Amics del País ha querido resaltar el éxito de Barcelona como ciudad global gracias al proyecto democrático de transformación de los últimos cuarenta años como fruto del pacto entre los diferentes agentes sociales e institucionales. ‘El mundialmente reconocido Modelo Barcelona es una concepción de liderazgo compartido‘ ha señalado el presidente de Amics del País, Miquel Roca.

Barcelona está en un momento decisivo para dibujar su futuro y afrontar con éxito los retos de futuro como el envejecimiento de la población, la gestión del turismo, la vivienda, la creación de un espacio para la creación y crecimiento de empresas, el impulso de la investigación y la generación de puestos de trabajo cualificados. Por todo ello, Amics del País llama a recobrar la cultura del pacto. ‘Hay que hacer un gran pacto de ciudad entre toda la sociedad para construir un nuevo proyecto para Barcelona‘, ha afirmado Miquel Roca. Por su parte, Jaume Giró ha añadido que ‘el informe invita a reflexionar sobre la necesidad de llegar a un gran pacto y no sólo en el mundo político, también en el mundo cívico y social.’

Amics del País es una entidad de interés público con casi 200 años de historia e impulsora de innumerables iniciativas económicas y sociales de nuestro país. Cada año, Amics del País presenta el informe anual, donde se pronuncia cómo se podrían superar los problemas del presente y encarar con ambición el futuro social, económico y político de Cataluña, España y Europa.

El año 2016 ha quedado trastornado, en el ámbito internacional, por la consolidación del populismo, una corriente que, sin haber desaparecido del todo de la cultura política occidental, emergió de manera clara con la crisis económica y, finalmente, como se ha visto con la victoria de Donald Trump, se ha normalizado a la primera democracia del mundo, después de dejar huella en Gran Bretaña y en algunas otras viejas naciones europeas (Hungría, Polonia, Austria).

En cuanto a la realidad doméstica, el factor más relevante de este año ha sido el bloqueo político de la gobernación española, resuelto in extremis a favor de la investidura de Mariano Rajoy tras más de 300 días de negociaciones y de dos convocatorias electorales.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2016, descargue el archivo PDF]

En el año 2014 se ha caracterizado por la complejidad de las situaciones planteadas, tanto en el orden internacional, como a nivel de Estado y de Catalunya. Pero, esa conflictividad no esconde, refiriéndonos muy concretamente en Catalunya, un importante dinamismo de nuestra sociedad. La importancia de la crisis convive con un fuerte impulso en el campo cultural, cívico, asociativo y también económico, lleno de iniciativas y de voluntad de superar las dificultades del momento. Muchas familias están afectadas por un impacto muy importante de sus economías domésticas, pero esto no debe ocultar el conjunto iniciativas que definen un futuro más esperanzado.

Ciertamente, en el campo político-institucional, el año se cierra con incertidumbres que se proyectan en el futuro del 2015. Pero también en este terreno hay que confiar en la capacidad de cohesionar entre todos un proyecto colectivo que dé respuesta a las ambiciones del país, entendido como una unidad que encuentre su fuerza en el reconocimiento de su pluralidad y diversidad.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2014, descargue el archivo PDF]

No ha sido un año de eventos definitivos. Ha sido un año en tránsito, de resaca de problemas anteriores y de incertidumbres sobre el futuro. El mundo camina hacia una cierta multipolaridad, al tiempo que la naturaleza del poder está en mutación. Europa ha vivido a la espera de las elecciones alemanas para ver cómo enfoca la salida de la recesión, la nueva fase de la crisis. España vive sumergida en una sensación de crisis institucional y económico-social. Y Catalunya está inmersa en las incertidumbres del proceso de consulta iniciado por su Parlament. Hay muchos deberes urgentes.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2013, descargue el archivo PDF]

Se cierra el año 2012 en medio de una crisis global que afecta y condiciona todas las vertientes de la vida social. Una crisis global que está poniendo a prueba el gran proyecto de la Unión Europea y su futuro, pero que Catalunya vive de una manera muy singular como consecuencia del agotamiento del modelo de organización territorial que la Constitución de 1978 había diseñado y que la voluntad recentralizadora de las fuerzas políticas de alcance estatal y las propias instituciones del Estado se han propuesto dejar sin efecto.

Si el año pasado, en este Informe, señalábamos que el mejor encaje de Catalunya en el modelo del Estado se había hecho evidente que había quedado interrumpido, hoy debemos constatar que aquella interrupción arriesga a ser ahora como un punto de difícil retorno, que en todo caso ha abierto una nueva etapa que, sin duda, marcará un futuro muy diferente sobre las bases del pleno reconocimiento de la identidad nacional de Catalunya. […]

Al tiempo de elaborar este informe, Catalunya vuelve a vivir una fuerte embestida del centralismo contra su identidad. El maltrato que se quiere imponer a su lengua propia, la catalana, nos lleva a momentos que todos desearíamos olvidar de nuestra historia.
La ambición de un pacto fiscal en los términos consensuados por una amplia mayoría de ciudadanos de Cataluña abrió el camino hacia nuevos horizontes, y significó una nueva frustración. Una importante desafección de Catalunya hacia el Estado ha sido el eje de la última campaña electoral. En este escenario, la SEBAP vuelve a hacer hincapié en el diálogo y el pacto como exigencia democrática. Pacto hecho del respeto de la voluntad expresada y que exprese el pueblo de Catalunya. Pero, en todo caso, pacto para ir adelante; nunca para devolver atrás. Un pacto para definir unas nuevas bases, un nuevo marco; un pacto sobre voluntades que piden nuevas legalidades.

Un pacto inclusivo, con sensibilidad social. Abierto a los que más derecho tienen que esperar que el cambio les abre la puerta de la esperanza. Un pacto que señale el progreso y el bienestar como meta de la ambición institucional. Un pacto que dé estabilidad a la tarea de construir el nuevo escenario que los ciudadanos de Catalunya decidan para su futuro.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2012, descargue el archivo PDF]

Si se repasan los informes que ha hecho la SEBAP a lo largo de los últimos cuatro años, se podrán encontrar de una manera insistente dos mensajes: la confianza en el futuro del país, a pesar de la preocupación por las grandes dificultades que a corto plazo se presentan, y el convencimiento de que el enorme esfuerzo interno que nos hace falta hacer sólo será productivo si se combina con un impulso fuerte al proyecto de unidad europea. La pequeña crónica de lo que ha representado para Catalunya el año 2011, nos vuelve a llevar a expresar las mismas convicciones, pero con un cambio de perspectiva, fruto de algunos elementos que han marcado el paso de estos últimos doce meses.

Hace un año dimos a conocer nuestras opiniones, elaboradas bajo el impacto de tres hechos en ese momento recientes: la preocupación por las consecuencias de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, la convicción general de que, a pesar quedaba un largo y difícil camino por delante, habíamos tocado fondo en la crisis económica, y finalmente las esperanzas y las incógnitas que se abrían con el cambio de gobierno de la Generalitat. A finales del 2011, necesitamos analizar cuáles han sido los hechos relevantes de este año y ver cómo han hecho variar nuestra visión del futuro inmediato.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2011, descargue el archivo PDF]

Tras constatar, más allá de la crisis económica, la considerable crisis de valores que vivía nuestra sociedad, el año pasado insistimos, en el último Manifiesto de  la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, al hacer un llamado a favor del relanzamiento de Catalunya para el año 2010. Aquel Manifiesto apelaba a la responsabilidad de todos para ‘generar sentimientos de esperanza en el futuro de Catalunya’, y hacer frente al desconcierto y la desconfianza que iba introduciéndose en el clima general del país.

Un año después, desgraciadamente, la crisis económica sigue dominando el estado de ánimo de nuestra sociedad, agravado por una situación institucional compleja como consecuencia de la Sentencia dictada por el Tribunal Constitucional en relación al Estatuto de Autonomía de Catalunya. Una Sentencia que ha provocado -por su estricto contenido y también por las circunstancias que la preceden y la rodean-, una significante reacción popular que no puede ser ni menospreciada ni olvidada cuando se trata de hacer un diagnóstico sobre la situación actual de Catalunya.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2010, descargue el archivo PDF]

La sociedad catalana afronta en este momento una crisis que se manifiesta en los campos más diversos. Crisis que se ha de ver y vivir como una oportunidad de cambio, pero que se manifiesta crudamente para muchos ciudadanos y que, colectivamente, se traduce en una situación de desconcierto, inseguridad y desconfianza.

El país contempla desconcertado como ciertos valores que se tenían como definidores de su propia identidad derrumban repentinamente, sin generar otros que los vengan a sustituir positivamente. Faltan referencias solventes que, muy a menudo son sustituidas por un cierto espontaneísmo populista de escasa duración y dudosa consistencia.

Este desconcierto se traduce, en la práctica, en una sensación creciente de inseguridad. No se ve claro el futuro -el de cada uno y el del país- en el campo político, económico, social. La gente mira con inquietud el futuro y todos los estudios ponen de manifiesto que se recela que el futuro pueda ser mejor, para nosotros mismos y para las nuevas generaciones.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2009, descargue el archivo PDF]

Es, efectivamente, una llamada a la movilización y el optimismo, pero también a la ambición y el espíritu de superación, y lo hace de acuerdo con el espíritu de los fines fundacionales de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del país, vinculadas a la prosperidad del país y su gente. Vivimos en un contexto de confusión: con un crecimiento promedio del 3,2 por ciento por año, nuestra renta per cápita se ha multiplicado por cuatro veces y media desde el año 1960; somos, en realidad, más ricos de lo que hubiéramos podido soñar hace una generación. Hemos asistido a un período de prosperidad sin precedente en la historia moderna de nuestro país. […]

La política es necesaria y ahora habrá que recuperarla desde su grandeza de servicio público. No conviene al país menospreciar la acción política y creer que podemos prescindir. Las soluciones a la crisis de hoy vendrán de la acción política, del debate entre ideas y modelos políticos. Ignorarlo nos hará más vulnerables y más frágiles. Devolver a la política su valor y hacer de Europa una realidad más cercana, más vinculada a su diversidad para fundamentar así su unidad en el mundo, son objetivos que pueden y deberían definir la ambición del momento presente.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2007, descargue el archivo PDF]

Los catalanes necesitamos ahora y de nuevo narrar el relato de nuestro futuro, dibujar un nuevo horizonte. Esto significa apostar por un ambicioso proyecto col ?? lectivo que reúna voluntades mayoritarias. Este es nuestro gran reto para los próximos años. Si lo conseguimos, el optimismo y la confianza volverán a casa otra vez.

[Para leer íntegramente el manifiesto del año 2007, descargue el archivo PDF]