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La (rancia) declaración de la ingeniería

Reflexiones de Xavier Castillo sobre la Declaración de la Ingeniería, documento suscrito por la mayoría de los colegios y asociaciones de Ingenieros en respuesta a la Propuesta del Ministerio.

Recientemente, y como consecuencia de mi pertenencia a determinados colectivos, se ha pedido mi adhesión al documento Declaración de la Ingeniería, del 10 de abril de 2007. Como el documento original está en castellano, y voy a citarlo varias veces, he creído oportuno escribir algunas reflexiones sobre el mismo en la lengua en la que ha sido escrito, para evitar traducciones innecesarias.

Este es un documento suscrito por la mayoría de Colegios y Asociaciones de Ingenieros, en respuesta a una propuesta del Ministerio de Educación sobre el futuro de los estudios de ingeniería en España. A su vez, la propuesta del Ministerio se enmarca en la adaptación de los estudios de ingeniería al espacio europeo de educación superior, dentro del denominado proceso de Bolonia. Aunque la Declaración de la Ingeniería está en contra de varios aspectos de la propuesta del Ministerio (como la forma en la que se pretende terminar con la regulación de la actividad de los ingenieros, o la pretensión de sustituir estudios de grado por experiencia profesional), lo que me ha llamado más la atención de la Declaración es la rotundidad de la postura siguiente: “…los ingenieros españoles denuncian lo que consideran una grave equivocación del Ministerio de Educación, que en el marco de la adaptación al espacio europeo de educación superior, pretende reducir la formación en ingeniería a un solo nivel de cuatro años, cuando en la mayoría de los países de nuestro entorno se ha mantenido un mínimo de cinco años para poder acreditarse como ingeniero”.

Sólo tengo una vaga idea sobre el proceso de Bolonia encaminado a crear el Espacio Europeo de Educación. Tampoco conozco los detalles de los pasos dados por el Ministerio de Educación proponiendo reducir la formación en ingeniería a un solo nivel de cuatro años. Pero después de leer la Declaración de la Ingeniería y los argumentos que en ella se exponen, he llegado a la conclusión de que no puedo adherirme a su contenido, por los motivos que resumo a continuación..

En la introducción de este documento se dice: “Las carreras de ingeniería superior son, por su propia esencia, las llamadas a mejorar el desarrollo industrial y el nivel de la I+D+i en España, como lo han hecho en los últimos cien años”. Si esto es así, ¿Por qué la pérdida de competitividad de la economía española en los últimos diez años? ¿Por qué, si España está entre las diez primeras potencias económicas mundiales, no aparece hasta el lugar 32 del Global Information Technology Report 2006-2007 en cuanto a su capacidad de apalancarse en las TIC para crecer y desarrollarse económicamente? ¿Por qué basamos nuestro crecimiento en la construcción y los servicios de poco valor añadido, en lugar de hacerlo en la creación de empresas y puestos de trabajo de alto valor añadido?

Creo que la anterior cita de la Declaración de la Ingeniería tiene la respuesta a mis preguntas: porque seguimos haciendo las cosas como hace cien años. Las cosas se hacen como se han hecho en los últimos cien años, y deben seguir haciéndose así. ¿Es esto un argumento en defensa de la calidad de la educación, o una expresión de inmovilismo y de resistencia al cambio?

Más adelante, la Declaración de la Ingeniería alega que “…las carreras superiores de ingeniería no pueden estudiarse en menos (de cinco años)…si se rebaja este nivel y se otorgan las actuales atribuciones…al futuro nivel de Grado (cuatro años…) los estudiantes de ingeniería españoles se quedarán muy limitados frente a los europeos”.

No se si es apropiado que comparemos a nuestros universitarios con los europeos. Salvo honrosas excepciones como Escandinavia, la capacidad de producción científica y tecnológica europea está enferma. ¿Y si nos comparamos con los universitarios americanos? Pues resulta que en los EEUU todas las ingenierías y licenciaturas (excepto medicina) se hacen en cuatro años. Y no parece que su producción científica y tecnológica se vea muy afectada por ello. Ni su capacidad de de generar proyectos empresariales emprendedores basados en nuevas tecnologías, siempre por delante de Europa.

Si estudiar más tiempo es mejor, ¿Por qué limitarlo a cinco años? ¿Por qué no obligar a nuestros universitarios a estudiar siete, nueve o diez años para ser ingenieros? ¿Qué tiene de mágico el número cinco que no tenga el seis o el ocho? La única ventaja que se me ocurre sobre la carrera de cinco años frente a las otras es que siempre ha sido así. Nada más. Sin embargo, creo que más que obsesionarnos con el número de años que nuestros futuros ingenieros emplean en la universidad, deberíamos preocuparnos por ser más eficientes. Lo que realmente debe preocuparnos es como conseguir que nuestros universitarios aporten más valor, y más deprisa, a la sociedad en la que viven, no que estén más tiempo en la universidad.

La Declaración termina diciendo "... la ingeniería superior quiere trasladar a la sociedad su compromiso con el presente y el futuro de nuestro país ...". La ingeniería, ¿ha consultado a la sociedad sobre que tipo de ingenieros son precisos en el siglo XXI? ¿Ha consultado a las empresas sobre que formación es precisa para los puestos de trabajo actuales? No me consta.

En fin, podría seguir citando la Declaración, y seguir comentándola, pero creo que las tres citas anteriores son suficientes y creo que está claro por qué estoy en desacuerdo con su contenido y por qué no me he adherido a la misma. La pérdida de competitividad que arrastramos en España no para de crecer, si nos comparamos con las sociedades más avanzadas en el cambio hacia la economía del conocimiento. Y no creo que podamos cerrar la brecha que nos separa con estas sociedades si nos atrincheramos en seguir gestionando la I+D+i, y las personas que llevan a cabo estas actividades, como lo hemos hecho en los últimos 100 años, como pretende la Declaración de la Ingeniería.

Creo que no deberíamos estar tan preocupados por la I+D+i, y empezar a pensar seriamente en como aprender a gestionar bien los procesos de I+D+C (Investigación y Desarrollo que generan Clientes, como define Alfons Cornella), los procesos de I+D+N (Investigación y Desarrollo que generan Negocios), y los procesos de I+D+PT (Investigación y Desarrollo que generan Puestos de Trabajo). Es en la mala gestión de estos tres procesos donde Europa muestra su vertiente más enfermiza. No copiemos lo que va manifiestamente mal. Ya va siendo hora de que cambiemos las cosas que frenan nuestra evolución hacia una economía más basada en el conocimiento, y no tan basada en la construcción y el turismo. Y pienso que mantener las cosas como están (planes de estudios de cinco años incluidos) es un freno.

Xavier Castillo

23 Abril 2007

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