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Infraestructuras: Vías al futuro

La sociedad actual es la sociedad de las contradicciones, de los extremos, de los cambios acelerados, de la rotura de paradigmas, de la reformulación de las estrategias. Una sociedad que más allá de las incertidumbres superpuestas a los riesgos, está condicionada por tres elementos que determinan su futuro: el primero son las infraestructuras que permiten la movilidad de informaciones, bienes y personas; el segundo la formación de los ciudadanos y su capacidad de generar y aplicar conocimiento; y el tercero la ambición, el espíritu empresarial y la capacidad de asumir retos y desafíos.

La sociedad actual es la sociedad de las contradicciones, de los extremos, de los cambios acelerados, de la rotura de paradigmas, de la reformulación de las estrategias. Una sociedad que más allá de las incertidumbres superpuestas a los riesgos, está condicionada por tres elementos que determinan su futuro: el primero son las infraestructuras que permiten la movilidad de informaciones, bienes y personas; el segundo la formación de los ciudadanos y su capacidad de generar y aplicar conocimiento; y el tercero la ambición, el espíritu empresarial y la capacidad de asumir retos y desafíos. De estos tres elementos, sin que por ello pierdan importancia los otros dos, las infraestructuras son el elemento básico en un mundo global donde los flujos informacionales relativos al conocimiento y los monetarios en tiempo real, conjuntamente con el acelerado desplazamiento de personas y bienes se convierten en elementos clave y palancas de progreso.

Infraestructuras telemáticas para acceder y divulgar el conocimiento, conexiones ferroviarias, puertos, aeropuertos y carreteras son sin lugar a dudas elementos imprescindible para el desarrollo y el progreso humano, pero, como consecuencia de sus impactos ambientales, y su enorme capacidad trasformadora, tanto por las plusvalías que genera, la posibilidad de ubicar centros de investigación y desarrollo, o por facilitar la atracción y fijación del talento, como por el dinamismo económico que aporta, son origen de debate y controversia incrementada especialmente cuando la incapacidad de gestión o falta de previsión origina trastornos como los que afectan estos días a cientos de miles de ciudadanos del área metropolitana de Barcelona.

Debate necesario, imprescindible a menudo, pero que no pude ser indefinido, egocéntrico, centrado en planteamientos de hoy, egoísta, o abordado desde la desconfianza en la técnica o bajo planteamientos ideológicos basados en la confrontación. Este es un aspecto fundamental, ya que sólo desde la confianza y la visión de futuro las infraestructuras son abordables. Unas infraestructuras especialmente claves en una área tan importante para el progreso catalán como es el aerea metroplitana de Barcelona que, debe reconocerse, está en estado crítico. Los colapsos que sufren los ciudadanos cada día por la mañana y por la noche no son más que la punta del iceberg de las deficiencias infraestructurales que condicionan la competitividad de las empresas y el desarrollo personal y profesional de los ciudadanos.

Es en ese marco de importancia estratégica que son las infraestructuras, para todo territorio que quiera ser capaz de generar el valor que permita la calidad de vida de sus ciudadanos, que debe analizarse las propuestas de infraestructuras que se efectúan para el área del Valles que recientemente se han dado a conocer. Un plan ambicioso de una área con una alta actividad económica, buenas tasas de empleo, con una elevada concentración de universidades centros de investigación, centros de decisión, y que quiere, y debe, seguir siendo motor industrial y fuente de progreso. Se ha dado a conocer planes integrales que requiere serios análisis y amplio debate, que debe ser abordado en su globalidad con rigor, seriedad y compromiso, conocedores de una gran parte de nuestro futuro pasa por disponer de las infraestructuras que nos permiten avanzar. Un debate a desarrollar desde la objetividad, sabedores de que una parte importante de nuestro futuro pasa por disponer de las infraestructuras cuanto antes. En consecuencia es requerido asumir compromiso, no renunciar a los riegos de las decisiones, y participar de forma amplia en un debate que nos conduzca a disponer de lo que el presente requiere y el futuro exige. Ahora hay una propuesta amplia e integral que permite ser analizada, que debe ser debatida y que debería permitir, anudando esfuerzos, hacerla realidad cuanto antes, sabedores que el tiempo no para y el futuro es de los que asumen compromiso sin renunciar al esfuerzo.

Antoni Garrell i Guiu

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Aquest article fou reproduït posteriorment al diari de Sabadell en data 19 de desembre de 2007

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