ha permitido diagnosticar la enfermedad mucho mejor y, por tanto, tenemos más tratamientos para hacerle frente.
Durante el período entre 2011 y 2021 se aprobaron noventa y seis medicamentos diferentes para el tratamiento de tumores sólidos. Y no sólo medicamentos para tratar las enfermedades más frecuentes (cáncer de mama, de pulmón, de colon), sino también para tratar aquellas enfermedades no tan frecuentes (sarcomas, tumores pediátricos, etc.). Y lo mismo ocurre en cuanto a la investigación relacionada con los tumores hematológicos. En la aparición de nuevos fármacos existe un avance importantísimo. Además, como les comentaba, existe el tratamiento basado en la educación y la reactivación de nuestro sistema inmunológico. El sistema inmunológico, además de luchar contra las enfermedades infecciosas, tiene la función de reconocer y destruir las células malignas. Pero esto sólo ocurre cuando las células malignas son bastante diferentes a las células normales. En un 25% de tumores, los que llamamos calientes, el sistema inmune actúa contra las células malignas hasta cierto momento que, por decirlo coloquialmente, se cansa. En estos casos, los medicamentos de inmunoterapia que tenemos actualmente tienen la función de despertar a este sistema inmunológico que ya está aleccionado. Pero en el 75% restante de tumores, las células malignas no son demasiado distintas a las células normales y, por tanto, nuestro sistema inmune no puede actuar en contra. La gran revolución actual, y a la que le dedicamos muchos esfuerzos, es la investigación en nuevos tratamientos como vacunas, virus autolíticos específicos, terapias celulares, que educan el sistema inmunológico en estos casos de tumores a los que hacía referencia antes, que son la mayoría.
Desde que empezamos a investigar sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. Esto ha sido un paso fundamental. Hasta hace pocos años, para encontrar un medicamento contra el melanoma, debíamos realizar un estudio de mil enfermos donde la mitad recibía el tratamiento nuevo y la otra mitad el tratamiento viejo, si lo hubiera, o un placebo. Esto era muy poco eficiente. Hoy hacemos estudios mucho más selectivos, que se basan en una misma alteración genética. Es decir, estos estudios clínicos, que llamamos estudios cesta, tratan enfermos con diferentes enfermedades (cáncer de mama, melanoma, cáncer de colon) que tienen una misma alteración genética motora (un mismo driver, en palabras técnicas). Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras, como la FDA, y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas de vida de los pacientes.
En el campo de las enfermedades minoritarias (todos los tumores pediátricos, entre otros tumores de adultos), la investigación académica también es muy importante: existen estudios de casos concretos. Además, existen registros de enfermos realizados por los propios pacientes que se organizan a través de asociaciones y explican su enfermedad, su alteración genética y el tratamiento recibido, por ejemplo, como es el caso de la web PatientsLikeMe. Así, los enfermos se empoderan y la sociedad civil toma conciencia sobre la enfermedad.
Y en relación a lo que comentaba antes, una de las cosas que hemos hecho bien en nuestra institución, en Vall d’Hebron, es integrar al máximo la investigación clínica innovadora con los tratamientos convencionales. Y esto ha posibilitado que muchos enfermos reciban tratamientos antes de que éstos sean aprobados. Este hecho ha situado Barcelona a la cabeza en la investigación clínica y, sobre todo, en la investigación clínica oncológica.
Todos estos avances han ido acompañados por un incremento de las demandas por parte de la sociedad. Y esto es bueno porque promueve la investigación. Sin embargo, es importante que alineemos las expectativas con la realidad.
‘Desde que empezamos a realizar investigación sobre el cáncer y hasta el día de hoy, han aparecido nuevos modelos de investigación y ha cambiado mucho la manera de integrar los modelos de investigación con la asistencia convencional. (…) Esto permite acelerar los mecanismos de aprobación de medicamentos por parte de las autoridades reguladoras (…) y mejora, significativamente, la calidad de vida y las perspectivas’
Antes les hablaba de la importancia del microbioma. Y lo es porque las bacterias que vi
Agenda 19-03-2025 Amics del País celebra un año más el acto de entrega de los premios Amics del País, un firme compromiso con la excelencia investigadora de nuestro país y con la igualdad de oportunidades, que, durante los diez años de su existencia, ha destinado más de un millón de euros en 169 becas de…
Amics del País celebra un año más el acto de entrega de los premios Amics del País, un firme compromiso con la excelencia investigadora de nuestro país y con la igualdad de oportunidades, que, durante los diez años de su existencia, ha destinado más de un millón de euros en 169 becas de movilidad y en el premio Llegat Valldejuli. El acto será presentado por el Excmo. Sr. Jaume Collboni Cuadrado, alcalde de Barcelona; y por el Sr. Miquel Roca Junyent, presidente de Amics del País.
Este año, el encargado de pronunciar el tradicional discurso de apertura será el Dr. Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología del Vall d’Hebron. La conferencia se titula “La lluita contra el càncer: la recerca com a garant d’un millor diagnòstic i tractament però, també, d’una millor prevenció”.
El Dr. Josep Tabernero es el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y el responsable de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer en el Hospital Vall d’Hebron, unidad pionera en España dedicada al desarrollo de ensayos clínicos de fase I de terápia molecular.
Durante los más de diez años de existencia de los premios Amics del País, la entidad ha entregado más de un millón de euros en becas de movilidad y en el premio Llegat Valldejuli
Durante el acto, el presidente de la entidad, el Sr. Miquel Roca Junyent, hará entrega del diploma a los quince jóvenes galardonados con las becas de movilidad para investigadores menores de 35 años que realicen una estancia mínima en universidades o centros de investigación extranjeros, con el objetivo de promover el desarrollo de la investigación que se lleva a cabo en nuestro país. Asimismo, también se entregará el premio Llegat Valldejuli, galardón dotado en 20.000 euros que reconoce la labor de una entidad del tercer sector que sobresale en la atención a los colectivos más vulnerables.
El acto tendrá lugar el próximo miércoles, 19 de marzo, a las 18h30 en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. Se ruega confirmación de inscripción a través del formulario.
Recupera el acto de entrega de los premios Amics del País 2024
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Amics del País es una entidad de servicio al progreso del país y de la ciudad de Barcelona con más de doscientos años de historia que, mediante el debate y la interlocución con diferentes agentes de la sociedad, contribuye a la definición de los nuevos retos y hacer posible su consecución. Con esta misión fundacional,…
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El pasado miércoles, 6 de febrero, la comisión de Educación de Amics del País celebró el debate “Desafíos actuales de los docentes”. El acto contó con la participación de Salvador Cardús, miembro emérito del Institut d’Estudis Catalans; Àngels Cadena Bordoll, maestra y directora de la escuela Mercè Rodoreda de Nou Barris; y Mònica Santamaria, maestra…
Citando Ben educats: una defensa útil de les conversacions, el civisme i l’autoritat, de Salvador Cardús y editado en noviembre de 2003 por La Campana, Enric Masllorens reivindicó la figura del maestro y la maestra como “autoridad visible” y “guía ejemplar” para que “la educación sea eficaz”. Sin embargo, los desafíos de los docentes en el contexto actual hacen que esta tarea sea pesada y “desalentadora”.
‘Los desafíos de la educación en la sociedad actual hacen que la tarea docente sea pesada y desalentadora’
La diagnosis fue compartida por los ponentes. En primer lugar, la complejidad de la sociedad es enorme y, al mismo tiempo, existe un “déficit social y una falta de responsabilidad social que debe asumir la escuela”, explicó Àngels Cadena Bordoll. A la escuela se le exige todo: transmitir conocimientos, hacer gestión emocional, “poner flúor e incluso enseñar a las familias a aburrirse”.
En esta misma línea, Salvador Cardús lamentó ‘el exceso de expectativas en la escuela y los equipos docentes‘, que ‘desvían el foco y generan discursos negativos y perspectivas y objetivos equivocados’. Para que esto no ocurra, es necesario que se deje de “crear ruido” en torno al sistema educativo y se enfatice más en las buenas prácticas, que son muchas, reivindicó Cadena Bordoll.
Un ejemplo de buenas prácticas es la creación de la biblioteca escolar de la escuela Mercè Rodoreda, abierta al barrio los sábados para “promover la cultura y la socialización”.
‘El exceso de expectativas en la escuela y los equipos docentes desvían el foco, generan discursos negativos y perspectivas y objetivos equivocados’
En segundo lugar, la hiperprotección de los niños y jóvenes por parte de las familias, ‘reflejo de las propias inseguridades de los adultos’ en un contexto social de incertidumbre constante, según Cardús, ha desembocado en una falta de autoridad del docente, que ve aumentar las dificultades a la hora de desarrollar su labor.
El tercer desafío es la heterogeneidad de los contextos socioeconómicos de los centros educativos de nuestro país, lo que hace indispensable la vinculación del equipo docente al centro. Por este motivo, la maestra y directora de la escuela Mercè Rodoreda de Nou Barris pidió, por un lado, que parte de la formación del profesorado sea en el centro y para el centro; y por otra, reclamó el derecho de los docentes a escoger escuela: “los educadores deben poder encontrar su propio equipo”, allí donde se encuentren a gusto para desarrollar su profesión de la mejor forma posible.
En relación con los equipos escolares, Àngels Cadena Bordoll reclamó más recursos en forma de “equipos multiprofesionales” para hacer frente a las necesidades diversas del alumnado.
“Es indispensable la vinculación del equipo docente al centro y, por tanto, es necesario que la formación del profesorado sea en el centro y para el centro y, además, es necesario que los educadores puedan escoger escuela y encontrar su propio equipo”
Además, tanto Cardús como Cadena Bordoll como Santamaria reclamaron una formación básica de calidad para los aspirantes a maestros: “nos da heredad ver a los alumnos de prácticas de magisterio”, lamentaron.
Finalmente, la falta de evidencia científica en el mundo educativo hace tomar ‘decisiones basadas en la intuición’, se quejó Mònica Santamaria, al tiempo que Cardús lamentaba que el relato público de la educación estuviera en boca de ‘voces no autorizadas’ y que, en lugar de recursos, hubiera ‘negocios detrás de los acuerdos establecidos’.
El acto, que se celebró en el Palacio Macaya de la Fundación ‘la Caixa’, contó con la presencia del director general de Profesorado y Personal de Centros Públicos de la Generalitat de Catalunya, Josep Maria Garcia Baldà; y de la exconsejera de Educación, Irenen Rigau, entre otras personas vinculadas al mundo educativo. Y se concluyó con la reivindicación de una mayor cooperación entre todos los agentes del sistema educativo y una rehumanización de la enseñanza a través de un pacto donde la voz de los y las docentes sea escuchada y tenida en cuenta.
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Agenda Comisión de Educación 06-02-2025 Con la voluntad de continuar profundizando en el análisis y la reflexión sobre los retos que existen en torno al mundo educativo, la comisión de Educación de Amics del País, organiza la mesa redonda “Desafiaments actuals dels docents” con la participación de Salvador Cardús, miembro emérito del Institut d’Estudis Catalan…
Con la voluntad de continuar profundizando en el análisis y la reflexión sobre los retos que existen en torno al mundo educativo, la comisión de Educación de Amics del País, organiza la mesa redonda “Desafiaments actuals dels docents” con la participación de Salvador Cardús, miembro emérito del Institut d’Estudis Catalan y profesor jubilado de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona; Àngels Cadena Bordoll, profesora y directora de la escuela Mercè Rodoreda de Nou Barris; y Mònica Santamaria, maestra y directora de la Escuela Thau de Sant Cugat.
El acto, que tendrá lugar en el Palau Macaya el 6 de febrero a las 18h30, será presentado y moderado por Enric Masllorens, educador y ex directivo de varios centros escolares y presidente de la comisión de Educación de Amics del País.
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La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca genera mucho interés porque provoca “inquietud y miedo”, empezó diciendo Miquel Roca Junyent, presidente de la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, durante la presentación del acto de Barcelona Tribuna con el periodista de La Vanguardia, el Sr. John Carlin. El acto se celebró el pasado…
‘Nunca se habían visto tantas órdenes ejecutivas y amenazas’ a países terceros como en las horas inmediatas a la toma de posesión de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, explicó John Carlin. Y destacó el indulto a los 1.600 asaltantes en el Capitolio como una de las medidas más “peligrosas” para la democracia. En este sentido, Miquel Roca definió ese gesto como un acto de subdemocracia: para Trump, la democracia sólo es buena cuando él gana; es decir, Trump sólo cree en ‘su democracia’. Además, para él, “el adversario no es un discrepante, sino un enemigo; y, contra el enemigo, todo es posible”, añadió.
Miquel Roca: “Trump utiliza la palabra invasor para referirse a los inmigrantes. La última persona que utilizó esa expresión fue Mussolini para justificar la invasión en Etiopía”
En cuanto a la política de inmigración, Roca alertó de la utilización de la expresión invasor para referirse a los inmigrantes: ‘la última persona que empleó esta palabra para justificar la invasión de Etiopía fue Mussolini’, explicó. Y Carlin añadió que Trump utiliza el discurso del odio y el miedo para crear un enemigo de quien protegerse, para erigirse él como único salvador. ‘Es la perfecta jugada del populista‘, aclaró.
Pese a la amenaza que supone Trump para la democracia y la influencia de Estados Unidos en la política interna de Europa, Carlin se quejó del papel que están adoptando la mayoría de países europeos, que parecen estar asustados ante un “perro imprevisible”. Y añadió que es necesario que Europa ‘marque y defienda unas líneas rojas’, a pesar de reconocer que esto ‘es difícil’ ante la amenaza de la imposición de aranceles por parte de la administración Trump. Sin embargo, John Carlin recalcó la necesidad de que la Unión Europea trabaje para avanzar hacia una mayor independencia económica y militar para “salir de la sombra” de Estados Unidos y “hacernos mayores”.
John Carlin: ‘Ante la amenaza que supone Trump, la mayoría de países europeos parecen estar asustados ante un perro imprevisible’
En relación a cómo puede influir la nueva política americana en la guerra entre Rusia y Ucrania, Carlin confesó que la situación es ‘imprevisible’. Actualmente, ‘Vladímir Putin y Volodímir Zelenski están actuando como los cortesanos en El Rey Lear‘ y todo puede pasar, depende de quien gane este juego, ‘es así de patético’, sentenció.
Por último, Miquel Roca y John Carlin concluyeron que la ‘democracia está en peligro‘ y hay que tomar conciencia porque, parafraseando a Hannah Arendt, ‘un pueblo sin conciencia es el combustible para gobiernos como el de Trump”.
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Agenda Barcelona Tribuna 29-01-2025 ENTRADAS AGOTADAS El lunes 20 de enero es la ceremonia de investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Desde que ganó las elecciones presidenciales el pasado mes de noviembre, Trump se ha apresurado a dar pistas como será su mandato en los próximos cuatro años en cuanto a política…
ENTRADAS AGOTADAS
El lunes 20 de enero es la ceremonia de investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Desde que ganó las elecciones presidenciales el pasado mes de noviembre, Trump se ha apresurado a dar pistas como será su mandato en los próximos cuatro años en cuanto a política económica, geoestratégica, de inmigración, etc. Con la voluntad de analizar los desafíos que plantea el cambio en la Casa Blanca, Barcelona Tribuna de Amics del País organiza el diálogo ‘Conseqüències de la nova política americana‘ entre el Sr. John Carlin, periodista de la Vanguardia, y Miquel Roca Junyent, presidente de Amics del País.
Para inscribirse a la lista de espera, pueden mandar un correo electrónico a
El acto tendrá lugar el miércoles 29 de enero en el Palau Macaya a las 19h.
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El miércoles 22 de enero, Barcelona Tribuna de Amics del País organizó la conferencia – coloquio “Perspectivas económicas y fiscales” con la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la Sra. Cristina Herrero. Durante su intervención, Herrero afirmó que, aunque las previsiones realizadas por la AIReF a corto plazo no son preocupantes, si no se toman…
En cuanto a las perspectivas de la economía española, la presidenta de la AIReF situó el crecimiento económico de 2024 en términos reales al 3,1%, gracias a un dinamismo superior al de los socios europeos, debido sobre todo al gasto público. Sin embargo, las previsiones de crecimiento que hace este organismo independiente para 2025 y 2027 son del 2,5% y del 1,3%, respectivamente. Esta tendencia a la baja se debe a la “baja productividad de la economía española, inferior a la media europea”. Por este motivo, Herrero enfatizó en la urgencia de ‘medidas que aumenten la eficiencia y eficacia de los factores productivos’.
‘Hay desafíos importantes que hacen inaplazable la articulación de una estrategia fiscal a medio plazo para poder cumplir con los compromisos comunitarios’
En relación a las perspectivas fiscales, ‘el déficit público y la deuda pública muestran una dinámica favorable a corto plazo, después del impacto de la pandemia y la crisis energética’. Sin embargo, existen desafíos importantes, como el envejecimiento de la población, la digitalización y el aumento del gasto en defensa, que hacen inaplazable la articulación de una estrategia fiscal a medio plazo para poder cumplir con los compromisos asumidos con las autoridades comunitarias en el Plan Fiscal Estructural presentado el pasado mes de octubre”, zanjó.
‘A corto plazo, los compromisos parecen asumibles’, afirmó la presidenta de la AIReF, ‘pero a medio y largo plazo, sobre todo a partir de 2026, este logro dependerá de las medidas que se puedan adoptar desde las administraciones públicas”, ya que la entidad independiente presidida por Herrero prevé un gasto mayor por parte del gobierno y, por tanto, fuertes presiones en la deuda pública.
‘El Plan Fiscal Estructural Europeo es decepcionante y falta ambición, tanto de las administraciones europeas como del gobierno español’
En este sentido, Cristina Herrero lamentó que, a nivel nacional, “todo está por hacer. De nuevo, el reto se ha dejado para el futuro”. A su juicio, hace falta planificación: asignar compromisos y responsabilidades.
En cuanto al Plan Fiscal Estructural Europeo, la presidenta del AIReF fue contundente: ‘es decepcionante‘, sentenció. Y se quejó de la ‘falta de ambición’, tanto de las administraciones comunitarias como del gobierno español. En primer lugar, argumentó Herrero, ‘deberían haberse involucrado, en la redacción del plan, instituciones independientes’. Y, en segundo lugar, debería haberse presentado a los parlamentos territoriales: “las comunidades autónomas han presentado sus presupuestos sin saber los compromisos de gasto a nivel de país”, lo que muestra que “no hay apropiación nacional del Plan ni planificación a medio plazo”.
“Para abordar el nuevo modelo de financiación, es necesario definir bien y de forma conjunta las estrategias de cada nivel de administración para alcanzar los compromisos de gasto”
Preguntada sobre el abordaje de un nuevo modelo de financiación, la presidenta de la AIReF defendió que debe hacerse de forma dialogada y conjunta para “dar cumplimiento a las reglas fiscales”. Es decir, ‘deben definirse bien las estrategias de cada nivel de administración para poder alcanzar los compromisos de gasto, una trayectoria descendente de la deuda y que no afecte a la sostenibilidad’.
El acto, que tuvo lugar en el Palau Macaya de la Fundación “la Caixa”, fue presentado por el Sr. Martí Parellada, presidente de la comisión de Economía de la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, y moderado por el periodista de La Vanguardia, Eduard Magallón. Entre el público asistente estaba el presidente de Amics del País, Miquel Roca Junyent; la consejera de Economía de la Generalitat de Catalunya, Alícia Romero; y el secretario de Economía de la Generalitat de Catalunya, Francesc Trillas; i el presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España, Valentí Pich, entre otros.
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