Autor: Joan Majo i Cruzate

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    El Premio Nit del Cercle

    El Premio Nit del Cercle

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    19-01-2012

    La innovación y la internacionalización deben ser los dos ejes básicos de la competitividad, afirma el presidente del Cercle, Joan Majó. Artículo publicado el pasado 18 de enero en tecnonews

    La crisis española actual es una crisis compleja y que ha ido cambiando de naturaleza. Una crisis inmobiliaria americana (2007) acabó provocando una crisis financiera mundial (2008) que destapó los errores del crecimiento español (endeudamiento y baja productividad) provocando una recesión (2009), a la que se unió más tarde una crisis de la deuda pública europea (2010), que tiene abierta ahora una verdadera crisis política en la UE (2011). Las dificultades para superarla son importantes porque es necesario reactivar las economías pero al mismo tiempo reducir el endeudamiento, tanto público como privado. La complejidad indicada obliga a combinar políticas de ajuste con medidas de estímulo, y a poner en paralelo actuaciones privadas y públicas, al tiempo que se tropieza con las dificultades de financiación para las empresas y los vaivenes, a menudo irracionales, de los mercados especulativos. Todo ello está alargando más de lo esperado la salida, sin que los gobiernos actúen con suficiente decisión, ni se enfrenten con suficiente valentía a las imposiciones de los sectores financieros. En España, debido a estas dificultades, no es posible pensar en una rápida recuperación del consumo interno ni en un crecimiento de la inversión pública. Las empresas catalanas y españolas deben orientar su estrategia, siempre que dispongan de suficiente financiación, en un doble sentido: aumentar sus exportaciones y centrase en productos de mayor contenido tecnológico. Es por ello que la innovación y la internacionalización han de ser las dos dimensiones básicas de su competitividad. El “Cercle per el Coneixement- Barcelona Breakfast”, fiel a sus objetivos, instituyó un premio para distinguir a empresas industriales catalanas, de dimensiones medianas, que sobresalieran en estas dos áreas. En el proceso de concesión del premio hace un año, se pudo comprobar el gran número de empresas que responden a este perfil y que han aumentado su presencia en mercados mundiales, incluso en período de crisis. La selección fue difícil, lo que supuso una gran satisfacción. Las tres empresas finalistas fueron: FLUIDRA, CIRCUTOR i TELSTAR, y esta última obtuvo el premio, que fue entregado por Salvador Alemany. Está en estos momentos en marcha la segunda edición, cuyo resultado final se conocerá a lo largo de una cena en el Hotel Alimara el próximo día 26 de Enero. La entrega la efectuará Miquel Roca Junyent. Joan Majó President del CXC-BB Artículo publicado el 18 de enero de 2012 en el diario digital Tecnonews

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    ¿Sí al pacto fiscal?

    ¿Sí al pacto fiscal?

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    10-11-2011

    El presidente, Joan Majó, afirma en el Diari Ara que «se debe apoyar al Govern para negociar el pacto fiscal, pero antes se tienen que aclarar muchos puntos. Sino, una vez más, podemos hacernos daño». Artículo publicado el 4 de noviembre de 2011 en el Diari Ara.

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    Smart cities

    Smart cities

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    08-06-2011

    Según Joan Majó, Presidente del Cercle, las Smart Cities tienen un doble objetivo: la utilización de la inteligencia y el conocimiento para mejorar el bienestar de la sociedad y el aprovechamiento de las potencialidades del trabajo en colaboración en el seno de cualquier grupo humano. Es por eso que Joan Majó pide esfuerzo técnico y,…

    Desde hace un tiempo está cogiendo empuje esta visión de la ciudad “inteligente”, y está aumentando mucho el esfuerzo de desarrollo conceptual y tecnológico, y también de marketing, en su entorno. Barcelona es sin duda, una vez más para nuestra satisfacción, una de las ciudades pioneras en Europa en su promoción. El concepto de ciudad inteligente me parece acertado y creo que hace falta promoverlo, porque responde a las dos características fundamentales de la especie, que más nos han permitido avanzar a lo largo de los siglos: la utilización de la inteligencia y los conocimientos como herramienta de mejora de nuestro bienestar, y el aprovechamiento de las potencialidades del trabajo en colaboración en el seno de cualquier grupo humano. Ahora bien, esta promoción pide una serie de precisiones para evitar la confusión y prevenir el mal uso del término “ciudad inteligente”. Me atrevo a decir que la mejor aproximación al concepto es la que empieza por el final, es decir, por dejar claros los objetivos que se persiguen. La ciudad más inteligente es aquella que es gestionada de forma más inteligente. La ciudad inteligente no es la que acumula más informaciones y más conocimiento, si no la que los sabe aprovechar mejor por aumentar el bienestar de sus ciudadanos. Ahora bien, sin informaciones de calidad no hay conocimiento actualizado, y sin conocimiento suficiente no puede haber buena gestión. Por eso es por lo que una ciudad inteligente debe tener un sistema complejo de recogida de informaciones (sensores), debe tener unas redes que permitan circular e interaccionar todas estas informaciones (conectividad) y debe tener un sistema mixto (automático y humano) de toma de decisiones de actuación. Pero, por encima de todo debe tener unas estrategias bien definidas de prioridades ciudadanas para que las actuaciones se enfoquen hacia la optimización de los objetivos que se han determinado, objetivos que normalmente tendrán que maximizar la eficiencia, es decir la relación entre el grado de bienestar colectivo y los recursos empleados. Dejadme llegar dónde quería llegar. El proceso hacia la ciudad inteligente pide un trabajo intenso y de mucha calidad por parte de muchos técnicos en la recogida, la transmisión y el tratamiento de la información, pide algunas inversiones importantes en equipamiento del espacio público, y pide un esfuerzo importante de desarrollo de protocolos, de plataformas y de estándares. Pero, sólo si, desde la esfera política, se entiende, se prioriza y se aprovecha este esfuerzo, la ciudad se convertirá en una ciudad inteligente. Y sólo si, desde la misma esfera, se marcan objetivos coincidentes con las aspiraciones ciudadanas y prioridades de gestión que las persigan, los ciudadanos percibirán los frutos de esta inteligencia.

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    La primera semana de marzo de 2011

    La primera semana de marzo de 2011

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    31-03-2011

    Las recientes revueltas en Oriente Medio, que desestabilizan el mercado de las energías procedentes de combustibles fósil, y la actual crisis nuclear, debido al accidente en la central de Fukushima posterior al terremoto y al tsunami que sufrió el país nipón , plantean, según Joan Majó, el ahorro como la alternativa más factible para reducir…

    La història es fa dia a dia i la fem entre tots, però no hi ha cap dubte que hi ha dies que es poden assenyalar com a moments d’acceleració i com a punts d’inflexió, perquè en ells surt a la superfície, i després ells el simbolitzen, un corrent subterrani que ja feia temps que estava canviant el futur. L’11 de Setembre de 2001, amb la caiguda de les torres bessones a NY, o el 15 de Setembre de 2008, amb la fallida de Lehman Brothers, són dos exemples recents. Crec que les darreres setmanes, i de manera molt especial la que ara acabem, tenen aquestes característiques per la coincidència inesperada de vàries causes. Les revolucions parcialment reeixides a Tunísia i a Egipte posen en marxa uns processos de transició difícils i per tant de final poc previsible. Les oscil•lacions internes i externes de la pràctica guerra civil que hi ha a Líbia fan preveure un període de caos en aquest país. I, potser encara més important, és difícil entendre el significat i les derivacions de la dissimulada invasió de Bahrain per part de l’Aràbia Saudí. Tot plegat està refent el mapa polític al Nord d’Àfrica i a l’Orient Mitjà, està posant en qüestió l’estabilitat d’una regió de tanta importància estratègica i fa difícil preveure l’evolució del mercat mundial del petroli i del gas. Tot això està coincidint, d’altra banda, amb el drama que està patint Japó (terratrèmol i tsunami) i amb la posterior derivació cap a un accident nuclear. La importància del que està passant a Fukushima i la seva, discutible però immensa, repercussió mediàtica global, inicien a tot el món una nova etapa en relació a la utilització segura de l’energia nuclear. No vull enfocar aquest article cap a consideracions de geopolítica global, ni cap als sentiments de tipus emocional i dolorós que ens han produït els drames humans que hem contemplat a Líbia o al Japó. Vull només centrar-lo en una reflexió de caire econòmic relacionada amb l’energia. La tercera setmana de març del 2011 marcarà un canvi important en les nostres reflexions al voltant d’aquest tema. L’enorme consum energètic de les societats occidentals està basat en quatre tipus d’energies primàries, cada una de les quals té els seus avantatges, els seus inconvenients i els seus límits: l’energia procedent dels “combustibles fòssils” (carbó, gas, i sobre tot, petroli), la d’origen nuclear, la que ve de la biomassa i la procedent directament del sol, de l’aigua o del vent (aquestes darreres es poden considerar “renovables”). A Europa, el repartiment actual del consum entre els quatre tipus és, en números aproximats, d’un 80%, 10% , 5% i 5%, respectivament. Només amb aquestes xifres ja es pot veure fins a quin punt depenem de les energies “fòssils” que tenen tres grans inconvenients: estan en procés d’esgotament ja que les reserves són limitades per naturalesa, a l’utilitzar-les produeixen emissions de CO2 que estan canviant el clima global i, finalment, gairebé totes les reserves existents estan en poder de tercers països. És imperatiu reduir el consum de fòssils importats, tant per las seves emissions, com per la dependència que generen, com sobretot, perquè la creixent demanda de tercers països fa que s’incrementi el cost i augmentin les perspectives d’esgotament. Però, a més, aquesta setmana està quedant molt clar que la garantia de subministrament és cada vegada més petita i les possibilitats de substitució per la nuclear són molt més problemàtiques. Si hem de rebaixar la part del petroli i el gas i no podem augmentar la part nuclear, només ens queden les quatre renovables, i això és molt més fàcil de dir que de fer. Per sort ens queda una sortida relativament simple: l’estalvi. Simple perquè els esforços que s’han de fer per reduir el consum, i les inversions que demana, són inferiors a les d’augmentar altres produccions, ja que una part importantíssima de l’energia que ara consumim (més de la meitat) la malbaratem. La tercera setmana de març del 2011 marca el moment de posar-se a treballar en aquesta direcció. Article escrit per Joan Majó i publicat al Diari Ara el 20/03/2011

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    El siglo de la conectividad

    El siglo de la conectividad

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    04-03-2011

    Nuestro Presidente ha escrito unas reflexiones tituladas «El segle de la Connectivitat», en motivo de la reciente MOBILE WORLD CONGRESS en Barcelona. Lo hizo a petición de el Centre d’Estudis Jordi Pujol i se publicó en su web. Creemos que este tema puede ser de interés para nuestros socios y por eso lo reproducimos con…

    Crec que no deu ser massa desencertat definir l’«espècie homo» com aquella que, gràcies a la gran complexitat del seu cervell i l’alliberament de les seves extremitats anteriors, ha desenvolupat una intel•ligència i una capacitat pràctica que li permeten obtenir fàcilment de l’entorn els recursos que necessita, modificar aquest entorn per protegir-se de les agressions i multiplicar les seves potencialitats mitjançant el treball col•laboratiu amb altres membres de l’espècie. Això ha necessitat augmentar molt, i de manera paral•lela, la intel•ligència, els coneixements, la tecnologia i la capacitat de comunicació (especialment, la comunicació simbòlica). Per què començo amb una afirmació aparentment tan abstracte? Perquè cada cop que es produeix un canvi important en els elements que permeten aquestes possibilitats la societat humana fa un salt qualitatiu, i crec que ara som davant d’un d’aquests salts. Les darreres dècades del segle XX han vist com es repetia, però amb una intensitat i velocitat molt més grans, el que va passar al segle XIX amb un recurs bàsic, l’energia, que permet obtenir gairebé tots els elements materials necessaris per a la vida (aliments, mobilitat, eines, confort i benestar). La revolució actual s’ha denominat de la informació i fins i tot s’ha parlat de la «societat digital». Crec que és una expressió poc afortunada ja que una tecnologia no mereix qualificar un tipus de societat. S’ha emprat també, amb un xic més d’encert, de «societat de la informació» i de «societat del coneixement», però tampoc no crec que reflecteixin la naturalesa profunda del que estem vivint. Analitzem què significa el resultat de tres fenòmens que s’han produït conjuntament: capacitat pràcticament infinita de processar, emmagatzemar i transmetre bits (és a dir, informació), globalització d’una xarxa de gran capacitat (que pot transmetre tot tipus de continguts a gran distància i de manera gairebé instantània) i possibilitat d’estar connectat a la xarxa en mobilitat (és a dir, per mitjà d’ones). Això és el que configura un nou paradigma: capacitat de viure connectat, sempre i amb tothom, amb tots els avantatges i tots els inconvenients que això significa. Crec que la connectivitat és el moll de l’os de la societat que està emergint, perquè no només serveix per enviar i rebre informació sinó també, i sobretot, per «viure junts» independentment de la proximitat física. Aquest és el fenomen social que estan experimentant les noves generacions i que, a corre-cuita, els adults estem intentant comprendre i, a vegades, participar-hi malgrat les dificultats culturals que representa. De la mateixa manera que, des de fa algunes dècades, la informació camina sobre els bits, ara sobre el suport de les xarxes telemàtiques es construeixen les xarxes socials. Això és, a la llarga, més transcendent que totes les altres coses, ja que permet la creació de nous models de comunitat, la generació d’informacions des de nous emissors no formalitzats i la difusió ràpida i extensa al marge del monopoli dels mitjans tradicionals. Són evidents les conseqüències en l’evolució de les borses, en els canvis en la configuració de l’opinió política, en les campanyes electorals o en la caiguda de governs. Tenim exemples ben recents de tot això. Un dels elements que ha acabat d’arrodonir aquest naixement és l’explosió de terminals que permeten estar connectat en mobilitat, és a dir, amb un element portàtil i sense estar lligat a través d’un cable. Tant se val si es tracta de terminals de telefonia mòbil, d’ordinadors portàtils amb connexió wi-fi, d’i-pots, d’i-phones, de tablets, d’i-pads… o d’altres artefactes que acabaran convergint tots plegats en una mena de barreja d’ordinador, de telèfon i de petit televisor. És per això que ha esdevingut tan important l’existència del MWC que la darrera setmana s’ha celebrat a Barcelona. No tant com a trobada comercial, sinó com a lloc per on passa la dinàmica innovadora que fa avançar aquest sector. Molt més que els nous productes que s’hi presenten, és important veure i seguir les noves formes de viure i de relacionar-se que permeten, i que sovint imposen, de la mateixa manera que al segle passat el cotxe o l’avió les va canviar, quan no imposar. Tres reflexions finals. 1. No entendre la direcció i la velocitat del canvi social és molt perillós, i està en l’origen de molts dels nostres problemes. A casa nostra, no s’ha copsat encara què suposarà de veritat, per a la nostra manera de viure, la globalització; ni què significa econòmicament haver entrat a la UE, i sobretot a l’euro; ni quines son les conseqüències de canvis en el repartiment del poder que comportaran les noves xarxes. Això ens desorienta, a vegades ens irrita i sovint ens fa equivocar-nos en la formulació de diagnòstics i de solucions. 2. En un sentit invers, no ens hem de deixar portar per una actitud passiva davant d’aquests canvis. Ni tots són bons, ni tots són imparables. El progrés tecnològic els permet però no els fa obligatoris. Com més grans són les nostres possibilitats més grans han de ser les capacitats de les societats madures per regular-ne la utilització. El recent discurs de la liberalització i de la «intel•ligència del mercat» ja ens ha portat a una gran crisi i ens hi continuarà portant. És imprescindible reivindicar la necessitat d’una participació democràtica i d’una política al servei dels interessos col•lectius i no pas dels de grups, partits o empreses. 3. Hem de fer tot el possible perquè Barcelona continuï sent la seu dels propers MWC. És bo per a la projecció de la Ciutat. És bo per als nostres sectors relacionats amb el turisme. Però sobretot és bo perquè Barcelona sigui un referent europeu en el procés de configuració d’aquestes noves formes de convivència. I seria bo que el gran show comercial actual es complementés amb un espai de reflexió social i política sobre el seu significat i les seves possibilitats.

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    CRISIS I DESEQUILIBRIOS

    CRISIS I DESEQUILIBRIOS

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    11-11-2010

    Publicado en El País, 03/11/2010 Tener fiebre no es una enfermedad, es un síntoma externo de que algo malo pasa en nuestro cuerpo. A veces es consecuencia de una agresión externa. Otras muchas es la manifestación de un desequilibrio interno. Combatir la fiebre es bueno y permite ir pasando, pero solamente combatiendo la enfermedad, es…

    Tener fiebre no es una enfermedad, es un síntoma externo de que algo malo pasa en nuestro cuerpo. A veces es consecuencia de una agresión externa. Otras muchas es la manifestación de un desequilibrio interno. Combatir la fiebre es bueno y permite ir pasando, pero solamente combatiendo la enfermedad, es decir atacando el desequilibrio se produce la curación y desaparecen los síntomas. Las crisis económicas, las enfermedades de la economía, también tienen sus síntomas y sus desequilibrios. Y es fundamental saber detectar y distinguir unos de otros para poder combatirlos adecuadamente. La crisis de la economía catalana y española tiene dos grandes síntomas: uno interior, el paro y otro exterior, el endeudamiento. Somos el país con mayor porcentaje de paro de la UE, y el país con el mayor endeudamiento per cápita del mundo. Hablo del país en su conjunto – empresas, familias, bancos, Administraciones – no del Gobierno, que es de los que tiene la Deuda pública más baja de la UE. Mientras estos dos síntomas (índice de paro, nivel de endeudamiento) no hayan vuelto a la normalidad, no se podrá hablar del final de la crisis. Por esto la crisis será aún larga, pues conseguir reducir ambos a la vez es complejo ya que se necesitan medidas contradictorias: hay que reanimar el consumo y al tiempo aumentar el ahorro. Con gran retraso hemos ido identificando y aceptando algunos de estos desequilibrios que hay que corregir. Comento siete de los que me parecen más importantes. 1. Muchas familias, han gastado e invertido mucho más que lo que han ingresado, como consecuencia de una excesiva facilidad de endeudarse a un interés bajo, unos plazos largísimos y unas desgravaciones fiscales innecesarias. Esto ha contribuido, junto a la especulación, a hinchar el sector inmobiliario de forma imprudente. 2. Muchas empresas han invertido mucho más que los beneficios que han obtenido, en base a la financiación bancaria, utilizando exageradamente el recurso al apalancamiento para la compra de otras empresas y para otros proyectos. En algunos sectores ahora es imposible retornar los créditos recibidos. 3. Muchas instituciones financieras han concedido muchos más créditos que depósitos han captado, y se han endeudado con la banca exterior para disponer de liquidez. Han actuado con rigor insuficiente al valorar el riesgo de sus operaciones de activo, sobre todo las relacionadas con el sector inmobiliario. 4. En muchos sectores de la economía ha crecido más el nivel de rentas salariales que la productividad lo que, combinado con una inflación superior a la media de la UE, ha supuesto una continua pérdida de competitividad. Los sectores que permiten mayor productividad y mayor competitividad no han ganado peso en el PIB. 5. Los avances importantes en los servicios públicos (educación, sanidad, seguridad social, dependencia) han situado globalmente el nivel de nuestro Estado del bienestar a la altura de la media europea, mientras que la presión fiscal sigue muy por debajo de la existente en la UE (casi diez puntos). 6. Se ha desequilibrado el reparto de la renta. Durante la bonanza, la riqueza del país ha aumentado mucho pero este crecimiento global ha ido acompañado de un incremento de la desigualdad. En este período, la parte de las rentas del trabajo en el PIB ha bajado casi diez puntos y en su lugar se han incrementado las rentas del capital. Las modificaciones fiscales que han gravado mucho más las rentas del trabajo que las del capital, han empeorado aún más este desequilibrio. 7. Muchas Administraciones Públicas han utilizado ingresos extraordinarios puntuales (derivados del “boom” inmobiliario) para dar servicios que suponen un gasto recurrente, con lo que han desequilibrado los presupuestos futuros. No son los únicos, pero todos ellos están en el origen de nuestra crisis actual. Las medidas de los primeros quince meses ayudaron a controlar los síntomas y evitar males mayores, pero ahora es necesario entender que precisamos algunas reformas, sin las que no saldremos de la enfermedad y no volveremos a una normalidad sostenible. Reforma laboral, reforma fiscal, reforma de la Seguridad Social, reforma financiera, por lo menos. Es imprescindible tomar conciencia de esta necesidad de ajuste y de que el ajuste se debe hacer soportando su carga entre todos, y no solamente por algunos sectores, precisamente los más débiles. Joan Majó, El País 03/11/2010

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    La vida laboral

    La vida laboral

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    01-10-2010

    Publicado en El País, 22/09/2010 ¿Será posible que el debate que estamos iniciando sobre la reforma de las pensiones se produzca en unos términos de menos partidismo, menos tacticismo y menos demagogia que el que se ha tenido sobre la reforma laboral? Tal vez sea pedir demasiado, pero quisiera aportar algunas reflexiones alrededor del tema.

    ¿Será posible que el debate que estamos iniciando sobre la reforma de las pensiones se produzca en unos términos de menos partidismo, menos tacticismo y menos demagogia que el que se ha tenido sobre la reforma laboral? Tal vez sea pedir demasiado, pero quisiera aportar algunas reflexiones alrededor del tema. En las sociedades desarrolladas, las personas en general vivimos un primer periodo, de unos 20 a 25 años, educativo; un segundo, de alrededor de 40 años, de actividad en un trabajo, y un tercero, pasivo, de jubilación, que puede ser nuevamente de unos 20 a 25 años. Estas cifras promedio varían mucho entre unas personas y otras, pero sobre todo han ido variando muchísimo a lo largo del siglo XX debido a tres fenómenos: la prolongación obligada del periodo educativo y el consiguiente retraso en la incorporación al trabajo, el impresionante aumento de la vida de las personas y la mejora de las condiciones físicas y mentales en las que llegamos a edades maduras. Una gran mayoría de nuestros padres y abuelos tuvieron un primer período de 15 años, un periodo activo de 40 a 45 y una vida de jubilados de menos de 10. Es importante entender esta evolución para tomar conciencia de que nuestras costumbres sociales deben ir adaptándose a estos cambios demográficos, educativos y sanitarios, y para que antes de discutir de dinero y de presupuestos, o de debatir entre sistemas públicos y privados de pensiones, echemos un vistazo a lo que deben ser las continuas adaptaciones de nuestra vida y en concreto de nuestra vida laboral. Para ponerlo en términos simples: Nuestros padres estuvieron 45 años trabajando y no más de 25 entre jubilados y educándose. ¿Podrán nuestros hijos estar activos 45 años y pasivos otros tantos? Más que responder a esta pregunta, que me parece que tiene una respuesta negativa clarísima, quiero descomponerla en varias. ¿Es razonable haber alargado o seguir alargando el periodo de formación? Evitando abusos, creo que sí. La mejora del nivel educativo de las personas es la clave para conseguir una sociedad más eficiente, más productiva, más tolerante y más sana. Invertir tiempo y recursos en formación es muy provechoso para el individuo y para el conjunto de la sociedad. Repito, impidiendo exageraciones, creo que no hay que cortar por esta parte, sino al revés: seguramente habrá que introducir periodos formativos dentro de la vida laboral. ¿Es razonable que una persona madura, pero con plenitud de facultades y con una gran experiencia acumulada, deba abandonar la actividad por haber llegado a una cierta edad? Creo que no, aunque entiendo que debe haber muchas excepciones, tanto relacionadas con la naturaleza del trabajo como con los deseos individuales. La inactividad forzada es perjudicial para la persona y representa socialmente desaprovechar grandes capacidades de aportación a las tareas colectivas. Hay que tomar una línea general de retraso en la edad de jubilación, incrementando la flexibilidad en función de los trabajos (no es lo mismo el esfuerzo físico que el esfuerzo mental) y de las preferencias personales. ¿Es razonable permitirnos llegar a una sociedad con una distribución demográfica (50% activos, 50% pasivos) en la que cada persona que trabaje deba producir para vivir él y pagar a otro? No creo que sea económicamente soportable, excepto para aquellos países que tengan alguna fuente natural de riqueza muy grande (por ejemplo, petróleo). Es necesario, por tanto, reducir la carga que supondría para la población activa esta situación, da igual si se soporta a través de cotizaciones o a través de impuestos. La necesidad de revisar con tiempo el actual sistema de pensiones es evidente, aunque no estemos en peligro inminente. Se trata, por una parte, de evitar encontrarnos en una situación como esta dentro de una o dos décadas, pero se trata también de adaptar nuestra forma de vida a los cambios que he citado al principio. Oponerse a ello supondría una gran de falta de previsión que, aunque no creara problemas inmediatos a nuestra economía, añadiría más leña al fuego a la imagen que ya tenemos de haber estado viviendo durante años por encima de nuestras posibilidades y seguir intentándolo. Dejo para una próxima ocasión la discusión entre pensiones públicas o privadas y entre sistema de contribución o de capitalización, tema que también será necesario abordar. Joan Majó, El País, 22/09/2010

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    Catalunya, el conocimiento y el Cercle

    Catalunya, el conocimiento y el Cercle

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    03-09-2010

    En Catalunya se ha hablado mucho de la sociedad civil en contraposición a las organizaciones políticas, pero no siempre se define con suficiente claridad lo que es ni lo que tiene que hacer. La importancia de esta sociedad civil es grande y esta es una razón para la clarificación. Escrito por Joan Majó, presidente del…

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